Puso el punto final a su tercera novela hace dos años, después de Persianas y El Antropoide. Pero el destino se entrecruzó en esas páginas ya corregidas y convirtió el ataque al escritor Salman Rushdie el pasado agosto en el epílogo no buscado. Las cinco vidas del traductor Miranda (Funambulista) es el título y el autor, el profesor de Lengua y Literatura afincado en Alicante Fernando Parra que transita entre ficción y realidad con esta narración en la que fabula sobre la identidad desconocida del traductor al español de Los versos satánicos. Entre otras cosas. Hablará de ello el jueves, a las 19 horas, en la librería 80 Mundos, junto a Beatriz Pastor que se encargará de presentar la obra.

¿Por qué cinco vidas y por qué la figura del traductor al español de la obra de Salman Rushdie?

En realidad lo que hago es fabular con la vida del traductor, no construyó su vida real, entre otras cosas porque si alguien ocultó con tanto celo su nombre verdadero con un seudónimo, José Antonio Miranda, para evitar represalias, yo no tenía derecho a revelarlo. En el caso de que este traductor siga vivo corre peligro y eso lo vimos en agosto. Por eso no puedo desvelar ese nombre. Lo que hago es fabular. Me interesaba porque hay dos temas que me gustan mucho como escritor: la identidad y la culpa. Y este personaje me sirvió para desarrollarlos.

¿Cómo llegó a este personaje?

Pues a través de El fantasma en el libro, de Javier Calvo. En él habla de la labor del traductor y se cuentan algunas anécdotas. Ahí descubrí el tema de los ataques a los traductores por el tema de Rushdie y me pareció interesante para una novela. El traductor al japonés fue asesinado y otros han sufrido serios ataques, como el traductor al italiano. A partir de ahí pensé en desarrollar la figura del traductor al español.

Y en esto que en agosto apuñalan a Rushdie en Nueva York después de más de 30 años...

Yo tenía la novela escrita desde hacía dos años y pensaba publicarla en 2023, pero con el atentado se adelantó. Pensé en no publicarla porque se podía entender como oportunista, pero me animaron porque más que oportunista era oportuna en respuesta a ese atentado. La fetua contra Rushdie lleva 33 años y parecía todo muy calmado, pero hemos visto que no, que había algún rencor residual. Fui muy ingenuo al pensar que estaba superado.

 Si lo sabe no podrá decirlo, pero ¿se conoce el nombre real del traductor al español de ese libro?

Parece que hay indicios de quién puede ser. No al cien por cien. Parece que era una traductora e incluso que ya ha muerto. Yo hago un guiño porque meto una carta en la novela que firma con las iniciales del nombre de la que puede ser la traductora real.

La identidad siempre está presente en sus novelas. En este caso más bien el impedimento para poder mostrarla.

La identidad está expuesta desde muchos prismas. Rushdie tiene que vivir oculto y adoptar un nombre falso, pero es que además el tema de la identidad con él es que tiene otro enfoque. Él es angloindio y se encuentra en medio de la nada. Los ingleses no lo aceptan como indio y además es alguien que les está dando problemas y muchos gastos por la protección que requiere, lo consideran un extranjero. Pero al mismo tiempo es repudiado por los propios indios que son musulmanes y lo rechazan. Es algo que abordé también en Persianas con la figura del charnego. Es el vacío identitario.

"Que la literatura pueda ofender a alguien es un riesgo que hay que asumir"

¿Cuál es la línea argumental literaria en la que mete estos elementos reales?

Hay tres personajes principales. El traductor Miranda, seudónimo real del traductor para protegerse de los radicales, que ha cometido algún acto del que se avergüenza y lo que quiere es que lo maten porque es incapaz de suicidarse. Asume como real el nombre que ha elegido como seudónimo para ser más fácil de localizar. Luego para el personaje de Rushdie he tenido que basarme en las memorias que él escribió, bajo el nombre falso de Joseph Anton. Escogí los pasajes que me parecieron literaturizables, ciñéndome a lo que él explicaba. Y luego hay otro personajes, un islamista radical obsesionado con matar a Rushdie. Me interesaba mucho analizar cuáles son los motivos por los que alguien se radicaliza hasta llegar a matar a alguien cuando ni se ha leído el libro. Hay algún personaje real, como el que contrata a este radical para matar al escritor que entonces era estudiante de ingeniería en Inglaterra, becado por el gobierno de Irán para que cumpliera la fetua.

Si no supiéramos que la historia de Salman Rushdie es real, podría ser perfectamente la trama de una novela negra.

Claro. Cuando descubrí la historia vi que era claramente novelizable. Lo intentó Gabriel García Márquez, pero en ese momento la fetua era muy reciente y Carmen Balcells se puso en contacto con Rushdie para ver si daba permiso pero no quiso. Una vez que ya Rushdie cuenta su historia en un libro pues ya es diferente. Podemos decir que he escrito el libro que García Márquez no pudo escribir (risas).

Portada de "Las cinco vidas del traductor Miranda".

¿Los extremismos son malos también en literatura?

Bueno, una cosa es la libertad de expresión que es importante que la conservemos, es un derecho que nos ha costado mucho adquirirlo, y otra cosa es la prudencia a la hora de determinadas afirmaciones que puedan ofender. Es un tema delicado. Yo creo que el escritor tiene que tener absoluta libertad y no pensar en a quién puede perjudicar o dorar la píldora. Creo que la honestidad es importante para no caer en la impostura. Que pueda ofender a alguien es un riesgo que hay que asumir. No soy partidario de vetar a nadie por lo que dice en su libro, si no enaltece la xenofobia o algo similar. Los versos satánicos es una novela paródica, con mucho sentido del humor, pero todo se salió de madre. Y no creo que sea el mejor libro de Rushdie. Es mucho más interesante Hijos de la medianoche. Es triste que un libro venda solo por una polémica que está fuera de la literatura, por el morbo...

Pues Rushdie no es el único escritor amenazado por sus obras.

Es que no es bueno mezclar la vida de un escritor con sus obras. J. K. Rowling fue amenazada por escribir un tuit contra el ataque a Rushdie. O Roberto Saviano. Es tremendo. Las veces que se habrán arrepentido de haber escrito esos libros. Pero yo admiro la coherencia de Rushdie, la idea de mantener la libertad de expresión a toda costa y no ceder al chantaje de los tiranos. Se le ofreció la posibilidad de echar marcha atrás pero no quiso. Esos principios ya los querría yo para mucha gente.

Libertad de expresión

La historia está presente en sus novelas. En Persianas habla de los ataques de ETA en Tarragona y ahora sobre esta fetua al escritor.

En todos mis libros tengo una máxima que es la libertad de expresión y sobre todo el vivir en libertad. La libertad es un tema que está en las tres novelas. Utilizar ETA o el islamismo radical es una manera de contrastar lo que provocan esas situaciones en relación con la libertad. Me sirven para anclar esos temas socialmente. Son temas reconocibles que la gente ha vivido y ese asidero histórico le viene bien al lector para que no sea ajeno a lo que se dice. Y además son temas que dan mucho juego en la literatura.

"García Márquez intentó hacer una novela sobre Rushdie pero la fetua era muy reciente. Así que podemos decir que he escrito el libro que García Márquez no pudo escribir"

 Habla del libro como un homenaje a escritores, editores, traductores y periodistas como defensores de la libertad de expresión frente a los tiranos.

Todos aquellos que contribuyen a la libertad de expresión me parece que son admirables. Con el tema de Rushdie muchas personas asumieron el riesgo de colocarlo en los escaparates o en las bibliotecas. Y la prensa también se volcó. Los periodistas tienen papel muy importante, el de no ceder a los chantajes de los poderosos y crear un estado de opinión que permita a la ciudadanía ver que el camino es defender la democracia y la libertad. Por eso volví a la editorial Funambulista porque el editor es Max Lacruz, hijo de Mario Lacruz, que publicó en España Los versos satánicos en el 89 y es un homenaje a su padre. Publicar esta novela con esa editorial era lo más significativo y simbólico. Todos estos colectivos son el bastión que permite resistir. No todo el mundo lo hizo.

En eso está este mundo tan incierto ahora.

La concienciación dura muy poco. Por ejemplo, ahora todo el mundo habla de lo mal que lo hemos hecho al blanquear una dictadura como la qatarí en el Mundial de Fútbol y cuando acabe seguirán teniendo los mismo problemas. El foco informativo es tan efímero que a veces los temas importantes van quedándose atrás.

¿Ya hay otra novela en marcha?

Tengo varios proyectos. Estoy trabajando en tres o cuatro cosas a la vez y voy intentando ver cuál me seduce más. Hay una novela histórica, un ensayo, una novela de terror…. Me gusta cambiar de género, no me gusta estar en el mismo registro. El que me seduzca más pues ese me quedo.