Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Entrevista

Carmen Linares: "Lo más importante para una cantaora es transmitir, y llegarle al corazón a la gente"

"Somos ya tres artistas flamencos premiados, parece que se ha roto la veda, ahora espero que el flamenco siga ahí, porque se lo merece"

Carmen Linares. / VÍCTOR LERENA

La cantaora Carmen Linares (Linares, Jaén 1951) ha sido distinguida con el premio Princesa de Asturias de las Artes, que comparte con la bailaora María Pagés. Antes de viajar a Asturias, Linares atendió por vía telefónica a este diario.

–Hace unos pocos días le han otorgado el Premio Nacional de Danza a Ana Morales...

–Sí, y a Andrés Marín. Me he alegrado muchísimo, los conozco a los dos: he trabajado con ellos y son amigos y grandes artistas.

–Si sumamos este premio al "Princesa de Asturias" que comparten usted y María Pagés, es un doble reconocimiento muy relevante para el mundo del flamenco, ¿no cree?

–Claro, claro. Estoy encantada de compartir el "Princesa" con María Pagés, y es una coincidencia bonita que el Nacional de Danza haya recaído en dos artistas flamencos a los que admiro y quiero muchísimo. Personalmente, cuando me llamaron para darme la noticia de que me otorgaban el "Princesa de Asturias" me sorprendió mucho, porque no me lo esperaba. No sabía ni que había estado nominada otras veces. Me dio muchísima alegría, no solo porque significa un reconocimiento a mi trayectoria, a mi profesión, también porque es un reconocimiento al flamenco, que es un arte que se merece estar ahí, en esos premios tan importantísimos. Es una doble alegría, por lo que representa y porque se le dé al flamenco el sitio que merece.

–Y ha tardado en volver: el otro artista flamenco premiado, Paco de Lucía, se lo llevó en 2004.

–Aquello fue una gran alegría. Paco es lo más, un artista que ha puesto el flamenco por bandera. Aquello fue como si nos lo hubieran dado a todos, la entrega del premio fue muy emocionante. Yo veo los premios cada año, porque es un acto que me gusta mucho, pero aquello fue muy muy emocionante.

–¿Se imaginó alguna vez que llegaría a estar usted recibiendo ese mismo premio en el Campoamor?

–La verdad es que no. Parece que se ha roto la veda, ya somos tres artistas premiados y espero que el flamenco siga estando ahí, porque hay grandes artistas.

–Uno de esos grandes artistas, Manolo Sanlúcar, falleció este verano.

–Figúrate, Manolo Sanlúcar se lo hubiera merecido, este premio. También Morente, Camarón... mucha gente que ya no está y que se lo había merecido, artistas que han luchado mucho por dignificar el flamenco y hacer una gran labor. ¿El "Princesa" no se concede a título póstumo, verdad?

–No.

–¡Qué pena! Con Manolo Sanlúcar tenía una relación muy especial, hemos trabajado juntos, grabamos un disco juntos. Es una pérdida muy grande para todos nosotros.

–"Tauromagia" es uno de los grandes hitos del flamenco, ¿no cree?

–Sí. "Tauromagia" es no solo el disco por excelencia de Manolo: está en el "hit" del flamenco, consolidada como una gran obra. Manolo ha cuidado muchísimo su discografía. Ha hecho cosas como "Medea", obras sinfónicas... Manolo era un artista único, un genio del flamenco. Del arte.

–Celebra 40 años sobre el escenario, pero en realidad son más, ¿no?

–Sí, si. Es el título de un espectáculo que estrenamos antes de la pandemia. Hicimos un par de actuaciones y nos confinamos. Lo que celebro son cuarenta años como solista, pero antes estuve diez años cantando para el baile. Llevo cincuenta años cantando como profesional. En aquellos diez años cantando para el baile aprendí muchísimo en todos los sentidos: a actuar, a subir al escenario, a trabajar con bailaores... Estos cuarenta años son cuando ya me decidí a echar a cantar p’alante, pero sí, los cuarenta son más bien cincuenta.

–¿Percibe mucho el cambio de su voz respecto a aquella primera etapa, con quince o veinte años?

