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Una «Carmen» nueva en el ADDA

Las localidades se han agotado para las tres representaciones

Un momento de la representación de Carmen, protagonizada por Sandra Ferrández, en el centro sin mascarilla, y Joel Prieto, a la derecha, en su estreno ayer en el ADDA. | PILAR CORTÉS

Con todas las entradas vendidas para las tres funciones programadas, el Auditorio de la Diputación de Alicante estrenó ayer su primera ópera de producción propia, Carmen, llevada a escena por el reconocido Emilio Sagi y bajo la batuta de Josep Vicent al frente de ADDA Simfònica con música de George Bizet.

En un escenario minimalista donde predomina el color rojo, con la orquesta en un foso arañado a las butacas desde las que entran los músicos y donde el coro canta con mascarilla como si fuera algo fácil se ha levantado esta ópera de amor, celos y libertad alrededor de una mujer llamada Carmen, personificada en la alicantina Sandra Ferrández, quien entonó en el primer acto aquello de «el amor es un pájaro rebelde que no se puede enjaular».

Sagi, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes con 40 años de carrera, se ha enfrentado en Alicante al reto, no sin riesgo, de representar esta ópera por primera vez en un auditorio, no en un teatro, donde ya la había escenificado en ciudades como Tokyo, Madrid o Los Ángeles.

Pero el director de escena, que también se ha encargado del vestuario y de la iluminación, decidió recoger el guante lanzado por el ADDA y ayer, sin tramoyas ni bambalinas, el público disfrutó de una ópera escenificada en sus papeles centrales por la mezzosoprano crevillentina, que interpretó a una Carmen «que nace y muere libre», y el tenor Joel Prieto, que representaba su primer Don José en esta historia ambientada en la Sevilla del siglo XIX, tal y como la creó Merimée.

Emilio Sagi ya indicó unos días antes que el personaje de Carmen, que ha mantenido fiel al texto original, es «icónico» y su lucha por la libertad llega en un momento muy actual de necesaria condena de la violencia de género y por ello quiso que el último acto, ese crimen final, lo presenciara todo el coro, mudo y ciego.

Los protagonistas estuvieron acompañados en el escenario por Beatriz Díaz (Micaela), Simón Orfila (Escamillo), Luca Espinosa (Frasquita), Marifé Nogales (Mercedes), Alfonso Mújica (Dancaire), Gerardo López (Remendado), Felipe Bou (Zúñiga) y Enric M. Castignani (Morales) y el bailarín Francisco Guerrero.

En total, más de 150 artistas participaron en este debut, lleno de voces de origen alicantino a través del Orfeón Crevillentino, el Coro del Teatro Principal de Alicante, la Compañía Lírica Alicantina y el coro de niños de la Escola de la Federació Coral de Crevillent.

El ADDA ya alteró su escenario en otra ocasión cuando albergó la ópera contemporánea Carmina Burana bajo el marchamo de La Fura dels Baus hace cuatro años, pero la Carmen estrenada ayer pretende abrir un campo para el auditorio en este género que permita incluir la lírica en su programación y que ofrezca la posibilidad de llevar esta producción a otros lugares.

«Hemos hecho una producción maravillosa, renovadora, que abre puertas y se apoya en nuestros artistas», subrayó Josep Vicent horas antes del estreno, quien cree que este trabajo tiene un efecto directo en la imagen del ADDA y añade algo más en «el cambio que se está produciendo en la percepción de la cultura en nuestra provincia».

La obra volverá a representarse de nuevo en el ADDA el viernes y el domingo, con el aforo completo ya vendido.

Josep Vicent, al frente de AADDA Simfònica. | PILAR CORTÉS

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