Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Paisajes del alma, de Ana Ruiz de Apocada. |INFORMACIÓN

Cinco mujeres exploran el mundo de lo femenino a través del arte

Carolina Diego, Lucía Morate, Ana Ruiz de Apodaca, Helena Davó y Ana Pomares inauguran el ciclo expositivo en el Museu Boca del Calvari de Benidorm en un año dedicado a dar visibilidad a la mujer

Femenino Plural es el título de la exposición que se inaugura mañana en el Museo Boca del Calvari de Benidorm, donde cinco mujeres interpretan «lo femenino» a través del arte o muestran el mundo que les rodea desde diferentes visiones. Ellas, las artistas invitadas, inauguran la temporada expositiva en Benidorm programada por la Concejalía de Patrimonio Histórico, en un año dedicado a dar visibilidad a la mujer, que tendrá su continuidad en otros dos proyectos sucesivos: uno fotográfico y otro de arte urbano.

La comisaria de la exposición, Alicia Lamarca, apunta que «después de tantos años de hegemonía masculina en el arte, queríamos centrarnos en las mujeres creadoras con esta exposición donde reunir a diferentes voces femeninas con discursos que pueden ser feministas o no».

En cualquier caso, son ellas quienes hablan en primera persona y «no a través de la mirada del hombre o para la contemplación masculina», como tradicionalmente se ha mostrado lo femenino a lo largo de la historia. Aquí exploran su cuerpo, su sexualidad, sus inquietudes y sus emociones, pero también hablan de aspectos universales que nada tienen que ver con el género.

Arte textil de Ana Pomares contra la violencia de género. | INFORMACIÓN

Las fotógrafas alicantinas Lucía Morate y Carolina Diego, y las benidormenses Ana Ruiz de Apodaca a través de la pintura, Helena Davó mediante el video y la instalación y Ana Pomares con el arte textil son las creadoras que muestran sus obras.

En el proyecto Me quiere, no me quiere, formado por una docena de cuadros con doce sujetadores con distintos mensajes, Ana Pomares reflexiona sobre la «universalidad» de la violencia de género, que se da en países de todo el mundo independientemente de su situación económica o política, y carece de perfiles concretos tanto de maltratadas como de maltratadores. «No vales nada», «Cállate» o «Si me dejas, te mato» son algunas de las frases hiladas a estas piezas.

Carolina Diego, con Ni siento ni padezco se acerca al imaginario femenino a través de autorretratos en los que explora los estereotipos asociados a las mujeres desde una perspectiva crítica empleando su propio cuerpo como herramienta, soporte y objeto de análisis. El ser humano como contenedor de emociones, la identidad o el espacio propio son algunos temas planteados en sus fotografías a través de situaciones ridículas en escenarios cotidianos.

Una fotografía de Carolina Diego de Ni siento ni padezco.

Lucía Morate en Panta Rei propone un paralelismo entre las imágenes realizadas sobre el cuerpo humano y escenas de la naturaleza, ambas en transformación continua. «Me interesa el cuerpo como entidad frágil, íntima y sensorial, como mapa y territorio en el que transitan y mutan las emociones», apunta la autora.

También sobre el cuerpo surge el trabajo de Ana Ruiz de Apodaca, que presenta a través de la abstracción pictórica en Paisajes del alma , donde siempre hay algo femenino que sostiene sus paisajes, «una luz tenue, suave, que siempre gana», que guardan las «mujeres sabias, las que saben los secretos de la vida para volver a poblar el mundo».

Del tiempo habla Helena Davó en su vídeo Tiempo estimado, donde cuestiona el ritmo de vida en el que invertir el tiempo más preciado, y en su video-instalación Dulces sueños, que traslada la intimidad al espacio público a través de diferentes personajes que van circulando proyectados sobre una cama.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.