Entrevista | Rodrigo Sorogoyen Director de cine y guionista

"Si un guion es chungo no tienes nada que hacer"

El director de "As bestas", que ha participado en dos actos en Alicante esta semana, prepara ya el guion de su próxima película que "no será un thriller"

El director de cine y guionista Rodrigo Sorogoyen

El director de cine y guionista Rodrigo Sorogoyen / PILAR CORTÉS

Nunca pensó que As bestas iba a ser una película de éxito, tal y como se entiende ese término, ni que iba a ganar 9 Goyas. Pero sobre todo, Rodrigo Sorogoyen (Madrid, 1981) no imaginaba que tanta gente iba a ir a verla. El cineasta, que visita Alicante con frecuencia porque aquí vive su padre, prepara ahora su próximo guion, como siempre con Isabel Peña. Dice que no será un thriller.

Si le digo As bestas ¿qué es lo primero que le viene a la cabeza?

No sé. Hay muchos niveles de contestar a eso, pero lo más llamativo, porque es lo que más recibo, en cuanto a cantidad, es que ha sido un éxito. Y lo asumes, lo aceptas, pero es que no te lo crees. No soñábamos con tanto éxito de taquilla, de crítica y de reconocimiento. Siempre hemos creído que, tal como está la tendencia ahora del espectador, de qué es lo que ve, qué es lo que premia, qué es lo que tolera, no era una película fácil. Lo sabíamos y daba igual porque la íbamos a hacerla aunque no fuera nadie a verla al cine. Y de repente ha ido mucha gente al cine que es lo que más me sorprende, la verdad.

Con ella ha conseguido 9 Goya y el César a mejor película no francesa, entre otros muchos premios. Cuando uno se plantea empezar a armar una película, ¿piensa en tener éxito?

No te planteas eso, porque es inútil. Pensábamos, y nos equivocamos, que no iba a ir gente al cine a verla. Sabes en qué liga te estas moviendo, pero luego puede haber sorpresas. En el fondo, y aunque parezca un cliché, yo creo que todos los cineastas, o casi todos, lo que buscan es contar una historia que primero les emocione a ellos, y creen que como les emociona a ellos, o bueno habló de mí, como me emociona a mí, considero que va a emocionar a un número de espectadores. Además, con nuestra experiencia, quitando As bestas, que siempre ha sido muy positiva, en todas las películas que hemos hecho creemos que han gustado mucho a los espectadores, en general. Otra cosa es que hayan ido mucho a verla. Eso para mí es una experiencia positivísima y te das con un canto en los dientes, es a lo que aspiras. Tú haces una película creyendo que va a interesar, ahora que vaya la gente al cine es un quimera, es una utopía. Luego te puede tocar, pero con El reino no tocó, con Madre muchísimo menos… pero da igual. Yo hice As bestas porque quería que existiera una película así en el mundo del cine. Trabajas con eso. Yo por lo menos.

¿No es una paradoja que películas con buenas críticas y premiadas no sean vistas por mucha gente, y otras con muchos espectadores no tengan ningún reconocimiento? Es el caso de Alcarràs que usted mismo dijo en los Goya que no se merecía irse de vacío.

Si supiera por qué, todos intentaríamos tener éxitos. Pero es cierto y cada vez es mayor ese desencuentro. Antes una película buena para la crítica era buena para el público. La educación audiovisual, y la general también, de la que supongo somos todos y todas responsables, está yendo, para mi gusto, lamentablemente hacia ese lado, hacia el consumo rápido. Son los tiempos que corren. Si no exiges mucho al espectador y puede consumir algo rápido parece que consigues un mayor rendimiento, a la gente le gusta más. Entonces se confunde todo con que esto es lo que a mí me gusta y por tanto es lo que hay que ver y voy en masa a verlo. Pero claro, luego surgen otras voces paralelamente que dicen "ojo, esto no". Creo que hay una responsabilidad o una tendencia natural, que ya es una cuestión de autor, de decir: intentemos que haya las mayores voces posibles. Como el mundo audiovisual está destinado a que no las haya, se tiende a unificar, y habrá cuatro gatos, entre los que yo estoy, que intentan alzar la voz de forma radical y, menos mal, la crítica las premia, aunque cada vez menos.

