Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Miguel Hernández, el poeta del compromiso salvado por el tiempo

José Luis Ferris desgrana la trayectoria vital y literaria del autor de Nanas de la cebolla junto al escritor Manuel Rico, en la presentación de su biografía actualizada, dentro del Foro 4 Estaciones organizado por el Club INFORMACIÓN y Banco Sabadell

Foro 4 Estaciones

«Hoy renace el poeta sin muerte que lo evite, sin metralla enemiga que lo impida, sin militares de botas de siete leguas. Es ahora, el momento, el espacio y el día de la canción lanzada contra ellos como un golpe de amapolas en el rostro de la intransigencia». El poeta es Miguel Hernández y quien dice esas palabras José Luis Ferris, autor que ha sabido estudiar, investigar, recomponer y publicar la vida del universal oriolano a través de sus versos y al revés, sus versos a través de su biografía.

Maite Puerto, José Luis Rico y José Luis Ferris, junto al guitarrista Juan Ignacio González, en un momento del recital poético. | PILAR CORTÉS

"Miguel Hernández. Pasiones, cárcel y muerte de un poeta" (Fundación José Manuel Lara) es el resultado de ese trabajo, que el autor presentó ayer en el Foro 4 Estaciones, organizado por el Club INFORMACIÓN con el patrocinio del Banco Sabadell. Y lo hizo en el MARQ, acompañado por el escritor Manuel Rico. Y también por las voces de José Luis Rico y Maite Puerto, que fueron recitando los versos del poeta, con los acordes de la guitarra de Juan Ignacio González.

El público llenó el salón del actos del MARQ. | PILAR CORTÉS

El auditorio del museo se llenó para escuchar los ecos de sus versos y también para conocer mejor a un poeta «de perfil luminoso y sombrío destino», como lo definió Ferris en este acto, presentado por Toni Cabot, director del Club INFORMACIÓN, antes de que comenzarán a sonar sus versos y a través de ellos, realizar un recorrido por su vida.

"El niño yuntero", para trasladar a los asistentes hasta Madrid cuando en 1930 «un joven poeta parte en busca de la gloria». La importancia de Neruda en su vida, el regreso a Orihuela y Josefina, y la apertura a un mundo desconocido y a nuevos amigos: Benjamín Palencia, Mauja Mallo, «diosa de la pintura, reina de las noches», apuntó Ferris.

La soledad de Madrid, las tardes en Velentonia, la casa de Vicente Aleixandre, y la noticia en 1935 «de la muerte del amigo». Para llegar a los versos de "Elegía a Ramón Sijé. Un año después, Josefina es su compañera, «madre de un futuro, esposa de un mañana». Llega la guerra. «Hacen falta muchas manos para cavar trincheras. Es la hora de disparar palabras contra ellos». Y suenan los versos de "Canción del esposo soldado", en la voz de José Luis Rico. "Antes del odio", "Nanas de la cebolla".

Así llegó Ferris hasta las 5,30 de la madrugada del 29 de marzo de 1942, cuando murió el poeta. «Era sábado, víspera de Domingo de Ramos, tenía los ojos abiertos como dos piedras azules. Nunca aprenderán que los poetas no callan, que los poetas son libres como el viento, sin rejas, ni murallas». Y continuó. «Miguel, el más alto poeta destruido, el más ancho rugido callado y más callado. Eso creyeron, porque hoy, como ayer, como mañana, el poeta renace, vuelve sin mordaza, sin duelo, sin metralla enemiga que le detenga, sin muros, sin colmillos, sin batallón de escarchas y de sombras».

Cuatro episodios

Tras el recital, comenzó el diálogo entre el autor del libro y Manuel Rico, Premio de Poesía Miguel Hernández en 2012 con "Fugitiva ciudad" y también presidente de la Asociación Colegial de Escritores de España. Ferris tuvo palabras para Juan Antonio Ríos Carratalá, que presenta esta semana "Los consejos de guerra de Miguel Hernández", cuya investigación «ha sido para mí una referencia para ampliar la época carcelaria», y para Paco Esteve, «mi maestro hernandiano», ambos presentes en el acto, además de Gaspar Peral, «que tenía el santuario de Miguel Hernandéz en Alicante».

