Crítica

U2 se deconstruye

El próximo álbum de la banda irlandesa, una "reinvención" de cuarenta de sus mejores canciones, divide a sus seguidores

Portada de 'Songs of Surrender', con los cuatro miembros de U2.

Portada de 'Songs of Surrender', con los cuatro miembros de U2.

Rafa López

Hay un proverbio en inglés que dice: “si no está roto, no lo arregles”. Cuando algo presenta un estado satisfactorio no hay razón para cambiarlo. Se podría aplicar al próximo álbum de U2, para el que habrá que esperar un par de meses. 'Songs of Surrender', a la venta el próximo 17 de marzo, reunirá 40 de sus mejores canciones “regrabadas y reinventadas”, según anuncia su discográfica, Universal. Algunas son tan emblemáticas como 'Pride (In The Name of Love)', 'One' y 'Where The Streets Have No Name'. ¿Decisión arriesgada o maniobra para explotar de nuevo el catálogo más exitoso del grupo? Conocidas ya un par de versiones, los seguidores se muestran divididos.

Las dos deconstrucciones que se conocen por ahora son 'Beautiful Day' y la citada 'Pride (In The Name of Love”). La primera se utiliza como canción de fondo en el tráiler del álbum, un vídeo-collage de un minuto en el que el creativo portugués João Pombeiro ha resumido 46 años de historia del grupo irlandés, utilizando algunas de sus imágenes más reconocibles. La segunda, esta íntegra, presenta un par de cambios respecto a la letra original de 'Pride' que ya había introducido Bono en las últimas giras. Menciona “un niño varado en una playa vacía, un niño al que nunca besarán”, recordando al niño migrante sirio Aylan Kurdi, que apareció ahogado en una playa de Turquía en 2015, y cuya imagen conmovió al mundo. Además, se cambia el 'early morning' original por 'early evening' para reflejar el hecho de que Martin Luther King –en quien está inspirada esta canción de 1984– fue asesinado por la tarde, no por la mañana, como erróneamente señalaba la letra escrita por Bono.

Las guitarras eléctricas, esenciales en el sonido de U2, dejan paso a las acústicas y al piano. “La música te permite viajar en el tiempo y teníamos curiosidad por saber cómo sería traer nuestras primeras canciones con nosotros a la actualidad y darles el beneficio, o no, de una reimaginación propia del siglo XXI”, ha explicado The Edge sobre este proyecto. “Lo que empezó como un experimento se convirtió rápidamente en una obsesión personal, ya que muchas de nuestras canciones se prestaban a una nueva interpretación. La intimidad sustituyó a la urgencia post punk. Llegaron nuevos tempos, nuevas tonalidades y, en algunos casos, nuevos acordes y nuevas letras. Una gran canción es indestructible”, sentencia el guitarrista.

El compositor principal de la música de U2 detalla que su afán fue ver “cómo quedaría una canción si se eliminaran todos los elementos, excepto los esenciales”. El otro objetivo principal, añade, “era encontrar formas de dar intimidad a las canciones, ya que la mayoría de ellas se escribieron pensando en conciertos en directo”.

El álbum, que estará dividido en cuatro “caras”, cada una correspondiente a un miembro del grupo, llega tras la publicación de las memorias de Bono, 'Surrender', y un espectáculo del cantante basado en el libro que en España recaló en un teatro de Madrid. El debate entre los seguidores más fieles llega incluso a la portada, con los rostros en blanco y negro de The Edge, Adam Clayton, Larry Mullen Jr y Bono: los tres primeros corresponden a la etapa del álbum 'Pop' (1997), mientras que la foto de Bono fue tomada en los años 80 por Anton Corbijn y ocupa la portada de sus memorias. Hay quien interpreta que Bono va por libre y se remite a unas recientes declaraciones de Larry Mullen a 'The Washington Post' en las que dejaba traslucir cierta disconformidad con el rumbo de la banda: “Soy autónomo y valoro mi autonomía (...) Cada uno tiene sus límites. Y solo haces esto si lo estás pasando muy bien, ¿sabes?”, decía el batería que en 1976 puso una nota en el tablón de anuncios del colegio que dio origen al grupo, y que arrastra serios problemas de espalda desde los años ochenta.

En lo musical, algunos de quienes han seguido a U2 durante décadas muestran su decepción ante unas versiones acústicas “sin ningún interés ni reimaginación”. Consideran que temas como 'Pride' lo pierden todo sin su arquitectura sonora de guitarras con eco. “El aperitivo de 'Prid', muy decepcionante. Si algo funciona, no entiendo por qué hay que tocarlo”, dice un seguidor en un foro de Facebook de U2. “Suena a U2 destrozando su propia obra. Joder, ¿había necesidad de esto?”, agrega otro fan. Otros tienen mejores vibraciones: “He oído trozos de casi todas las canciones y no es un acústico y ya está, son versiones muy curradas”.

Habrá que esperar y dar el beneficio de la duda a los dublineses, aunque pocas veces regrabar éxitos en el estudio logra mantener la magia original. Uno de los ejemplos más claros lo tenemos en el álbum 'Vivo', de Golpes Bajos (1998), una reunión a medias del grupo vigués en la que Teo Cardalda y Germán Coppini cambiaron arreglos e incluso letras, con un resultado que dejó frío a casi todos sus seguidores. Es difícil luchar contra la nostalgia.