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Javier Perianes como solista y director

El pianista interpreta el Concierto 21 de Mozart y el primero de los de Beethoven en el ADDA

Javier Perianes como solista y director

Wolfgang Amadeus Mozart

(Salzburgol,1756-Viena,1791)

Concierto para piano y orquesta número 21, en do mayor (KV 467)

El 21 de sus 28 conciertos para piano y orquesta es una de las obras de Mozart que gozan de una inmensa popularidad, en buena parte debido a las miles de veces que se ha utilizado por los directores de cine el segundo movimiento, un Andante elegíaco. El concierto se inicia con un tema de marcha en el que la cuerda y el viento se responden imponiendo un ritmo solemne antes de que, en el segundo tema, entre el piano como si fuera una cadenza. Después del segundo tema vuelve al piano el tema inicial dando lugar a un episodio contrapuntístico de una gran dificultad de ejecución pues exige una digitación casi virtuosista. En el segundo movimiento, el Andante, un incomparable arte de la modulación crean una poesía nocturna gracias a un canto continuo que exhala una intensa y contenida emoción. El Allegro vivace del tercer movimiento es un rondó en forma de sonata con un tema, lleno de vivacidad, que es expuesto por la orquesta y repetido por el solista antes de llagar a un largo tutti lleno de imitaciones. En opinión del musicólogo francés Michel Parouty, esta composición, fechada el 9 de marzo de 1785, destaca por «su majestuosa firmeza, su brillante elegancia, que recuerda -aunque sea lejanamente- el tono “galante”, y muestran con qué rapidez era capaz Mozart de pasar de una atmósfera a otra radicalmente diferente».

Ludwig van Beethoven

(Bonn,1770-Viena,1827)

Concierto número 1, en do mayor (opus 15)

Este concierto fue, en marzo de 1801 en Viena, el primero publicado de las cinco composiciones del genio de Bonn para piano y orquesta. Era el segundo de los compuesto y acabado, y está fechado, como el Segundo, hacia finales de 1795 o 1796. En 1798 compuso Beethoven para él tres cadenzas distintas y lo estrenó en Viena el 2 de abril de 1800 con el mismo compositor al piano. Lo dedicó a la princesa Odescalchi y siempre lo consideró, al igual que al Segundo, composiciones como «ya del pasado». François-René Tranchefort dice de esta obra que tiene la doble influencia de Haydn y Mozart aunque ya se reconocen acentos beethovenianos, en particular en el movimiento central. El movimiento inicial comienza con una importante introducción de la orquesta con la exposición de dos temas sobre los cuales el piano dibujará delicados arabescos. El «Largo» es una especia de lied en el que domina la parte de piano tanto en la conducción melódica como en la ornamentación. El Rondó final es ligero y brillante que a veces sorprende por sus actitud rítmica y sus contratiempos intempestivos.

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