Toni Cabot fue dando paso a cuatro episodios o claves de la trayectoria del poeta. El primero, ¿por qué Miguel Hernández? «Ana Gavín, entonces mi editora de Planeta, me encargó su biografía... no estaba seguro, pero acepté. Todo empezó así».

Rico recordó que Miguel Hernández fue «uno de los grandes poetas que leí en mi primera juventud y me acerqué a él a través del libro de Ferris en 2002». Contó que le dejó «deslumbrado» porque abordaba «de manera novedosa una biografía que se leía como una novela».

El poeta en su tiempo fue el segundo tema abordado. «A Miguel Hernández lo enmarcábamos como un poeta tardío de la Generación del 27, pero por fecha de nacimiento se incorpora a la Generación del 36 por muchos críticos», apuntó Rico. «A mí me parece que es un poeta puente, que inaugura una nueva tendencia, que se aleja de las vanguardias y se plantea la recuperación de determinadas formas clásicas».

Ferris recordó que Dámaso Alonso lo llamó el epílogo del 26, «lo que pasa es que por convivencia fue un autor del 27, se subió tarde al tren de la modernidad, pero su ímpetu es tan brutal que alcanzó el último vagón. Con Perito en lunas lo consiguió y con El rayo que no cesa se colocó en el vagón contiguo a la Generación del 27, llega la guerra y el tren pega un frenazo. Pero Miguel pega un salto y se convierte en el maquinista con una poesía comprometida que ninguno del 27 fue capaz de hacer». Fue, según el escritor, «una persona capaz de hacer una poesía de altísimo vuelo, pero comprometido».

Manuel Rico recordó las fricciones del poeta oriolano con Lorca, Cernuda o Alberti. «Miguel tuvo una postura muy clara ante la vida», destacó el autor de la biografía del poeta. «Quería desclasarse, ascender, pero volver a sus raíces para defender a los suyos y hacer una poesía sincera; él no llevaba chaqueta y no podía llevar zapatos porque estaba acostumbrado a las espardeñas».

En este sentido, destacó que «a mí la Generación del 27 que no me la toque nadie, pero hay matices. En una guerra dices que eres escritor para que te lleven a un sitio cómodo, pero él dijo que era mecanógrafo y le llevan a cavar zanjas. Otros se quedaron en Madrid mientras él se jugaba la vida».

Hablaron también de la vida amorosa del poeta y su relación con Josefina Manresa, la que fue su esposa; la pintora Maruja Mallo, que le abrió las puertas al amor carnal, «una mujer que no tiene límites" y que le inspiró para "El rayo que no cesa", y la escritora María Cegarra «que tenía algo de las dos».

El tercer episodio se centró en el recorrido vital y Rico abordó la figura de Luis Almarcha. «El sacerdote y luego obispo en los primeros años le suministra libros de poesía, le alimenta para que pueda formarse, y sin embargo en la época carcelaria pudo hacer más de lo que hizo».

20

Presentación del libro “Miguel Hernández, pasiones, cárcel y muerte de un poeta”

«Miguel no despertó más que afectos en su vida, le querían hasta los propios falangistas, pero has citado a una persona que me da mucho miedo citar», afirmó Ferris. «Por hablar de él he recibido hasta amenazas. Tenía un poder brutal, más que cualquier político de la época y podía haberlo sacado de la cárcel».

La vigencia del Miguel Hernández ocupó la última parte del acto. «Está en la conciencia popular, en la música de Serrat, en la de Adolfo Celdrán, y está en los libros porque no pudieron acabar con él. Eso demuestra que la poesía, la gran poesía, prevalece por encima del tiempo».

Vigente, aseguró José Luis Ferris, «porque Miguel Hernández no envejece». Ahora, «con la guerra en Ucrania hay poemas suyos que están dando vueltas en las redes sociales, ha vuelto a estar ahí porque es el poeta del compromiso, el poeta del sufrimiento».

Como "Tristes guerras", que escribió en la cárcel el poeta. "Tristes guerras/ si no es amor la empresa./ Tristes. Tristes / Tristes armas/ si no son las palabras./ Tristes. Tristes./ Tristes hombres/ si no mueren de amores./ Tristes. Tristes".

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats