Dejó el periodismo deportivo para saltar a su propia cancha de juego como actor. Y el tiempo ha demostrado que Antonio de la Torre (Málaga, 1968) tomó el camino correcto. De momento ha ganado dos Goya, por AzulOscuroCasiNegro y El reino. Y algo estará haciendo bien cuando es el actor con más nominaciones en la historia de estos galardones, con un total de 14. Ahora ha hecho un paréntesis del cine y se sube a las tablas con Un hombre de paso, una reflexión sobre la historia, la memoria y el Holocausto, que llega este sábado al Teatro Principal de Alicante. (20 horas).

 Memoria y Holocausto. Con lo que está pasando en la guerra entre Rusia y Ucrania resultan muy actuales estos términos pese a que ha pasado el tiempo y todos nos horrorizamos entonces y ahora.

Dicen que los historiadores que la Historia es cíclica y vuelve a pasar. No sé si son como desajustes en el ser humano que se vuelven a reproducir, como el odio al otro. En muchas situaciones de convivencia son conflictos más o menos graves y en el caso de un país o un bloque frente a otro se convierte en guerra y en negación del ser humano. Es el gran reto como civilización en la supuesta modernidad, aunque modernidad sería entender que los mismos derechos como ser humano tiene un marroquí, un chino, un africano y yo. Pero ahí andamos.

En esta obra, el escritor Primo Levi y Maurice Rossel, ex miembro de la Cruz Roja, entablan una conversación que nunca ocurrió en realidad sobre su experiencia en Auschwitz. Uno como apresado y el otro como miembro de la ONG internacional, con dos visiones muy diferentes de lo ocurrido allí.

El 90 por ciento de las cosas que se dicen en la obra son reales. Primo Levi dejó estas declaraciones en sus escritos y Rossel en un documental, pero es cierto que nunca se encontraron los dos y no hubo ocasión de confrontar la visión de cada uno. Rossel estuvo en Auschwitz, pero su misión era velar por que se respetara la Convención de Ginebra. Y Levi fue uno de los apresados. Pero el Holocausto fue mucho más allá de todo esto, fue la máxima aberración que el ser humano ha cometido en su historia. Ha habido guerras muy cruentas, pero una aniquilación tan sistemática de otros de estas dimensiones no. Sin querer hacer spoiler, la gran clave o la revelación de la función es que algo tan horrible como el Holocausto ocurrió porque mucha gente normal miró para otro lado. En el fondo la gran desgracia es esta, que hay mucha gente que es consciente de que puede pasar algo y mira para otro lado.

Cuando hay hechos tan terribles, como los que ocurrieron y los que ocurren hoy, ¿hay margen para el perdón y para la reconciliación?

El perdón es el único camino posible. Es que en algún momento alguien renuncie a vengar a sus muertos. Si no, la espiral es eterna. El odio tiene mucha más fuerza que el amor.

"Modernidad sería entender que los mismos derechos como ser humano tiene un marroquí, un chino, un africano y yo. Pero ahí andamos"

 La obra está escrita por un cineasta, Felipe Vega, y dirigida por otro, Manuel Martín Cuenca, y usted es un actor más bien de cine. ¿No sería mejor haber hecho una película?

Eso digo yo, zapatero a tus zapatos (risas). No ha sido hacer una película en teatro. Después de tantos años, Martin Cuenca y yo somos amigos, hemos trabajado mucho juntos y hablamos de hacer teatro. Lo intentamos ya con El enemigo del pueblo y no lo conseguimos. Durante la pandemia, lo habló con Felipe Vega, dramatizó este supuesto encuentro y se hizo esta obra, que para mí es un teatro documental.

 Debutó en teatro en 2008 con La taberna fantástica, en 2012 interpretó Grumy y ahora se reencuentra con las tablas. ¿Cómo ha sido este contacto con el teatro frente al cine?

Cada día es una función y es algo distinto. Es jodido porque la gente tose o suena un móvil y te desconcentras. Pero la sensación como actor pues no sé, hay una parte de ego que se puede alimentar. Es como una moneda al aire, si sale cara y sale bien pues estas satisfecho. Pero antes, hace años, estaba más pendiente de la reacción del público, ahora intento rendir al máximo y si la gente está contenta pues procuro no creérmelo mucho. No te creas que no es riesgo el cine cuando ves tu cara en la pantalla, que se te ve hasta el empaste. En toda exposición siempre hay un riesgo. Todo lo que se hace de cara…  

Antonio de la Torre, en "Un hombre de paso".

¿Es necesario para un actor volver al teatro cada cierto tiempo porque es como la esencia del oficio?

No sé, cada uno tiene que desarrollar la experiencia de actor que le apetece. También lo necesario para comer. Como experiencia artística es muy hermosa. Y también por estar en el 8% que forma el grupo de privilegiados de mi profesión que hacemos lo que queremos. Yo he vivido lo mejor y lo peor. Momentos de gran gloria, de aplauso unánime y momentos de "Antonio de la Torre me ha decepcionado". Ya llegas a un estatus que si no emocionas llama la atención que no emociones. Así es la vida. Hay que distanciarse de eso porque si no estás siendo preso del juicio de los demás.

Tiene dos Goya, pero su gesta es ser el actor con más nominaciones a esos galardones, un total de 14. ¿Significa algo o es solo un número?

Yo qué sé. Es muy ilusionante cuando te lo dicen, pero luego estás al día a día y eso me manda a otro sitio por suerte, te coloca en tu lugar.

"Yo he vivido lo mejor y lo peor. Momentos de gran gloria, de aplauso unánime, y momentos de 'Antonio de la Torre me ha decepcionado'"

¿Después de Un hombre de paso, Antonio de la Torre vuelve al cine?

Sí, ahora se estrena el 28 de noviembre una película coral de Ces Gay, Historias para contar, y algún proyecto saldrá para el año que viene.

¿Y las series no llaman a su puerta?

Han salido cosas, pero es más difícil conciliar. Al final necesitas estar con tu familia. Tengo dos hijos, de 11 y 6 años, y vas haciendo lo que puedes desde el privilegio de poder elegir.

Usted es periodista y trabajó en algunos medios. Si hoy siguiera ejerciendo ¿qué noticia le gustaría dar?

Un acuerdo mundial por el que desaparecen las fronteras. Y como subtítulo: Con esta medida se pretenden atajar de manera eficaz los desafíos urgentes de la humanidad. O un gran paso para abordar el gran reto de la humanidad. Algo así.