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Fernando González Molina Director de cine y series

"Alicante es un lugar de contrastes y eso es fascinante para los que hacemos cine"

El director de cine, Premio Lucentum del Festival de Cine de Alicante, presenta este viernes (19h) el primer capítulo de la temporada final de la serie "Paraíso" en los cines Kinépolis de Alicante

Fernando González Molina GERMÁN CABALLERO

Fernando González Molina (Pamplona, ​​1975) tiene la virtud de convertir en éxito todo lo que toca, desde Fuga de cerebros a Tres metros sobre el cielo o Palmeras en la nieve . Dice que lleva un Peter Pan dentro y por eso trabaja tanto con jóvenes, a quienes ha cautivado con la serie Paraíso , rodada en escenarios cercanos de la provincia como Altea, Benidorm o Xàbia , cuya segunda temporada se estrena este viernes en Alicante, dentro del festival de cine que le entrega el sábado el Premio Lucentum por su carrera.

El festival reconoce su trayectoria con el Premio Lucentum. ¿Le sorprende?

Lo recibí con sorpresa porque tengo 46 años y soy un poco joven para homenajes (ríe). Piensas que te queda todo por hacer, que hay gente enorme a la que se le ha dado ese premio y crees que te faltan méritos, pero lo recibo súper contento y muy ilusionado.

¿Ha ayudado el premio a presentar la temporada final de la serie Paraíso en Alicante?

Estaba ya previsto viajar a Alicante con la serie por las fechas del festival, porque estrenamos el 16 de junio en Movistar Plus+ y encajaba muy bien con nuestro calendario, y también por la vinculación de la serie con la provincia de Alicante y la Comunidad Valenciana, que hemos rodado muchísimo ahí.

Tras la primera temporada dijo que quería que la provincia de Alicante tuviera más protagonismo en la segunda. ¿Lo tiene? 

Tiene mucho protagonismo, no sé si más, pero al menos tanto como en la primera, porque el pueblo ficticio en el que se desarrolla la serie, Almanzora de la Vega, es un rompecabezas de muchos lugares de toda la Comunidad Valenciana y de Alicante -Altea, Calpe, Xàbia...- Es un pueblo que he creado fruto de otros. Pero es verdad que Alicante es un lugar de contrastes que se pueden explotar mucho más todavía porque puedes estar en un pueblo del interior, coges la carretera y acabas en Benidorm, y avanzas un poquito más y de repente estás en Altea, que no tiene nada que ver, y eso es fascinante para los que hacemos cine.

¿No le hubiese costado menos ubicar la serie en un pueblo concreto?

(ríe) El problema es que la serie está ambientada en el año 92 y pueblos que se conserven como en el 92 apenas existen por el desarrollo urbanístico de la zona, el turismo que ha pasado por encima de estos pueblos, que los ha transformado y ampliado, y al final para crear este pueblo más recogido y que tuviera ese espíritu de los 90 hemos tenido que coger cosas de aquí y de allá y que estuvieran sin tocar.  

La segunda temporada de "Paraíso" es mucho más oscura, más juguetona y más sensual

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¿Qué van a ver los seguidores de esta serie fantástica en la nueva entrega?

Es una temporada mucho más oscura, más juguetona, más sensual, en la que se responden las grandes preguntas que se plantean en la primera temporada -quién es Javi, cuál es su relación con la secta de los villanos de la historia, cuál es su secreto familiar...- da las claves que tienen las historias de héroes fantásticos, que indagan en la parte oscura para ver qué une a tu personaje de luz, al héroe, con las tinieblas que has presentado en la primera temporada. Y la temporada es mucho más tramposa, en el mejor sentido de la palabra, más retorcida; el argumento gira y gira para inquietar al espectador hasta el final de la serie y colocarle en un lugar sorprendente. En Alicante vamos a proyectar el primer capítulo, que es muy especial y muy independiente, en el que se lanzan todas las tramas de la temporada, muy espectacular.

Fernando González Molina, durante el rodaje de la serie "Paraíso" MICHAEL OATS

¿Qué aporta a la ficción nacional esta serie de un género tan poco habitual?

Justamente eso, su propia singularidad la hace especial. Recoge los códigos del fantástico más universal e internacional, empezando por Harry Potter o Star Wars y acabando por Los Goonies, y se trata de llevarlos a nuestro terreno y asociarlos a nuestra adolescencia, al histórico de nuestro país y a nuestro propio ADN. Y al final entremezclamos estos códigos de lo fantástico con cosas como los crímenes de Alcàsser o las desapariciones de chicas en los años 90, las discotecas de playa o los pueblos de costa que todos conocemos. Y esa es su singularidad, que no hay ninguna serie así aquí.

Está acostumbrado a trabajar con jóvenes en sus películas y series. ¿Le gusta contar historias para este público? 

No es algo preconcebido, pero creo tiene un poco que ver con el Peter Pan que debo de llevar dentro (ríe). Puede ser eso o que al final, como de adolescente fui un niño bastante acomplejado y bastante nerd, que para nada vivía ni esas aventuras ni esos romances, de alguna manera me estoy vengando del mundo a través de las cosas que cuento. Pero es verdad que vuelvo ahí de manera natural, no es una cosa de marketing que diga: "Como me va bien con las cosas de jóvenes, voy a seguir con los jóvenes para tener éxito". No. Es más una cuestión de piel, de inercia. Cuando me puse con Paraíso dimos muchas vueltas y al final acabamos ahí, de forma natural busqué volver a mi adolescencia, a mis años 90, y es mi venganza contra el mundo. La ficción te permite viajar a la adolescencia que te hubiera gustado tener, a historias de amor que no pudiste vivir o a ser el héroe de la historia.

