El segundo de los paseíllos protagonizados por José Mari Manzanares ante la afición de su tierra podría figurar en cualquier feria del orbe taurino de cualquier nivel. Incluso obviando el paisanaje, que no deja de sumar a la terna de hoy. Manzanares es el torero más importante del presente siglo y con el que más se ha identificado la afición levantina, y bien que ha respondido el diestro en cuantas actuaciones ha desarrollado ante ella. Se hace difícil entender unas Hogueras sin él.
Si a la presencia del alicantino se añade el indudable atractivo de Morante de la Puebla, el cartel ya adquiere tintes de sello artista y calidad suprema. El torero sevillano está viviendo una madurez en plenitud y la crisis del coronavirus, en lugar de retraerle, le ha espoleado para dar un paso adelante y participar de manera muy comprometida en los ciclos taurinos más importantes. La plaza de Alicante, además, ha disfrutado en diferentes ocasiones de su mejor versión, como en la última de 2019.
Remata esta terna Pablo Aguado, el torero quizá más afectado por el parón pandémico. Eclosionó en 2019 tras una tarde de revelación en Sevilla, y cuajó una gran temporada. En la terreta no pudo torear por culpa de un percance en Madrid, y la de hoy será, por tanto, su presentación ante este público. Sus aires templados, verticales, desarrollan la naturalidad en su máximo esplendor. Sevillanía por los cuatro costados.
Los toros que deben favorecer el éxito artístico llevarán el hierro de Álvaro Núñez, que provienen de Núñez del Cuvillo, camada que dirigió durante muchos años y un ganado, por tanto, muy del gusto de las figuras del toreo y casi sinónimo de diversión.
Por otro lado, la Plaza de Toros rindió homenaje al que fuera jefe de chiqueros, Pedro Planelles, fallecido a primeros de año, con una placa cerámica. El acto contó con la prresencia de sus hijos -Sergio y Verónica-, de su hermano Ramón y de un buen grupo de aficionados.
