¿Cómo contarías una exposición si el visitante no pudiera ver ni pudiera tocar las obras? Esa es la premisa que sirvió de punto de partida a la artista alcoyana Rosana Antolí para trabajar en una muestra sonora que se presenta el jueves 21, en la apertura de la 59ª Bienal de Venecia.
La propuesta partió de Index, la Fundación de Arte Contemporáneo de Suecia, para crear la serie Aural Exhibition, un programa expositivo múltiple solo de sonido, en el que ha reunido, además de a Antolí, a los artistas Natália Rebelo y el colectivo Editorial Board, y a los comisarios Lucy Lippard, Hans Ulrich y Samantha Lippett, entre otros, que ofrecen su visión de la exposición como una situación de escucha.
El hecho de que sea una muestra en la que no se puede ver nada implica "que yo puedo inventarme lo que sea porque todo puede caber, no hay límites", asegura la artista afincada en Londres. "Aproveché para crear una exposición que fuera mi mayor obra hasta el momento de una forma casi utópica".
Es su propia voz la que conduce al visitante por la muestra sonora, con un contenido fruto de la investigación y también de la imaginación. "Desde hace un año no solo estoy escribiendo más y registrando las ideas y reflexiones con las que investigo, sino que también las narro con mi propia voz de forma performativa".
De esta forma irá guiando al que escucha por las diferentes salas sonoras de la muestra. "Son seis salas que tienen relación con mi practica artística; hay surrealismo, hay baile, hay coreografías eternas, porque no hay límites, hay gesto, hay movimiento; referencias a artistas que me gustan mucho, como Pina Bausch o Juliao Sarmento, y también muchas referencias musicales".
Lo que más le atrajo es lo ilimitado del proyecto, el espacio infinito para narrar cualquier propuesta. "Se trata de mostrar cómo seria esa exposición si no hubiera límites económicos, espaciales y temporales". De hecho, hay una sala "en la que hay un océano, hay unas criaturas y unas reflexiones sobre todo lo que he investigado sobre el agua".
Era pensar en términos "ilimitados, en la desmaterialización de la exposición". "Cómo se podrían transmitir nuestras ideas mezclando el campo de los sueños, de las ideas, con el trabajo real". Una serie de trabajos que, asegura, "son ideales, nunca podrían pasar".
