Entrevista | Sol Picó Bailarina y coreógrafa

"A estas alturas de mi vida no busco gustar, busco experimentar"

La bailarina y coreógrafa alcoyana presenta "Malditas plumas" el domingo en el Teatro Principal de Alicante

La bailarina y coreógrafa Sol Picó

La bailarina y coreógrafa Sol Picó / White Horse

No le falta inquietud a Sol Picó. Tampoco premios. Desde el Nacional de Danza 2016 hasta diez Max. Uno de los últimos proyectos que ha llevado a escena es Malditas plumas, un experimento en el que une su danza al texto de la Premio Nacional de Narrativa Cristina Morales, con la ayuda en la dirección de Carmen Portaceli. El próximo domingo llegará al Teatro Principal de Alicante. Y ya tiene todo listo para estrenar el 25 de marzo su nuevo montaje, Macarrón Power.

No se le habían tenido mucho apego en Alicante, pese a ser su tierra. De hecho actuó por primera vez en el Principal de Alicante en 2017. Pero parece que en los tres últimos años se ha reconciliado con la ciudad.

Sí, la verdad es que estoy muy contenta de que vuelvan a tener ganas de tenerme o más bien ilusionada de que la danza empiece a moverse en Alicante. Da la sensación de que algo empieza a cambiar.

Llega el domingo al Teatro Principal con Malditas plumas, un espectáculo muy teatral, donde el texto, de la Premio Nacional de Narrativa Cristina Morales, tiene una importancia similar a la danza.

La idea es un poco ir buscando retos y este nuevo reto era trabajar con el texto. El texto y la danza se entrecruzan, se mezclan, pasan al mismo tiempo, y a la vez se cuenta una historia. Fue un trabajo bastante a dúo con Cristina Morales porque me proponía textos ya hechos y luego otros en los que mezclaba ficción y realidad porque son cosas de mi vida... es un poco un destape del alma, para contar la historia de una mujer que en un momento dado se da cuenta de que lo que soñaba no ha llegado y ya no va a llegar.

Sol Picó en "Malditas plumas":

Sol Picó en "Malditas plumas": / JORDI VIDAL

¿Entonces habla sobre su vida?

No es que sea mi vida, pero es cierto que ya estoy en una edad en la que tenía cosas pendientes que podían pasar y no van a pasar. Además como bailarina ves que llegas al final. Tampoco vas as estar bailando muchos más años. Creando cosas sí, hasta que me muera, pero bailando es complicado porque cada vez es más complejo mover el cuerpo de esta manera, y digo de esa manera. Bailar, bailaré toda mi vida. Es como iniciar una catarsis hacia ese lugar.

"Creando cosas seguiré hasta que me muera, pero bailando de esta manera es complicado. Y digo de esa manera. Bailar, bailaré toda mi vida"

En esta historia, la protagonista, una vedette del Paralelo de Barcelona, va mezclando los recuerdos de su juventud, con el aroma de los teatros de variedades y también con la manera en que debe enfrentarse al deterioro físico. ¿Se sigue exigiendo más a una mujer en cuanto a la edad en el mundo de las artes escénicas en general y en la danza en particular?

Yo no sé si se exige más porque la exigencia en danza es igual para todos, pero es verdad que a la hora de salir al mercado quizá para la mujer es un poco más complicado. Yo tampoco es que lo haya tenido dificilísimo, pero hay algo que me da la sensación, igual era en mi tiempo, que ahora está un poco más equilibrado, porque he tenido momentos de ser coreógrafa en una pieza y la gente que me ha hecho el encargo hacer más caso a mis bailarines que a mí. Siempre hay algo ahí, un poso que no acaba de desaparecer.

A veces parece que tener más de 50 años es como un estigma para la mujer.

Bueno, en esta sociedad está el maduro guapete y la vieja de 50. A mí eso ya me la trae al pairo, pero en la sociedad es así, tienes que inyectarte kilos de bótox y esas cosas. Hay algo que cada vez me importa menos porque la belleza está claro que está ahí, pero el atractivo está en otro sitio. No es lo mismo una mujer que baile con cincuenta y pico que un hombre, pero no quiero hablar de un caso concreto, son cosas sutiles que están ahí y se presienten. Yo lo he sentido mucho durante mi carrera, aunque ya me da más igual porque yo voy haciendo, y por el prestigio o por lo que sea no hay más remedio que hacerte caso. Ya has demostrado más o menos que vales y te avalan los años de carrera.

