La bióloga Ángela Nieto, del Instituto de Neurociencias de Alicante (CSIC-UMH), por su trayectoria, y la ilicitana Rosa María Arán, como joven investigadora por sus logros en el campo de la electroquímica, han sido galardonadas hoy con el I Premio de la Ciencia Valenciana Santiago Grisolía. Unas distinciones que en su primera edición ha entregado el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, también a la carrera del químico Avelino Corma y a la joven Sara Izquierdo, por sus trabajos en biotecnología, respectivamente.

El acto, que se ha celebrado en el Museu de la Ciències de València coincidiendo con el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, ha servido para dar a conocer el fallo de este galardón, instituido con el objetivo de reconocer y distinguir las actividades de investigación y de impulso al desarrollo de la ciencia y sus aplicaciones que se lleven a cabo en la Comunitat Valenciana o que sean fruto del trabajo realizado por personas originarias de la Comunitat Valenciana o vinculadas a ella.

El presidente ha destacado del científico Avelino Corma, “pionero en España en imbricar el trabajo científico en los sectores productivos de una manera intensa y fértil”, que es “un ejemplo de ciudadanía, de civismo y de humanidad”. De Ángela Nieto ha recalcado su “firme” contribución al progreso social y a la investigación sanitaria con la práctica de “ciencia aplicada con conciencia”. Además, ha remarcado las aportaciones innovadoras para el sector agrario de Sara Izquierdo y el liderazgo desde Alicante de un programa de investigación internacional ejercido por Rosa María Arán.

Ángela Nieto, nacida en Madrid en 1960, estudió bioquímica y biología molecular en la Universidad Autónoma de Madrid, donde se doctoró. Actualmente desarrolla su labor en el Instituto de Neurociencias de Alicante, donde lidera el grupo de investigación Plasticidad Celular en Desarrollo y Enfermedad. Es una de las científicas españolas más importantes y reconocidas por sus aportaciones al conocimiento de procesos biológicos fundamentales para la comprensión del origen del cáncer y las enfermedades degenerativas del envejecimiento. Entre las distinciones recibidas a lo largo de su trayectoria, se incluyen el Premio Rei Jaume I en Investigación Básica en 2010, el Premio Nacional de Investigación 2019 y la Distinción de la Generalitat al Mérito Científico

Por su parte, Rosa María Arán, nacida en Elche en 1987, se licenció en Química por la Universidad de Alicante en 2010 y obtuvo el doctorado internacional en Electroquímica, Ciencia y Tecnología en 2016. Desde 2017 ha sido investigadora postdoctoral en la Ruhr-Universidad Bochum (Alemania) y en el Instituto Fritz-Haber Berlín de la Sociedad Max Planck (Alemania). En julio de 2020 se unió al grupo de Electroquímica de Superficies de la Universidad de Alicante, gracias al Programa GenT de la Generalitat. Las importantes contribuciones de esta investigadora en los campos de la electroquímica de superficies y la electrocatálisis se han plasmado, además, en más de 30 publicaciones en revistas de alto impacto.

Rosa María Arán, en el laboratorio. Rosa María Arán.

Impulso a la ciencia

El presidente ha destacado durante su intervención que “la recuperación exige ciencia” y que esta “merece mayor impulso público y también privado”. En este sentido, ha subrayado que el Consell, consciente de ello, responde a este objetivo en los Presupuestos de 2023 con tres ejes prioritarios de actuación. El primero de ellos busca consolidar el talento investigador con programas como GenT, Investigo o ValER que han permitido incorporar ya a 160 científicos y científicas al sistema valenciano de ciencia e investigación. 

El segundo de los ejes persigue incrementar los recursos para acelerar el cambio del modelo productivo con novedades como el apoyo a las universidades públicas para construir y mejorar sus infraestructuras en I+D+i. Y la tercera prioridad pasa por “adelantarse al futuro” mediante el impulso de la investigación en áreas punteras, con la participación de la Comunitat en 5 de los 8 planes complementarios del Ministerio de Ciencia en ámbitos pioneros. 

Se trata de que la ciencia tenga en la sociedad y en los presupuestos “el peso que merece, por decencia, por conciencia, pero, sobre todo, por inteligencia”, ha dicho. 

Puig ha manifestado además que las personas galardonadas son las “mejores embajadoras posibles” de un premio que nace “con humildad” y el apoyo de la comunidad científica y que pretende ser un “estímulo” a la investigación. “Esta es nuestra manera de enaltecer en la memoria colectiva” el legado de Santiago Grisolía, “nuestro científico más importante”, fallecido este verano.

Avelino Corma y Sara Izquierdo

Puig ha destacado del científico Avelino Corma, “pionero en España en imbricar el trabajo científico en los sectores productivos de una manera intensa y fértil”, que es “un ejemplo de ciudadanía, de civismo y de humanidad”.

Doctor en Química, nacido en Moncofa en 1951, desarrolla desde 1990 su labor científica en el Instituto de Tecnología Química, creado en ese año por la Universitat Politècnica de València y el CSIC, y es un experto reconocido internacionalmente en catalizadores y procesos catalíticos, con más de 1.400 artículos y diversos libros publicados. Además, es autor de más de 200 patentes de invención. Cuenta, entre otros reconocimientos, con la Alta Distinción de la Generalitat y la Distinción de la Generalitat al Mérito Científico y actualmente preside el Comité Estratégico de Innovación de la Agencia Valenciana de la Innovación. 

Por su parte, Sara Izquierdo Zandalinas estudió la Licenciatura en Biotecnología en la Universidad Politécnica de València (2010) y en 2016 se doctoró en la Jaume I de Castellón. Entre 2017 y 2021 trabajó como investigadora postdoctoral en la University of North Texas y como investigadora sénior en la University of Missouri. En julio de 2021, a través Plan GenT, se unió al grupo de investigación de Ecofisiología y Biotecnología del Departamento de Ciencias Agrarias de la UJI.

Su labor se ha centrado en el estudio de las respuestas de las plantas a la combinación de múltiples estreses abióticos, como base para el desarrollo de herramientas biotecnológicas dirigidas a la mejora de cultivos. Las contribuciones de esta investigadora se han plasmado en más de 30 publicaciones en revistas de alto impacto.