A Nahúm Méndez el volcán de La Palma le ha cambiado la vida radicalmente. Más conocido como «un geólogo en apuros», el personaje ha engullido su propio nombre. El apodo le viene por un blog que creó en 2007 cuando comenzó a estudiar Geología, «una ciencia casi olvidada que ha pasado a un primer plano». La erupción empezó el domingo 19 de septiembre, y el lunes por la mañana ya estaba en el plató de Al rojo vivo, de la Sexta, donde está a diario en antena desde hace 60 días. Cien por cien de Rojales -como se define- llegó a Madrid con lo puesto. «Fui con una mochila para 20 minutos de programa y desde entonces estoy allí», en un maratón por los programas de televisión, desde Ana Rosa hasta Sálvame, pasando por Órbita Laika de TVE. ¿Hasta cuándo? Sin fecha ni horizonte, le gustaría tener una respuesta, pero «la erupción cambia de forma muy dinámica, lo que hace que sea complicado cualquier previsión».

Solo ha vuelto para «dar la charla», en una actividad que organizó el pasado fin de semana la Asociación de Divulgación Científica de Alicante en la sala Clan Cabaret, sobre los mitos y las realidades en torno a la erupción en La Palma. Habló de memes y fake news, como los controvertidos tsunamis, si podemos apagar los volcanes o desviar la lava, si se producen por el calentamiento global y si contaminan más que la actividad humana. «Son las preguntas que más me hacen», resume. Sin olvidarse de las incertidumbres que generan miedos. El nombre Nahúm significa «el que da consuelo», y esa está siendo en parte su labor. «Más allá de la parte técnica, debemos comunicar los procesos y qué podemos esperar de ellos para que la gente entienda lo que está pasando y pueda tener cierta sensación de tranquilidad», especifica.

Colabora en el programa Órbita Laika, de TVE, desde octubre

Uno de los griales, subraya, es predecir cuándo van a ocurrir fenómenos geológicos adversos para ser menos vulnerables. Unas veces descifrando informaciones ocultas bajo kilómetros de roca y otras con la única arma de la prevención. Esa es la utilidad de la geología. «El contexto donde uno nace lo condiciona», comenta. De ahí quizá su obsesión por adelantarse a los desastres naturales. De ese temor de la Vega Baja por los terremotos, las inundaciones y las sequías. En el caso de la comarca, continúa el que también fue concejal en Rojales, es imprescindible «un urbanismo responsable», pero sobre todo «tenemos que pensar en el futuro y en qué podemos hacer para mitigar los efectos de eventos extremos que no podamos predecir para que nos afecten lo menos posible».

"Más allá de la parte técnica, debemos comunicar los procesos para dar tranquilidad

La geología, insiste, ha posibilitado la aparición y evolución de la vida. Pero, «siendo realistas, en otras muchas ocasiones nos ha puesto al borde de la extinción». En su libro Un geólogo en apuros. Un viaje a través del tiempo y hacia lo más profundo de la Tierra (Paidós, 2019) resume millones de años en menos de 200 páginas y habla de un futuro catastrófico y del cambio climático. «Tenemos que tomar una decisión valiente para reducir las emisiones de dióxido de carbono y no aumenten más las temperaturas de nuestro planeta». De lo contrario, advierte, «podemos ir a una situación de no retorno». En unos meses publicará otro sobre volcanes. Lo acabó justo antes de la erupción en La Palma, a la que después le ha dedicado un capítulo.

Pero «no todo son volcanes», insiste este geólogo que ha crecido en el monte, entre rocas y fósiles. En una comarca en la que se puede disfrutar de «una geología y un paisaje poco conocidos pero muy diversos, desde las sierras de Callosa o de Orihuela, que son un relieve realmente imponente, pasando por la tierra de Algorfa y Benejúzar, hasta las salinas de La Mata y Torrevieja, con una roca que llamamos evaporítica porque se forma con la evaporación del agua». Así se ha ido modelando su vocación por una ciencia que recuerda que «la superficie terrestre se renueva constantemente, y en ese lifting de escala planetaria se destruyen y construyen páginas muy valiosas de nuestra historia», concluye.