Lola Blasco teatraliza la vuelta a la animalidad

La dramaturga alicantina lleva al escenario la novela "Elizabeth Costello", del premio Nobel Coetzee, como una reflexión sobre el trato a los animales, que se puede ver en el Teatro Español de Madrid

La actriz Nathalie Seseña, en "Sobre la vida de los animales", que ha llevado a las tablas la alicantina Lola Blasco.

La actriz Nathalie Seseña, en "Sobre la vida de los animales", que ha llevado a las tablas la alicantina Lola Blasco. / Javier Naval

Habla Franz Kafka en su relato Informe para una academia, de Pedro el Rojo, un simio que ha recibido educación y hace una viaje desde su condición de bestia hasta algo semejante al hombre. Este recorrido, pero a la inversa, la vuelta a la animalidad, es el que la dramaturga alicantina Lola Blasco propone en Sobre la vida de los animales, un texto gestado a partir de la novela Elizabeth Costello del premio Nobel J.M. Coetzee, que se puede ver hasta el próximo 15 de enero en el Teatro Español de Madrid.

«Llevaba bastantes años pensando que esa novela podía adaptarse al teatro, sobre todo la parte que habla de los animales», afirma la premio nacional de Literatura Dramática 2016. La obra de Coetzee se formula como una especie de recopilación de ocho conferencias que imparte la escritora Elizabeth Costello, alter ego del autor surafricano. Dos de ellas son en las que se ha centrado especialmente Blasco para darle forma teatral, en un montaje que dirige Pepa Gamboa y protagoniza la actriz Nathalie Seseña.

Y lo hace a través de una intervención que ofrece en Madrid esta escritora, en la que no hablará sobre literatura sino sobre la vida de los animales. «Me interesan algunos planteamientos filosóficos que hablan de recuperar la animalidad perdida y creo que era el momento de hacerlo ahora porque creo que se está empezando a legislar sobre los animales, se les empieza a considerar seres sintientes».

Lola Blasco, en el centro, junto a Pepa Gamboa y Nathalie Seseña.

Lola Blasco, en el centro, junto a Pepa Gamboa y Nathalie Seseña. / INFORMACIÓN

Para la escritora, la pandemia fue un punto de inflexión «porque muchos descubrimos otra vez la naturaleza, recuperaba su espacio, y eso me hizo reflexionar sobre qué tipo de especie somos». Y afirma que la obra «no habla solo de los animales, también habla de la maldad del ser humano».

Asegura que el debate va más allá de «comer o no comer carne» y se dirige no solo a los animalistas, «que ya están convencidos», sino a la gente que «a lo mejor» nunca ha reflexionado sobre este tema. «Queremos que venga el gran público y que reflexione no sobre si come o no come carne sino hacia dónde nos encaminamos los seres humanos y hacia dónde llevamos el planeta. La gente sale conmovida del teatro y eso es lo importante».

«El problema -destaca- es que hemos construido todo nuestro sistema económico y político sobre la base de un pensamiento que tiene que ver con el raciocinio que es de base occidental y eso nos ha llevado al desastre del cambio climático, la pandemia y a estar otra vez inmersos en una guerra... no cambiamos, volvemos a lo mismo y parece que nuestro sistema de pensamiento basado en la razón no es nada razonable, por lo menos en lo que respecta a la sostenibilidad».

Metáfora del holocausto

Coetzee desarrolla en su novela, a través del discurso de Elizabeth Costello, una metáfora con el holocausto nazi que Lola Blasco mantiene en su obra de teatro. «El crimen del Tercer Reich, dice la voz de la acusación, fue tratar a las personas como a los animales», según recoge la conferencia. Y apunta la dramaturga: «Porque existieron antes los mataderos, se utilizó ese sistema de exterminio después».

La actriz Nathalie Seseña, en "Sobre la vida de los animales", adaptada al teatro por Lola Blasco.

La actriz Nathalie Seseña, en "Sobre la vida de los animales", adaptada al teatro por Lola Blasco. / Javier Naval

La obra se configura como un monólogo, «pero hay mucho juego de ensoñación; Costello nos lleva a sus ideas de paraíso y de lo infernal, y va a hacer que la sigamos para que no salgamos indemnes de ese viaje» que es «algo contradictorio, no es un discurso plano», afirma la escritora que asegura que también hay una reflexión «sobre la idea de escritura».

Lola Blasco concibe el teatro como un vehículo de compromiso. «Es verdad que para mí hay una responsabilidad e intento trabajar siempre el compromiso poético y con el mundo para lanzar un mensaje. No me importa decir que me interesa un teatro que tenga que ver con la herencia que recibimos y con aquello que dejamos; me parece importantísimo que hagamos esta reflexión porque el sistema no se sostiene por sí mismo y solo se sostiene esclavizando a otros, y no solo a los animales».

Para la autora de obras como Siglo mío, bestia mía, «es importante hablar de esto aunque no sé si servirá de mucho». Ahora queda recorrido con esta obra hasta mediados de enero. Después habrá gira. «Creo que la obra va a Alicante».