–Claro, muchísimo. La voz evidentemente va cambiando y se va amoldando y cogiendo forma. Y también va cogiendo personalidad, porque tú ya vas cogiendo personalidad también: de adulta cantas con otro conocimiento, o sabiendo lo que quieres. Se conjuga tu personalidad y tu voz, es así con los años. Va cambiando. La voz se hace más grave con los años, pero sigues teniendo matices, y posees un mayor conocimiento. Te expresas y cantas de otra manera. Es diferente. Lo importante es transmitir, transmitir y llegarle al corazón a la gente. Yo le llego a la gente ahora, con mi edad, y le llegaba también con treinta años. Cuando tú cantas todo lo que quieres transmitir y dar, le llega al corazón del público. Eso es lo más importante.

–Hablábamos del Premio Nacional de Danza y del "Princesa de Asturias". Coinciden además en una efemérides importante: el centenario del concurso de Cante Jondo de Granada.

–Sí, una bonita coincidencia. Creo que algo tiene que haber influido, porque celebrar el centenario de un concurso que fue tan importante para el flamenco... Creo que las cosas no vienen solas, a lo mejor puede haber influido, como una llamada de atención sobre este arte tan importante. Pero lo cierto es que, entre unas cosas y otras, éste está siendo un año de celebración del cante jondo. Se han hecho muchísimos actos en Granada, en el Generalife hemos tenido espectáculos de cante jondo todo el verano. Es muy significativo que esto coincida con esa reivindicación que nos llega por los dos premios, el Nacional de Danza y el "Princesa de Asturias". Creo que sí, que éste es nuestro año, y espero que no sea solo éste. El flamenco es un arte muy grande, muy grande.

–¿Le hubiera gustado cantar con Diego "el Tenazas", el ganador de aquel concurso?

–¡Pues claro! Me hubiera encantado conocer a todos los que estuvieron en aquel concurso de Granada. Pero si hubiese conocido al "Tenazas" no habría conocido a Camarón, a Morente, a Manolo Sanlúcar, a Paco de Lucía... Me hubiera gustado verlo desde mi época, porque estoy muy contenta de la época que me ha tocado vivir y de los artistas con los que he coincidido. Pero me hubiera encantado escuchar a esos maestros. Sí que he escuchado a (Antonio) Chacón y he visto a Pastora (Imperio), porque hay grabaciones. Pero es difícil.

–¿Siempre quiso ser cantaora, o tenía otra vocación de niña?

–Desde que recuerdo que existo estoy cantando, porque mi padre era muy aficionado al flamenco y a la guitarra. Tocaba como aficionado y cuando llegaba a casa cogía su guitarra y se ponía a cantar. Con cinco o seis años ya cantaba con mi padre las canciones que escuchaba en la radio, y villancicos por navidad. Siempre he tenido en mi vida la música. Tuve una vida normal de niña, cantando en algún concurso. Pero mi padre alimentaba esa vocación: siempre me decía que Dios me ha dado un don, "¡Qué bien que cantes!" me decía. Me apoyó mucho siempre.

–¿Puede avanzar algo de ese espectáculo que hará con María Pagés en la Semana de los Premios?

–Tiene un hilo conductor que es la poesía. El camino de María y el mío tienen la misma mirada, nos hemos juntado por compartir esa mirada y el mismo concepto, creo que somos muy parecidas y va a ser un espectáculo bonito, con los músicos de ambas tocando juntos. Espero que el público lo disfrute, nosotras estamos muy ilusionadas.

–El flamenco gusta a gentes de toda España, pero también puede llegar a conmover a un japonés, donde hay mucha afición. ¿Qué tiene este arte, que no entiende de fronteras?

–Cuando un arte tiene esa calidad y esa expresividad, esa musicalidad, esa pasión que tiene el flamenco y está bien hecho y hecho con corazón y con la técnica que tiene el flamenco, llega a las personas, aunque sean de otra raza u otra cultura, porque todos tenemos el corazón en el mismo sitio. Y aquí hablo de todo el flamenco: guitarra, danza y cante. Yo no entiendo de ópera, pero me puede emocionar un aria porque tengo esa sensibilidad, que es lo que se necesita para entender el arte y la música. Por eso en un país tan diferente al nuestro como Japón gusta muchísimo el flamenco. Son misterios, pero demuestran que la música y el arte son universales. Pasa lo mismo con otras artes: si ves un cuadro que te emociona, te llegará al corazón independientemente de dónde se haya pintado. Esa es la grandeza del arte.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats