Su relación con el Magreb fue siempre motivo de orgullo y también hilo conductor de muchos de sus libros. Por eso, el Instituto Cervantes de Tetuán acaba de rendir un homenaje a Concha López Sarasúa, autora nacida en Mieres y afincada en Alicante, fallecida el pasado año.

Durante el acto, intervino Abdelaziz Sbai, propietario de la Librairie Ágora, centro cultural de referencia en el norte de Marruecos, que destacó la modestia y la simpatía de la autora, y recordó los encuentros literarios que solían mantener cuando ella visitaba Tetuán.

A continuación, Francisco Oda Ángel, director del Instituto Cervantes de Tetuán, hizo hincapié en que "Concha siempre tuvo presente la convivencia, la alteridad, la empatía, el dar a conocer al otro de verdad, quitando los estereotipos y dando una imagen certera de lo que es este país con una enorme riqueza cultural” y mostró su ánimo a seguir apoyando su figura desde el centro que dirige.

Además, Mohamed Abrighach, autor de Superando Orillas. Lectura Intercultural de la narrativa de Concha López Sarasúa y un experto en su obra, se centró en los motivos por los que se interesó desde un principio en la narrativa de Concha López Sarasúa y ofreció un análisis del conjunto de su obra.

La hija de la escritora, Ana Cristina Baidal, fue invitada a participar en este homenaje, en el que presentó la obra de su madre, dando "pequeñas pinceladas" de cada uno de sus libros, mientras fue desvelando aspectos de su vida "y lo que supusieron para ella los veinte años que vivió en Marruecos, "país al que tanto amó y que la marcó para siempre".

"Mi madre siempre supo difundir su obra, gracias a una profunda convicción y un inmenso amor por Marruecos, que la llevó a convertirse, sin pretenderlo, en una embajadora cultural, empeñada sin descanso en acercar las dos orillas del Mediterráneo, como refleja Mohamed Abrighach en su libro", destacó la hija de la autora de obras como La Llamada del Almuédano, A Vuelo de Pájaro sobre Marruecos o su trilogía infantil Meriem y la ruta fantástica, En el país de Meriem y Los mil y un Cuentos de Meriem, con las que recorrió un buen número de colegios en España, en Marruecos e incluso en Argentina, en un intento por traspasar fronteras.