Un docugame es un documental que se juega, un híbrido entre el videojuego y el documental o un documental interactivo trasladado al campo de los videojuegos. Mientras el jugador va pasando sus niveles, va encontrándose con pequeñas entrevistas filmadas a personas reales para encontrar respuestas a los temas planteados en el juego. Así lo explica Mario-Paul Martínez Fabre, director del proyecto de docugame Tiki's Journey con Vicente J. Pérez, Damià Jordà, Fran Mateu y miembros del Grupo Massiva del Centro de Investigación en Artes de la Universidad Miguel Hernández de Elche. El mismo equipo creador del documental Arcadeología, sobre la importancia de preservar el legado de los videojuegos y su huella en la cultura y estrenado el pasado verano en cines.
Este producto ahora en construcción, elaborado con estudiantes de cuarto curso del Grado de Comunicación Audiovisual de la UMH, es una especie de aventura gráfica ambientada en un mundo donde los videojuegos están desapareciendo y el protagonista -un personaje pixelado llamado Tiki, "que parece salido de un videojuego hawaiano de los 80", bromea Martínez Fabre- tiene que descubrir por qué.
"Visualmente es un videojuego para jugar en ordenador o en consolas y nuestra idea es lanzarlo a plataformas de ordenador y videojuegos de Nintendo. Es un proyecto de largo recorrido, estamos en la primera fase y tardaremos aún dos años en terminarlo", explica el miembro del grupo Massiva, que apunta que este formato híbrido es raro de ver, tanto en España como en el resto del mundo. A ellos, después de Arcadeología, se les ocurrió crear un juego con el documental que, de paso, tuviera cierto carácter divulgativo.
En Tiki's Journey, a través de pantallas y proyecciones se muestran los niveles del juego, los personajes animados, etc. La parte documental llega cuando el jugador encuentra unos chips dorados que van abriendo películas con las entrevistas realizadas a personalidades destacadas de este campo, como el director de cine Enrique Urbizu -que inició su trayectoria profesional en el sector de los videojuegos y realizó algunos con Álex de la Iglesia-, la periodista cultural Marta Trivi (Anait Games), David Martínez -director Hobby Consolas- o Marai J. Morillo, directora técnica de la Biblioteca Nacional de España, entre otros, que van dando explicaciones, así como también unas píldoras documentales más breves incluidas en el proyecto, a medio camino entre el juego de exploración y la aventura gráfica.
"Lo ponemos fácil para que el jugador se vaya encontrando estos fragmentos documentales, otros se tendrán que buscar más, pero el juego se puede recorrer varias veces y seguir distintas rutas para que seas tú el que te hagas tu propio documental y te formes una idea de por qué han desaparecido los videojuegos del mundo o si estamos haciendo algo por conservarlos, con planteamientos diferentes".
¿Un videojuego divulgativo es posible sin ser aburrido? "Con mucho humor y mucha broma, sí es posible. Aquí hay muchos guiños a videojuegos clásicos, con objetos o músicas características de algunos de ellos, y jugamos también con la obsolescencia, por ejemplo, con personajes que van más lentos porque pertenecen a videojuegos antiguos", explica Mario-Paul Martínez, que añade que los personajes y escenarios gráficos del videojuego son obra de Marco Francés, José Luis Maravall y Esther Terol.
![Imagen de la exposición "Game[iN]g Problems" vinculada al proyecto](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/85c23ea2-8663-4dde-84cf-3213eab8930d_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
El proyecto ha comenzado a mostrarse a través de la exposición Game[in]g Problems instalada en la Fundación La Posta de València hasta el 16 de abril, y el pasado viernes se presentó un libro-catálogo que ha surgido de todos estos procesos, en los que participan también autores y autoras internacionales.
