La persona de Camilo Sesto se marchó, pero su figura sigue plenamente viva y siempre permanecerá. Y muy especialmente en Alcoy, el lugar en la que nació y que siempre llevó «en el cor», a pesar de permanecer algún tiempo alejado de él. El artista se reencontró finalmente con su ciudad, que le rindió en vida el tributo merecido y que ahora lo sigue llevando también en el corazón, tal y como quedó plasmado este jueves en la presentación de la biografía «Camilo Sesto, ni ángel ni demonio», escrita por el periodista alcoyano Ramón Climent y editada por el Instituto de Cultura Juan Gil-Albert de la Diputación.

Una cita que contó con la asistencia, entre otros, del presidente de la institución provincial, Carlos Mazón, y la diputada de Cultura, Julia Parra, junto con la directora cultural del Gil-Albert, Pilar Tébar, y el responsable del Departamento Publicaciones e Investigación del organismo, Toni Cabot, así como del alcalde de Alcoy, Toni Francés. El Teatro Calderón registró un lleno absoluto en una gala en la que fueron continuas las referencias a la persona de Camilo Sesto, a sus luces y sus sombras y a sus contradicciones, y a ese hilo con Alcoy que alguna vez pareció más borroso, pero que, en realidad, siempre fue continuo. La velada, de hecho, comenzó con una versión que el artista realizó de la canción «Som» de Raimon, poco conocida entre el gran público, en la que reivindicaba las raíces que siempre lo acompañaron.

El presidente de la Diputación afirmó que «no hay mayor ejemplo más ilustre y más internacional de un alicantino que Camilo en el siglo XX». Además, recordó que son «muy pocas» las entrevistas en las que el artista «no hiciera gala de ser de Alcoy». El máximo representante de la institución provincial recordó también un intento de traer al intérprete a la ciudad hace ya más de una década, en tiempos de Jorge Sedano como alcalde, y que él rechazó el encuentro porque, dijo, «sé que me convencerá», como forma de expresar que ese vínculo se mantuvo incluso parecía más débil.

También Julia Parra señaló que «es necesario dejar bien alto» el legado de Camilo Sesto, porque «el silencio es la antesala del olvido» y no puede consentirse que una figura como la del artista caiga en él . Y también, que el lleno absoluto de la sala hablaba «por sí solo del orgullo que siente esta ciudad y esta provincia por un alcoyano que merece todo nuestro cariño y reconocimiento».

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Por su parte, Ramón Climent incidió en que «hoy celebramos que Camilo Sesto sigue vivo en sus canciones, y en libros como este». A lo largo del último medio siglo «lo hemos amado y odiado», de la misma forma que la opinión pública lo ha podido ver en lo más alto y en lo más bajo a través de los medios de comunicación. Reconoció que Camilo «era especial, era complicado», y que algunas entrevistas «patéticas» hicieron que muchos alcoyanos «pasaran del orgullo patrio a la vergüenza». La ciudad, añadió, no fue ajena a «ese ir y venir del cielo al infierno», pero hoy, recalcó, «nadie se atreve a hablar mal de Camilo». «Ángel o demonio; ni lo uno ni lo otro, o las dos cosas al mismo tiempo», sentenció el autor del libro.

El alcalde también había elogiado al artista como «una persona extraordinariamente única, irrepetible, en todas sus vertientes». Toni Francés afirmó que Camilo «es una luz eterna que no se apagará nunca, que ilumina generaciones y generaciones». El primer edil alabó también la labor del Club de Fans, cuyo presidente, Gilberto Molina, entregó un reconocimiento a Los Dayson, el primer grupo que formó Camilo en Alcoy, y cuya actuación puso el broche final a la emotiva cita.