Luis Leante gana el Premio Edebé de Literatura Juvenil por una novela sobre el acoso y la humillación

El escritor afincado en Alicante consigue por tercera vez este galardón con "Territorio desconocido"

El escritor Luis Leante.

El escritor Luis Leante. / Enric Fontcuberta

Lo ganó en 2016 con Huye sin mirar atrás, en la que habla de segundas oportunidades; en 2020, con Maneras de vivir, sobre las diferentes formas de familia en la actualidad, y ahora lo ha vuelto a hacer, con Territorio desconocido, una novela en la que afronta "más que el acoso escolar, la humillación". El escritor murciano afincado en Alicante Luis Leante (Caravaca de la Cruz, 1963) se ha alzado por tercera vez con el Premio Edebé de Literatura Juvenil, por su obra seleccionada entre las 118 presentadas a este concurso.

"No existen fórmulas para conseguir ganar este premio, poner la experiencia que tienes, lo que conoces, y luego es como lanzar una botella", asegura el escritor tras conocer el fallo del galardón. "Se trata de que le lector llegue a esta literatura porque en la literatura juvenil, si escarbas descubrirás una mina de oro".

En Territorio desconocido, Leante utiliza su experiencia de más de 20 años en la docencia para construir un relato "con muchas cosas que he visto y de las que nunca fui capaz de escribir porque requería distancia", en el que reflexiona sobre "hacia dónde puede arrastrar la humillación en chicos de 15 años". Asegura que el 80% de las cosas que aparecen "las he conocido". "He estado 22 años en la enseñanza y he hecho cientos de partes de conducta y algunas veces eran cosas increibles, si las contara todas en una novela parecerían ciencia ficción".

La novela se desarrolla en la actualidad, en un pueblo inventado, de unos 20.000 habitantes, Hondares, "al que he intentado vestir con un traje literario con una mezcla de trama policiaca, porque es una policía local la que lleva la investigación, y periodística, porque a mí me hubiera gustado ser periodista".

Todo empieza con un incendio fortuito en una nave industrial y la aparición de unos restos humanos que van llevando la historia al mundo de los adolescentes, del acoso escolar y la humillación. "Uno de los personajes, que funciona como un periodista, intentara entrevistarse con seis personajes, tres adultos y tres adolescentes, que están contando una investigación que se hizo cuatro años atrás, como si pasado el tiempo se intentara reconstruir lo ocurrido. Son muchas voces y cada una cuenta su versión, a veces muy diferente, de los acontecimientos. Parece una cosa de adultos y se va enfocando hacia los jóvenes".

"Trata de reflejar que parece que todos somos civilizados y estamos concienciados en contra de una serie de cosas, pero siempre hay gente que lo defiende y lo justifica", afirma el escritor. "Habla también del suicidio por este tipo de cosas que ahora parece que es algo nuevo porque sale en los medios, pero es tan antiguo como el ser humano".

Para Luis Leante, lo importante es visibilizar este problema y que se hable de ello. "Que se tome conciencia de que eso existe sin ser una novela pedagógica ni con moraleja. Por decirlo de alguna manera, no tomo parte de los buenos o de los malos, pero sí pretendo que el lector se implique y tenga su opinión".

Al autor, Premio Alfaguara de Novela en 2007, le preocupa "la comunicación que hay entre el mundo de los adolescentes y el mundo de los mayores", porque "casi siempre el comportamiento de los chicos es el resultado de lo que viven alrededor, de los modelos que tienen en los adultos".

Considera que "en algunas cosas hemos mejorado, pero las redes sociales han complicado la situación. El anonimato cubre a mucha gente que ahora no se sabe quien es".

Su objetivo es que este tipo de literatura sirva para reflexionar. "Quiero pensar que sí porque visualiza cosas que a veces ellos mismos normalizan; cuando convives con eso lo ves normal, como algo cotidiano, y no te paras a pensar; yo espero que no se normalice y que se vea como una excepción".

Literatura juvenil o para jóvenes

El autor asegura que es novela juvenil, sobre todo porque los protagonistas y la víctima son jóvenes. "Esto podría haberse colocado en el mundo laboral de un adulto y hubiera funcionado igual, pero de lo que se trata en este caso es un tema que está muy vigente entre los jóvenes, pero no está tratado con paños calientes. Surgen historias que he conocido en jóvenes y adolescentes".

No obstante, "tenemos necesidad de etiquetar las cosas", afirma. "La frontera entre la literatura juvenil, infantil y de adultos es algo que necesita el mercado, el mundo editorial, pero el escritor es menos esclavo para eso. La mayor parte de las veces que empiezo una novela no sé si es para adultos o para jóvenes y en la tercera versión he cambiado".

Leante apunta que ahora "hay un género del que se habla, que es literatura juvenil-adultos". Aunque, "yo intento no dejarme llevar por las etiquetas. He escrito novelas infantiles sin saber que eran infantiles. Yo lo que pretendo es contar una historia y el traje es lo que menos me preocupa al principio".