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Miguel Hernández y los poemas que nunca fueron

Carmen Alemany, catedrática de la Universidad de Alicante, transcribe y ordena en un libro más de 170 anotaciones del poeta oriolano con ideas, reflexiones y poesías que no acabó

Texto inédito de Miguel Hernández.

Fueron tan solo once años los que pudo dedicar Miguel Hernández a escribir. Poemas, obras de teatro y artículos que convirtieron al poeta oriolano en una de las grandes figuras de la literatura. Pero muchos versos, muchos pensamientos, muchas ideas se quedaron en el camino, sellados a lápiz o plumilla en papeles en los que anotaba frases, poemas que nunca llegaron a serlo, reflexiones y borradores llenos de tachaduras y correcciones que también forman parte de su creación literaria y dicen mucho de su persona.

Así lo ha visto Carmen Alemany, catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Alicante y estudiosa de Miguel Hernández, que ha reunido, interpretado, transcrito y ubicado en el tiempo más de 170 escritos del poeta que forman parte del legado que en 2013 pasó a ser propiedad de la Diputación de Jaén.

Carmen Alemany, en un congreso sobre el poeta oriolano esta semana en Zurich.

"Textos inéditos e inconclusos de Miguel Hernández (estudio y edición)", que ha visto la luz gracias a la Universidad de Jaén donde se presentó el 23 de noviembre, es el título de este volumen que recoge «desde textos sin título hasta borradores y composiciones inacabadas», asegura Alemany, cuya relación con estos textos comenzó hace ya años cuando hizo su tesis doctoral en 1992. Entonces realizó la transcripción de los más de 1.000 manuscritos que forman parte del archivo poético del autor de "Para la libertad". Los ordenó, «desde el origen hasta la versión definitiva de cada poema porque de casi todo hay versiones previas».

Este material se publicó en la obra completa de 1992, pero existían cerca de dos centenares de textos que no estaban identificados con los poemas definitivos y que no llegaron a ser tales. Y en ese volumen de documentos es en el que ha trabajado Carmen Alemany para darles sentido y ponerlos en contexto.

No fue fácil ni descifrar lo escrito -cuyas ideas separa con guiones a modo de versos-, en ocasiones emborronado o semitachado, ni enmarcarlo cronológicamente ya que nunca ponía fecha. «Para saber si era una fecha u otra contemplé varias posibilidades. Por un lado la temática y por otro el tipo de letra. Cuando estás acostumbrada a leer a Hernández durante tantos años te das cuenta de si pertenece a una época u otra por el tipo de escritura».

En el estudio, Carmen Alemany ha dividido estos documentos en cuatro ciclos. El primero, alrededor de "Perito en Lunas", en el que hay casi un centenar. Abarca desde el 31, cuando vuelve de Madrid, hasta que se publica esa obra en el 33, con el tema de la naturaleza. El segundo, entre finales de 1934 y la primavera de 1936, con "El rayo que no cesa" como eje central y el amor como temática, con una veintena de escritos. El tercer ciclo es el periodo bélico, del 36 al 39, en el que hay unos 30 documentos sobre la guerra. Y el último, el carcelario, alrededor de "Cancionero y romancero de ausencias", con casi una veintena de escritos hasta 1941, un año antes de su muerte en Alicante, hace ahora 80 años.

La naturaleza

En el primer ciclo aparecen «cosas muy interesantes». Entre ellas un escrito hasta ahora inédito («La luz se acuesta en los campos /en lechos de holanda fría...») de lo que pudo ser un poema, posibles títulos de octavas para Perito e n Lunas, «que finalmente no fueron desarrolladas». Aparecen también definiciones de palabras «y una extensa red de ideas», ya que «incluso en estos esbozos escribe algunas frases que son prácticamente un proceso de creación».

El escrito inédito de Miguel Hernández y su transcripción. Información

Como ejemplo, en uno de los textos anota: «Poesias por // Los peones camineros-los carabineros-confitería-el barberillo-El torerillo suena».

También apunta Alemany que en este ciclo hace referencias a Quevedo, dejando ver incluso que preparaba su biografía, «que finalmente no llegó a hacer o no tenemos constancia». Escribe el poeta: «Pero qué digo amor, si no tengo (para la vida de Quevedo)».

En esta época, empieza a escribir las octavas para "Perito en Lunas", porque para la Generación del 27, «Góngora era fundamental y Miguel quiere ver en él un referente, pero después se da cuenta de que es más afín a Quevedo por lo que él quería hacer».

No obstante, en sus escritos menciona a Góngora. «Batallas de muerte en campos de pluma», anota el poeta, en base al autor del Siglo de Oro que escribió: «A batallas de amor, campos de plumas».

El amor

En el segundo ciclo, en torno a "El rayo que no cesa", hay menos borradores porque decrece el proceso de creación, apunta la catedrática. «Ya tiene habilidad para el verso, ha aprendido mucho y le resulta fácil crear el soneto».

Aquí se encuentran reflexiones sobre el amor y algún poema inconcluso. Como ejemplo cita Carmen Alemany unos fragmentos «en los que se respiran los aires de los sonetos más amorosos de El rayo»: «guardíán de tu retrato-insignias de tus besos-ejercicios de llano -respiratorias azucenas de lirio respiratorio y leve».

También hay detalles muy personales, como un texto en el que habla de Greta Garbo, cuando vio la película La reina Cristina de Suecia.

Poema del segundo ciclo, con su transcripción. Cristina Martínez

La guerra

«El poeta es, soy el hombre más herido en medio de su pueblo y la lucha y puede ser también el más muerto-pongo mi alma a disposición «del pueblo». Este es uno de los textos incluidos en el tercer ciclo, del periodo de la Guerra Civil. 

Y también una prosa poética titulada "Los muertos". O un poema inacabado, "A la huelga", que comienza: «Cuando caiga un albañil/ detén el ladrillo,/ detén la vida,/ detén la tierra/ detén el barco,/ detén la hoz...».

También hay escritos sobre periódicos de la guerra, anotaciones y «una serie de temas que podían servir para el teatro que estaba escribiendo, los artículos en periódicos o los poemas».

La cárcel

Este cuarto ciclo se desarrolla en la etapa carcelaria del poeta, con escritos de prosa poética sobre todo. El eje central es Romancero y cancionero de ausencias, y esa palabra, ausencia, se convierte «en un término clave».

Aquí destaca la catedrática un poema que no acabó, «pero casi», titulado "Negro", del que hizo varias versiones. «Como la fuente que brotará luto,/ fino luto rizoso, negra fuente/ derramada hacia atrás, tu pelo», escribe en la primera estrofa del poema.

De esta forma, Carmen Alemany configura este volumen en el que además de conocer mejor el proceso creativo del poeta también refleja su evolución como persona. «Era una persona bastante obcecada en aquello en lo que pensaba. Cuando viajó por primera vez a Madrid se dio cuenta de que si no trabajaba el verso no iba a ninguna parte y puso todo su empeño en ello, se dedicó a escribir sin descanso, con diccionarios de rimas... no paró de trabajar. Y todo eso lo hizo en 11 años».

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