Aprender matemáticas, ciencias, lengua, música, inglés o plástica a través del arte. Esa es la filosofía del colegio Baix Vinalopó de Elche que, a través de su Proyecto de Investigación e Innovación Educativa por la Conselleria de Educación, tiene adaptada su metodología a adquirir conocimiento, y sobre difundir valores, a través de corrientes artísticas del momento o temáticas donde se pueda dar paso a la creatividad visibilizando la mujer en el arte o luchando contra el cambio climático.
Y tal es el resultado que cuando se aproxima cada fin de curso el centro se convierte en un auténtico museo, con su directorio, cartelería y paredes empapeladas de obras en las que los alumnos han trabajado durante todo el año.
Incluso se organizan jornadas de puertas abiertas para que los propios estudiantes hagan de guías y expliquen a sus familias todo lo aprendido. La historia de este proyecto surgió hace ya casi tres lustros en los primeros niveles y cada año se va perfeccionando más porque los docentes han detectado que se ha mejorado mucho la creatividad y la capacidad expresiva de los alumnos con este tipo de enseñanza. En estos momentos está implantado en todos los cursos de Primaria.
Magda Rodríguez De la Llave fue una de las primeras docentes que confió en esta dinámica después de visitar el MOMA de Nueva York. Allí le vino la idea de que los pasillos y espacios comunes del centro podrían servir para exprimir el talento de los menores. Si bien, el concepto de museo que el centro denominó «Mubavi» va mucho más allá de esa exposición en el centro, ya que como explica esta maestra, todas las materias se sostienen con el arte como eje vertebrador.
Artistas locales se implican
De alguna forma, las materias de siempre tienen un enfoque diferente pero dando más flexibilidad al alumno para que tengan un instrumento para canalizar sentimientos. E incluso una parte fundamental se realiza con la colaboración de artistas locales como María Dolores Mulà, Juan Llorens, Dolça Quesada, Fernando Sánchez o Juan y María Jesús Soler, que han realizado talleres en el centro.
La docente, que coordina el proyecto junto a Asun Moraga, resalta que la idea surgió siendo solamente arte y un poco de lengua «y vimos que a través del arte experimentaban que sus aprendizajes tenían una transferencia en valores, música, mates...».
En la actualidad todo el centro está coordinado en este proyecto y el director, Santiago Iglesias, así como toda la comunidad educativa, lo avalan.
Mejorar la autoestima
Como ejemplo, explican que esta forma de enseñar mejora la autoestima de los estudiantes porque al estudiar la biografía de pintores comprueban que muchos empezaron su carrera con fracasos y que después fueron ensalzados.
«Al principio se enfrentaban con miedo y ahora al contrario, les gusta lo que hacen y se les valora, están desarrollando su creatividad», un valor que entienden que con las leyes educativas se ha ido dejando de lado. Por ejemplo a la hora de trabajar matemáticas, el estudio del arte abstracto les ayuda a trabajar la geometría.
Museo virtual
Cuando llegó la pandemia de coronavirus optaron por hacer un museo virtual para que lo menores dieran salida a todas las emociones que tenían. De igual forma, también han aprovechando el «poder sanador» del arte, para planificar proyectos solidarios.
Entre ellos se encuentran mercadillos artísticos solidarios para recaudar fondos para los refugiados ucranianos y han participado en proyectos como «Volcados con la Palma» promovido por la Fundación Carmen Santisteban para ayudar a los escolares afectados por el volcán. El último de los proyectos que han puesto en marcha este curso es «Mare Terra», que durante el curso se estudiarán corrientes artísticas que reflexionen sobre el cambio climático y la importancia de cuidar el medio ambiente.
