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Jurowski y Kavakos vuelven seis años después

El director ruso dirige el concierto de violín de Brahms con el griego como solista, y La Grande de Schubert

Leonidas Kavakos.

En octubre de 2015 abrieron brillantemente la quinta temporada sinfónica del ADDA los mismos protagonistas del concierto de esta noche: el director ruso Vladimir Jurowski y el violinista griego Leonidas Kavakos. Entonces lo hicieron con la Orquesta Filarmónica de Londres y hoy lo hacen con la Orquesta de la Radio de Berlín, de la que Jurowski es el nuevo director titular.

Wolfgang Amadeus Mozart

(Salzburgol,1756-Viena,1791)

Obertura de Don Giovanni (KV527)

u El 29 de octubre de 1787 Mozart estrenó en el Ständetheater de Praga el drama jocoso en dos actos Don Giovanni, ossia Il dissoluto punito (Don Juan, o El disoluto castigado ), con libreto de Lorenzo Da Ponte. La ópera, cuya acción se desarrolla en España en torno al mito de don Juan, surgido de la obra del siglo XVII El Burlador de Sevilla de Tirso de Molina, fue uno de los grandes éxitos mozartianos desde su primera representación, a la que asistió el famoso Giacomo Casanova. Mozart y Da Ponte se encontraban en Praga desde principios de aquel mes de octubre dando redacción y composición musical a las últimas partes. Tal y como se deduce del manuscrito de la partitura, la Obertura que hoy escucharemos fue escrita de un tirón la misma noche del estreno. Desde la primera nota de esta Obertura es evidente cómo Mozart elevó su música por encima de la ópera bufo-jocosa hasta la altura de una tragedia ultraterrena, una música cruda y tenebrosa desde la dulzura del amor al horror de la muerte. Don Giovanni está considerado el punto culminante de la creación escénica de Mozart.

Johannes Brahms

(Hamburgo,1833-Viena,1897)

Concierto para violín y orquesta, en re mayor (opus 77)

u Este concierto es una de las obras más populares de Brahms y de todo el repertorio violinístico, como los conciertos de Beethoven, Mendelssohn o Chaikovski. Brahms había previsto al comienzo cuatro movimientos pero suprimió finalmente el scherzo que, modificado, fue incorporado al segundo de sus conciertos para piano. La obra fue estrenada el 1 de enero de 1879 en Leipzig con el gran Joachim como solista y el mismo Brahms en la dirección orquestal. El concierto fue concebido para Joachim, amigo de Brahms desde hacía mucho tiempo, a quien le sometió la partitura después de finalizarla en el verano de 1878 en Pörtschach, a orillas del Wötersee. Joachim inicialmente la consideró intocable y pidió una serie de modificaciones que Brahms aceptó con dificultades. Fue precisamente lo difícil de ejecutar las partes solistas lo que hizo que tardara tiempo en imponerse en el repertorio, pese a los esfuerzos del violinista Joachim. Los compositores franceses Lalo y Fauré desaprobaron la obra y el español Pablo Sarasate se negó siempre a tocarla. La cadenza para el solista con que concluye el primer movimiento, antes de la coda final, no fue escrita por Brahms y existen versiones de Joachim, Auer, Kreisler y otros.

Franz Schubert

(Viena, 1797-1828 )

Sinfonía número 9, en do mayor, “La Grande” (D. 944)

u Un estudio de Paul-Gilbert Langevin desveló en 1980 que La Grande fue compuesta por Schubert en los años 1825 y 1826, resolviendo así los problemas que planteaba a los musicólogos una obra cuya partitura estaba fechada en marzo de 1828, una fecha supuesta que el autor puso modificando la real de tres años antes. La novena de sus sinfonías fue emprendida en Gastein en 1825 y presentada el año siguiente a la Geselschaff der Musikfreunde. Los músicos de la Gesellchaf der Musikfreunde nunca la ejecutaron porque consideraban que sobrepasaba sus medios. La obra fue estrenada once años después de la muerte del compositor por el empeño de Robert Schumann. Fue Felix Mendelssohn quien la dirigió por primera vez el 21 de marzo de 1839 en Leipzig, al frente de la Orquesta de la Gewandhaus, en una versión abreviada. Es una obra monumental cuya duración sobrepasa la hora cuando se ejecutan todas las repeticiones que figuran en la partitura. Está considerada uno de los grandes momentos de las música sinfónica del siglo XIX, comparada con la Novena sinfonía de Beethoven, y que anuncia ya a Bruckner. Una colosal obra de un compositor con apenas veintinueve años de edad que nunca pudo escucharla.

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