Después de la Trilogía del Baztán sentía la necesidad de crear algo desde cero, de diseñar un universo propio, y me he quitado la espinita con la serie

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Paraíso iba a ser de una serie de una temporada y tuvo segunda. ¿Seguro que no hay tercera?

En las series siempre dependes del éxito de la primera temporada, pero en nuestro diseño de personajes y tramas siempre existió la idea de que la serie tenía un final muy concreto, que es el final de esta segunda temporada. Gracias a que gustó mucho en Movistar y a que se ha estrenado en más de 50 países nos dejaron hacer la segunda temporada. 

Sí se habla de una tercera película de Tres metros sobre el cielo.

Hay un guion en el que estuvimos trabajando durante el confinamiento que a los productores les entusiasmó, y a casi todo el mundo involucrado en la película, pero ya no está en mi mano convencer a todos los elementos de la película original para que vuelvan a ella. Pero te puedo decir que hay un guion sobre la mesa y una historia maravillosa que estoy dispuesto a contar. En Instagram me escriben unas diez personas al día pidiéndome por favor una tercera película y tengo ganas de salir un día y gritar en un vídeo: "¡No depende de mí!". Pero yo estaría feliz de hacerla. Igual hace diez años te digo que no, pero coger a esos personajes diez o doce años después y contar una historia que habla de no ser tan joven ya, de lo que esperabas y lo que eres, del paso del tiempo, me parece súper interesante.

Es uno de los directores más taquilleros, desde Fuga de cerebros a Palmeras en la nieve. ¿Hoy podría superar el millón de espectadores como ha hecho con películas anteriores?

Ahora mismo es más complicado que entonces. Yo tuve mucha suerte de contar estas historias y que la gente fuera a verlas al cine, pero ahora tampoco se hacen tanto ya. Hay muchas películas pequeñitas, pero no hay tantas grandes que compitan de igual a igual con los estudios y el cine americano. No veo tampoco que las distribuidoras apuesten tanto, y la asistencia al cine ahora es menor después de la pandemia, es evidente. Para que te hagas una idea, mis últimas pelis de la Trilogía del Baztán, donde realmente han sido un éxito es en Netflix. La primera funcionó bien, la segunda fue normal y cuando en el confinamiento pusieron la última, El legado de los huesos, en Netflix fue cuando fue numero uno en España y en casi todo el mundo. Ahí ves que el mercado ha cambiado mucho, que hay público para esas películas, pero que no va al cine a verlas. Creo que las pelis para el cine siempre van a existir, y lo que más deseo ahora es llevar una película al cine el año que viene, después de tanto tiempo, pero ahora el mercado se distribuye de forma distinta y cada proyecto busca su lugar natural. Yo no he estrenado nada en el cine desde 2019 y realmente me pesa ya un poco.

¿Prepara una película, entonces?

Sí, como todos los hiperactivos del mundo, tengo varios proyectos en desarrollo para conseguir que salga uno de ellos y mi idea es estar rodando el año que viene una película.

Cuando me enteré del cierre de Ciudad de la Luz me pareció un sacrilegio. La reapertura es una buenísima noticia

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Con Paraíso ha abandonado las adaptaciones y se ha implicado en su creación. ¿Será ese el camino a seguir?

Realmente sí me pesaba que desde Fuga de cerebros todas mis películas eran adaptaciones de novelas, que fue una cosa que sucedió de manera absolutamente circunstancial (porque en ese viaje hubo dos proyectos enormes de películas con guion original que no salieron) y las que se colocaron de forma sencilla fueron las adaptaciones. Después de las tres películas de la Trilogía del Baztán, ahí sí sentía la necesidad de crear algo desde cero, de diseñar un universo propio y nuevo, me lo pedía el cuerpo. Ahora ya me he quitado esa espinita con la serie. Es verdad que de todo lo que tengo en mente, nada es una adaptación de novela y tiendo a guiones originales. Pero donde estén las historias, ahí iremos.

No sé si conoce los estudios de Ciudad de la Luz, que volverán a destinarse a la producción audiovisual. ¿Qué le parece disponer de este espacio? 

Yo ya los conocía. Los visité porque estuvimos a punto de rodar allí la serie El barco y aluciné con el tamaño porque quien no los haya visto no se hace una idea de lo que es. Yo he estado en los estudios de la Warner en Los Ángeles y es lo mismo: ese tamaño, esas comodidades para rodar, ese nivel de equipamiento, de oficinas.. Cuando me enteré del cierre me pareció un sacrilegio, con lo cual ahora es una buenísima noticia para los que nos dedicamos a esto. Yo que odio rodar en Madrid ya le dije a la vicealcaldesa de Alicante que me dejaran por favor ir allí (ríe) porque las instalaciones son brutales. Además, a mí me gustan las pelis grandes, con tamaño, con muchos decorados, y ese es el lugar perfecto para mí. 

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