El cineasta Rodrigo Sorogoyen, el viernes en el MUA.

El cineasta Rodrigo Sorogoyen, el viernes en el MUA. / PILAR CORTES

Su historia habla de que no hay buenos totalmente buenos, ni malos totalmente malos. Como la vida misma.

Sí, es algo constante en nuestras pelis. Siempre hemos intentado contar situaciones, dilemas, personajes y actitudes incómodas, llenas grises y no de blancos y negros, porque creemos que la vida es así, y nos parece más interesante la vida así y por tanto también las ficciones así. A mí me interesa más por qué alguien hace algo malo que reprocharle que es malo. Cuando te preguntas por qué alguien hace algo malo empiezas a no juzgar y ves que también ha hecho algo bueno. A todo eso súmale que estamos en un mundo que cada vez te obliga más a colocarte en un extremo u otro. PP o PSOE, de izquierdas o de derechas; no puedes criticar, no hay matices. Es una radicalización absurda a la que te lleva este sistema que está montado para eso. Es el twitter, la inmediatez, todo es el like, o te gusta o no te gusta. Nos sentimos obligados a tomar parte. Es como cuando sales del cine. Debería estar prohibida la pregunta "¿te ha gustado o no te ha gustado?" porque te obliga a hacer juicios rápidos cuando ni has asimilado lo que has visto. Y lo importante no es si una película es buena o no, o si te ha gustado o no, lo importante es el viaje.

Cines vaciados

También trata de la España vaciada. ¿Le preocupan también los cines vaciados?

Claro que me preocupa. A todo nuestro sector, bueno a todos no, pero sí a muchos cineastas o productores, porque al sector audiovisual no le preocupa lo que debería preocuparle. A mí sí, porque se va a perder. Quiero pensar que es imposible que no haya ninguna sala de cine porque todavía hay gente, mucha, que sigue enamorada del cine, pero se ha perdido para la media totalmente.

"Tú haces una película creyendo que va a interesar; ahora, que vaya la gente al cine es un quimera. Yo hice 'As bestas' porque quería que existiera una película así en el mundo del cine"

¿Por qué ha dicho que al sector audiovisual no le importa?

Porque lo que le importa es la plataforma, el consumir cine en casa, no le da ninguna importancia, incluso sabotea ciertas tradiciones y mecanismos, como la sala de cine, el trabajo del autor o la autora, del cineasta o la cineasta. Lo que hacen son cosas que, bueno, alguna parte buena tiene como ofertar un trabajo una red de profesionales, pero cargándose otro tipo de aspectos. Y eso me preocupa mucho.

¿Entonces cree que las plataformas han beneficiado o perjudicado al mundo del cine?

Esa es una pregunta trampa. Para unas cosas ha beneficiado y para otras no.

¿No cree que han dado mucha vida al sector con las series?

Totalmente. Pero una cosa es hacer series y otra las plataformas.

"Somos una industria -y un país- poco y mal organizada, poco combativa, poco protestona"

Pero las series se estrenan en las plataformas…

A día de hoy. Series ha habido toda la vida.

La última que usted ha hecho es Antidisturbios, que también ha recibido muchos premios. ¿Cree que tenemos todavía mucho que envidiar a las series norteamericanas o las españolas tienen su propio sello?

Mucho que envidiar no. En España se hacen series muy buenas. Y en EE UU se hacen también series muy malas, además de muy buenas. No tenemos nada que envidiar. Y no creo que haya un sello del cine español. ¿Te gusta el cine español? Pues el bueno sí. ¿Y el americano? Pues hay auténticas mierdas. ¿Te gusta el cine argentino? La gente dice me encanta el cine argentino, pero nos llegan cuatro películas. Mírate todo el cine argentino, a ver si te gusta.

