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La revista Canelobre muestra la arqueología sumergida en Alicante

La publicación del Instituto Gil-Albert recorre los hallazgos más importantes en las costas de la provincia y ahonda en la necesidad de proteger el patrimonio subacuático a través de 21 artículos en un volumen de 500 páginas

José Antonio Moya, Pilar Tébar, Julia Parra, Jaime Molina y Héctor Fernández, con el nuevo Canelobre DIPUTACIÓN

"El patrimonio sumergido es de todos y hay que cuidarlo, pero para ello primero hay que conocerlo". A partir de esta máxima se ha elaborado la nueva revista Canelobre, que edita el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, y que dedica su número 72 a la arqueología subacuática de la provincia y a los principales hallazgos en el fondo del mar de nuestras costas.

El autor de la frase anterior es Jaime Molina, catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Alicante que, junto a José Antonio Moya, profesor del Departamento de Comunicación y Psicología Social e investigador del Instituto Universitario de Arqueología y Patrimonio Histórico, han coordinado el volumen monográfico "El patrimonio sumergido de Alicante", un trabajo de 500 páginas que reúne 21 artículos de especialistas en la materia.

Estas aportaciones indagan en las entrañas del Mar Mediterráneo y sacan a la luz "auténticos tesoros ocultos a nuestros ojos y que forman parte imprescindible del relato de la historia”, que incluyen naufragios legendarios de navíos romanos, vestigios de las dos guerras mundiales o enclaves arqueológicos como Portus Ilicitanus o Lucentum, como ha señalado la vicepresidenta de la Diputación de Alicante y diputada de Cultura, Julia Parra, durante la presentación del nuevo Canelobre, junto a los coordinadores, el director de Revistas del Gil-Albert, Héctor Fernández, y la directora del Instituto, Pilar Tébar.

El Portus Ilicitanus de Santa Pola, el pecio romano del Bou Ferrer, el puerto de Lucentum en la bahía de la Albufereta, el Deltebre I o la creación de la Carta Arqueológica del Patrimonio Cultural Subacuático de Alicante son algunos de los temas abordados por diferentes investigadores, así como algunos navíos hundidos durante la I y la II Guerra Mundial y submarinos en las costas alicantinas.

Portada de la revista Canelobre "El patrimonio sumergido de Alicante"

Portada de la revista Canelobre "El patrimonio sumergido de Alicante" INFORMACIÓN

Los coordinadores han incidido en la importancia de concienciar a la población de la protección del rico patrimonio arqueológico subacuático de la provincia que esta publicación recoge. "Hicimos la selección pensando en el ciudadano, para que tome conciencia de lo que encierra nuestro mar, que como señala la Unesco, el fondo del mar es el museo más grande del mundo y solo se cuida lo que se concoce", ha destacado Moya. 

"El Mediterráneo es un mar histórico, habitado durante milenios y de mucho tráfico marítimo -han indicado los coordinadores- y hay más restos de época antigua o romana, luego desciende y vuelve a subir en los siglos XVI, XVII y XVIII, a veces hay joyas como el Pecio Bou Ferrer que no tiene parangón en el ámbito del Imperio Romano. Tenemos un nivel bueno de conocimiento pero cuanto más investigas, más sale. Todo indica que a grandes profundidades hay un patrimonio inmenso. El salto será cuando trabajemos con otras tecnologías para bajar a aguas profundas a hacer prospecciones, eso ya se está haciendo en algunos países, pero cuesta dinero".

Y no todo son barcos. "En la bahía del Portitxol llevamos localizadas casi 200 anclas sin que haya un barco hundido asociado a esas anclas, y no solo eso: hay una cantidad de restos impresionantes de maniobras de fondeo de barcos, de cargas que se pierden, que dan una información valiosísima, casi tanta como si hubiese un barco, y todo eso multiplica mucho las posibilidades de conocimiento".

Entre los artículos están las firmas de los arqueólogos alicantinos Rafael Azuar, Omar Inglese, Antonio Espinosa, Xavier Nieto, Alejandro Pérez, Francisco Álvarez, Fernando Candela, Carlos de Juan Fuertes o Jorge Blázquez; el brigada jefe de los GEAS de la Guardia Civil de Alicante, Antonio García; la responsable del Centre d’Arqueologia Subaquàtica de Catalunya, Ruth Geli; o la directora del Centre d’Arqueologia Subaquàtica de la Comunitat Valenciana, Asunción Fernández.

El monográfico incorpora una introducción del jefe del Área del Patrimonio Arqueológico Subacuático del Instituto de Historia y Cultura Naval de Madrid, Alfredo González, así como la investigación del profesor de la UA Daniel Mateo sobre el pecio Mariposa E hundido en Cerdeña o el valioso legado de Jorge Juan, en un estudio sobre su barco del periodista Juanjo Payá. Asimismo, Miguel San Claudio, de la Universidad de Texas, ofrece información sobre las naves atlánticas de la época de mayor esplendor de la Armada Española, los galeones de Felipe II. 

Eecuperación de un recipiente de la cocina del pecio Bou Ferrer JOSÉ ANTONIO MOYA

Desde el punto de vista divulgativo, Canelobre recoge interesantes aportaciones de Gabriel Soler y Juan Eduardo Guillén, del Instituto de Ecología Litoral, sobre la fauna y flora que coloniza los restos arqueológicos bajo el mar junto al testimonio del fotógrafo submarino Rafael Martos. Tampoco faltan artículos metodológicos como el del coordinador, José Antonio Moya, sobre la documentación fotográfica ni el relato de dos generaciones de profesionales del buceo, Terencio Pérez y Alejandro Pérez.

La revista está a partir de hoy a disposición del público en la sede del Instituto Juan Gil-Albert por un precio de venta de 23 euros. Se distribuirán ejemplares en todas las bibliotecas públicas de la provincia y universidades españolas, así como en los centros educativos y culturales que lo demanden. Esta primera edición cuenta con 800 ejemplares impresos en color de gran calidad.

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