De las condenas a Susana Estrada a las bombas en El Papus

El catedrático de la UA Juan Antonio Ríos Carratalá analiza los casos de censura después de Franco en "Ofendidos y censores. La lucha por la libertad de expresión"

El profesor Ríos Carratalá con su libro

El profesor Ríos Carratalá con su libro

Trabajadores de la revista El Papus se enfrentaron a más de 70 querellas y hasta una bomba que acabó con la vida de uno de sus trabajadores; la actriz del "destape" Susana Estrada fue 13 veces al juzgado y resultó condenada en todas; el grupo punk femenino Las Vulpes fue denunciado por el Fiscal General del Estado por cantar Quiero ser una zorra; Els Joglars sufrió las consecuencias de la censura por Teledeum y Pilar Miró fue procesada por El crimen de Cuenca.

Estos casos, y otros muchos, de represión los ha reunido Juan Antonio Ríos Carratalá, catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, en el libro Ofendidos y censores.La lucha por la libertad de expresión (1975-1984) para poner sobre el tapete las dificultades que encontró ese derecho a lo largo de diez años tras la muerte de Franco.

No fue esa una buena década para la libertad de expresión. O sí y por eso fueron muchos los que sufrieron la represión de los últimos coletazos de una legislación heredada del franquismo que ni la Constitución del 78 consiguió anular de facto. "El problema es que aunque habían quitado la censura no se eliminó y durante una década convivió con la legislación anterior", asegura Ríos Carratalá.

El autor ha querido abrir el abanico y añadir casos menos conocidos en los que hubo que enfrentarse a juicios y consejos de guerra por cometer "escándalo", un delito que no se suprimió hasta el año 88, a raíz del dramático caso de una pareja que fue denunciada por besarse y tocarse en una discoteca, que acabó con el suicidio del chico cuando fue recluido en prisión.

Hasta ese año, gracias a la iniciativa de Nicolas Sartorius con el apoyo del PSOE, el peso de la antigua ley siguió haciendo estragos, sobre todo en el terreno cinematográfico y en las revistas, tanto de destape como políticas. "Siempre se cuentan los mismos casos y yo he ampliado esa lista de episodios", asegura el catedrático que ya ha publicado con este siete libros sobre la cultura del franquismo y la transición.

"Hay cosas tan contradictorias como que se autoriza la exhibición de cine pornográfico en el 82-83 en los cines X, pero seguía existiendo el delito de escándalo que prohibía la exhibición del desnudo. Así que dependía de quién te juzgara y eso perjudicó a mucha gente".

El caso de la revista El Papus es muy significativo porque, además de sufrir varios atentados con bombas que mataron a uno de sus trabajadores, acumuló más de 70 querellas contra algunos de los redactores. "A su abogado le llamaban Piquito de Oro porque se explicaba muy bien y estaba muy acostumbrado porque estaba todas las semanas en eljuzgado".

Años difíciles

Para Ríos Carratalá, que ha investigado en hemerotecas y en sentencias casos de esta índole, "se habla de los 80 como la época de la liberación y es verdad pero todo estaba en el aire; nos parecía que todas las películas se podían hacer porque la censura estaba superada, pero eso es porque los jueces ya miraban para otro lado". No obstante, "Pedro Almodóvar o Forges tuvieron denuncias en los 80 aunque luego no pasaba nada porque ya estaba todo más relajado".

Portada del libro de Ríos Carratalá

Portada del libro de Ríos Carratalá

El libro se divide en 25 capítulos agrupados en tres partes: Desnudos, bombas y corbatas, Episodios de la lucha por la libertad de expresión y Ofendidos por doquier. En ellas destapa casos menos conocidos como el de un cine de Alcoy en el que se proyectaba una película polémica sobre San Vicente Ferrer, dirigida por Carles Mira y protagonizada por Albert Boadella. O el de unas fiestas patronales en un pueblo de Soria en las que unos jóvenes asistieron a un acto sin corbata, la Guardia Civil se lo recriminó y en el forcejeo acabó muerto uno de ellos. "También hacer cosas normales hoy en día, como besarse en público o ir medio desnudos a una fiesta popular fueron fuertemente reprimidos y procesados judicialmente".

La situación, sin embargo, no era muy distinta a otro países de Europa. "En algunas cosas no fue tan diferente; el cine en Italia tuvo problemas de censura bastante importante hasta prácticamente los años 70, y en Francia también, no tanto como aquí pero también existía. Había una década de retraso en España, más o menos".