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Antonyo Marest lleva la fiesta a Las Vegas

El artista alicantino crea cuatro grandes obras de 200 metros cuadrados para renovar la imagen del casino The Strat en la ciudad del juego en EE UU

Las obras realizadas por Marest en el casino The Strat de Las Vegas JUSTKIDS

El arte de Antonyo Marest (Villena, 1987) tiene cada vez más pretendientes en Estados Unidos, donde le encargan obras con frecuencia en los últimos años. Miami, Los Ángeles, Salt Lake City o Durham son algunas ciudades a las que el alicantino ha llevado la esencia mediterránea y su particular estilo mediante la pintura urbana de grandes dimensiones. Ahora acaba de volver de Las Vegas, en el desierto de Nevada, donde ha sido el encargado de renovar la imagen de uno de los casinos de la capital del juego en Estados Unidos, The Strat, cuyo complejo hotelero cuenta con la emblemática torre SkyPod, de 350 metros de altura.

No es frecuente que un artista no estadounidense sea el elegido para captar la esencia americana del destino por excelencia de la diversión mundial y Marest ha sido el primer artista europeo en reinterpretar un lugar tan significativo de los Estados Unidos a través de cuatro grandes obras que lucen en el exterior del edificio bajo el título Dancing in the Desert. Cada pieza realizada mide doscientos metros cuadrados y todas las escenas están inspiradas en la noche, la fiesta, la diversión y el alma de Las Vegas, lo que ha llevado al artista a zambullirse en la historia y en los orígenes de la ciudad para cambiarle la cara a este espacio. 

Pero Antonyo Marest esta vez no se ha subido a la grúa para pintar con espray en las alturas, sino que se ha embarcado en su primera creación gráfica digital. En las cuatro composiciones ha utilizado técnicas vanguardistas de diseño digital con obras escalables y la integración de los elementos propios de la sociedad que retrata. El resultado es una combinación de neones, detalles arquitectónicos, cactus, fichas, dados, naipes, cócteles y fiesta que han hecho de sus cuatro obras un reclamo en la renovación de The Strat que, como la ciudad entera de Las Vegas, ha tenido que renacer tras la crisis causada por la pandemia.

Marest ha debido cambiar también el lenguaje visual que acostumbraba a utilizar en sus intervenciones en Miami, una ciudad dominada por la luz y el sol, por la noche, la fiesta y la diversión de Las Vegas.

Con cerca de doscientas obras pintadas por los cinco continentes, el territorio Marest -al que imprime su sello mediterráneo y alicantino inconfundible- es cada vez es mayor fuera de nuestras fronteras, donde el artista es reclamado por la visión colorida, positiva y divertida que imprime a sus obras. "Vengo de una tierra donde el trabajo, el clima y el carácter nos hace mirar a la vida con una ilusión renovada día tras día", señaló él mismo en la inauguración del casino, hace unas semanas.

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