Pensando un poco en esa carrera, acaba de aprobarse el Estatuto del Artista, con mejoras importantes paras el sector. ¿Le parece suficiente?

Es algo que tenía que haber pasado hace años y años porque hay cantidad de gente que ha tenido que dejar de bailar en periodos complicados; eso ha destrozado muchas carreras porque te has visto abocado a hacer otras cosas. No es mi caso porque es mi compañía y soy la creadora. Pero es una gran pena, tenía que haber pasado ya. Pero al menos, agradezco que ocurra, claro.

El pasado jueves Sol Pico encabezó junto al también coreógrafo Cesc Gelabert y al director de la Fura, Àlex Ollé, la recogida  de firmas de más de 350 personalidades del mundo de la cultura y las artes del Manifiesto #PerunnouMAE, para reclamar una sede propia para el Museu de les Arts Escèniques (MAE) en Cataluña. ¿Por qué es necesario?

La idea es coger un edificio y crear un espacio donde los creadores puedan ir dejando su historia; que tanto público como artistas puedan ir y revisar la historia de alguien. Es fundamental y necesario para construir nuestra historia. Hay muchas cosas que se entienden si conoces el pasado. Es difícil a veces llegar a algo sin conocer el pasado. Y también para poder dejar tu trocito de legado cuando acabes tu carrera.

"En esta sociedad está el maduro guapete y la vieja de 50 años. A mí eso ya me la trae al pairo, pero en la sociedad es así"

Este fin de semana todos nos escandalizamos con la denuncia a un productor de cine por acoso en la fiesta de los Premios Feroz. ¿Alguna vez has sufrido algo similar o a veces las mujeres lo han asumido como algo normalizado?

Yo lo he vivido muy poco; imagino que sin darme cuenta que era así, ha podido pasar. Aunque ahora que lo voy pensando sí me ha pasado. Me parece muy bien que se denuncie. Siempre hay casos que habrán sido muy fuertes y la mujer no se atreva a denunciarlo porque haya un cierto desequilibro, pero es importante que se diga y que se empiece a trabajar en ese tema. Pero como en todo hay que evitar irse a los extremos y que te toquen el hombro y lo denuncies. Hay que tener cuidado con esta cosas y contar la verdad. Pero importantísimo que se denuncie y que la gente sepa que cuando no quieres una cosa no lo tienes por qué asumir.

Es un alma inquieta y siempre está experimentando cuando después de tantos reconocimientos podía haberse quedado en su zona de confort.

Desgraciadamente no puedo, aunque ese verdad que podría empezar a tranquilizarme. Me meto en cada lío que no veas. Este Malditas plumas es un reto y responde a un momento para experimentar en distintas disciplinas. Es interesante abrir nuevos caminos, pero porque me apetece no porque tenga que buscar otra cosa. Eso no siempre cae bien o no siempre gusta. Pero a estas alturas de mi vida no busco gustar sino experimentar y buscaré nuevos retos para mí que me hagan crecer. Yo estoy aprendiendo siempre. Cada vez tengo la sensación de que sé menos.

"Es importantísimo que se denuncie el acoso y que la gente sepa que cuando no quieres una cosa no lo tienes por qué asumir"

¿Ha pensado en la hora de la retirada o piensa más en los próximos espectáculos que le quedan por hacer?

Pues pienso más en los próximos proyectos. En retirarme el cuerpo me lo va a decir. Ya hay muchas cosas que evito hacer porque no quiero romperme, ya me rompí una rodilla por no poner límites. El cuerpo es muy sabio y me irá diciendo. Y yo iré decidiendo tranquilamente. Pero como ahora todo funciona bien pues estoy en plena creación.

¿Y cuál es esa nueva creación?

Pues los primero es que estrenamos el 25 de marzo un espectáculo para público famiilar, Macarrón Power; después tengo una cosa con Juan Mayorga para final de año y las Titanas empiezan a bailarse por el mundo. Macarrón Power se centra en el mundo de la migración desde una perspectiva del superhéroe, que es el papel en el que colocamos al migrante, lo convertirnos en superhéroe y le damos un punto cómico. Hay músicos en directo, cuatro bailarines maravillosos, hay unas proyecciones, hay unos ilustradores. Se estrena en el Festival de Danza Metropolitana de Barcelona. La gracia es que interactuamos mucho con el público. Son como la escenografía, el decorado.