Esteban Figueroa es Fiigueers, artista urbano de 36 años y de origen chileno afincado en San Isidro desde hace quince años. Aunque de día es masajista, de noche o bien temprano por la mañana despliega algunos de sus personajes por muros y paredes abandonadas o manchadas con tags o firmas. Se inició en el paste up (arte empapelado o pegado) con la pandemia y apenas quince seguidores en Instagram y hoy, con unos 1.500 que le siguen los pasos, cuenta con un muestrario de veinte personajes del arte y la cultura, en su mayoría fallecidos, que «tunea» para captar la atención del público en la calle, en especial de los jóvenes, para que se interesen por su historia.
Un Picasso punky, los poetas rockeros Miguel Hernández y Pablo Neruda, Juana Francés y Eusebio Sempere vestidos muy casual con estampados de sus obras, una Clara Campoamor rockabilly, Frida Kahlo con camiseta de los Ramones, Lady Di vestida de Madonna, Camarón, Alan Turing o Nikola Tesla son algunos protagonistas de sus «locuras», como él las llama, que recrea con paste up, una modalidad de arte urbano que utiliza papel impreso con imágenes, textos y colores llamativos.
«Yo no entiendo de arte ni tengo educación artística, pero siempre me llamaron la atención los colores vivos y la mezcla. Tuve un pequeño destello sobre este tema al ver una película sobre Banksy hace años y llegué a hacer alguna plantilla con un amigo, pero fue con la movida contra el Gobierno de Chile, en octubre de 2019, cuando vi que los artistas salían a pegar sus obras de protesta en la calle», explica Fiigueers.
A ello se une su interés por la música y las biografías de artistas, científicos o pioneras que se han ganado un hueco en la historia. Y de ese cóctel salen sus personajes, a quienes mantiene la cabeza pero transforma sus cuerpos con photoshop o con imágenes de amigos que posan para cambiarles la vestimenta y darles un aire de modernidad.
«Mi idea es meter algo de reivindicación y vestirles de forma graciosa para que la gente los vea y, si no los conoce, termine googleando para saber quiénes son y acostarse ese día con algo sabido», explica el artista, que lo vio claro con Clara Campoamor, a quien una amiga suya no conocía, o con Neruda y Miguel Hernández, cuya amistad desconocía él mismo. Ellos, Dalí, Picasso o Frida Kahlo, fueron los primeros. «A veces pongo algo de su biografía, o dejo mensajes en sus cuerpos, con tatuajes, y pongo el código QR de instagram para que la gente sepa quién es el autor y poder conocer mi trabajo», detalla el artista, donde explica o enlaza las vidas de sus personajes.
Asentado en la Vega Baja desde 2006, Fiigueers empezó de forma discreta pegando sus imágenes a pequeño tamaño «con vergüenza y con miedo a las 6 de la mañana» por los pueblos del sur de la provincia y algunos apenas duraban unos días. Luego pasó a Elche y Alicante y notó la diferencia y en València disfrutó «de la explosión del paste up, que allí es una locura». También intercambia imágenes con artistas extranjeros y tiene obras suyas en ciudades como Berlín, París, Nueva York o México.
Las nuevas figuras incorporadas son John Lennon, Lady Di, pegada un mes atrás en Alicante, o Alicia Alonso, hace unos días en Bilbao. Ahora extiende su obra a tela y tabla, y sus piezas y láminas numeradas también se pueden ver en varios lugares de Alicante (Open, La Tremenda Bodeguita y Soul Peckers Tatto). ¿Su última idea? «Hacer algo sensorial, en braille», avanza.
