El artista castellonense Joan Ripollés visitó el pasado lunes Alicante para examinar los daños de la escultura El adivinador, instalada desde 2010 en el paseo del Puerto, que el pasado mes de marzo fue derribada por el temporal venciendo parte de su estructura. El escultor comprobó los desperfectos junto al concejal de Cultura, Antonio Manresa, y la restauradora municipal, Luisa Biosca, para determinar cómo efectuar la reparación de la pieza, realizada en bronce y con un peso de cuatro toneladas. La escultura fue fruto de una donación de la extinta CAM aceptada por el Ayuntamiento de Alicante.
Manresa indicó que "la obra está atravesada por dentro por una viga de hierro y por la parte de arriba quedaba abierta y se introducía agua, lo que ha producido el deterioro", por lo que se ha acordado con el el artista "llevar la escultura a una fundición - se están mirando empresas en Madrid o Barcelona- para su reparación y tapar la parte abierta para que no vuelva a meterse agua".
Manresa también comunicó a Ripollés la intención de cambiar la ubicación de la obra "por seguridad" a un espacio "más diáfano que no sea paso de peatones" y, cuando se decida, se le transmitirá al artista.
Ripollés también aprovechó el viaje para visitar el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) y contemplar, junto a la conservadora Rosa Castells, el último día de la exposición Obertura. Más allá de los mapas, de la colección Jenkins-Romero.