Usted es guionista de sus películas, formando tándem con Isabel Peña. ¿No es complicado escribir a cuatro manos?

A nosotros nos resulta más fácil porque si no, no seguiríamos. Encuentro muchísimas ventajas, tantas que no quiero no hacerlo. También pierdes cosas porque la película es menos tuya, pero a mí no me importa.

¿Y qué ganas?

Pues ganas otro cerebro. Muy listo, además. Trabajamos más rápido al estar los dos. Yo no puedo entender a un guionista único. Lo envidio y lo admiro. Yo no sería capaz de enfrentarme a un guion solo. Necesito a alguien que me diga vamos bien o no. Isabel me dice lo mismo. Lo difícil es encontrar a alguien que te enriquezca.

Es curioso que en los trabajos premiados siempre ha sido nominado o ha ganado el de mejor guion, casi al mismo nivel que mejor película o dirección. Sé que es complicada la respuesta, pero ¿en cine es más importante la historia o cómo contarla?

Si el guion es chungo no tienes nada que hacer. Nada. Puedes rodar muy bien que no… eso no hay ni dios que lo salve. Otra cosa es que lo importante es cómo cuentas una historia. Lo fácil es tener una buena idea. Lo complicado es desarrollarla. Eso puede ser una película muy buena o muy mala. Lo importante es el guion. He visto grandes directores que ruedan muy bien hacer películas que no me interesan nada por el guion.

"Siempre hemos intentado contar situaciones, dilemas, personajes y actitudes incómodas, llenas grises y no de blancos y negros"

¿Escribe sus guiones porque prefiere hacer sus propias historias o rodaría el guion de otro autor?

Siempre dejo la puerta abierta, me encantaría, pero es que no me ha ocurrido, no me interesan.

¿Pero le han ofrecido guiones?

Sí, muchas veces. Pero no me convencen. Tiene que salir de nosotros. Somos muy autores en ese sentido. No por elección, es que es lo que ocurre. A parte de que nos divertimos mucho en ese proceso.

¿Y qué es más complicado, gestar el guion o dar forma al puzzle para que salga la película?

Pues todo cuesta. Ahora estamos escribiendo el guion de la próxima película y nos está costando muchísimo. Pero también te digo que el montaje de As bestas fue complicado. Sin embargo el guion salió muy fácil. Otras veces es lo contrario. Antidisturbios el montaje fue muy sencillo porque estaba todo muy bien delimitado, pero el guion nos costó mucho. Bueno, cada proceso cambia.

¿Puede contar algo de esa próxima película?

Puedo decir poco. No es un thriller, es una historia más de personajes. Queremos huir del mundo thriller, en el que se nos ha etiquetado. Está bien, pero queremos salir de ahí. Hemos hecho cosas que ha visto gente y han gustado, y queremos arriesgarnos. Por eso nos está costando mucho.

No será una comedia…

No, pero me encantaría. No nos atrevemos, pero yo creo que nos saldría porque somos muy divertidos. Pero ese cambio de registro nos da miedo. Aunque a mí me gusta decir que nos atrevemos con todo.

El cineasta Rodrigo Sorogoyen en Alicante.

El cineasta Rodrigo Sorogoyen en Alicante. / PILAR CORTES

¿Haber conseguido tantos premios le condiciona a la hora sacar adelante otra película?

Hay más presión porque sabemos que va a ver la película más gente y con una lupa especial. A lo mejor nos pesa más, sería hipócrita si digo que no, pero todavía es muy reciente. Y hay que hacer que no pese.

"Mi nueva película no es un thriller, es una historia más de personajes. Queremos huir del mundo thriller en el que se nos ha etiquetado"

Los guionistas de Hollywood se han lanzado a una huelga indefinida. ¿Sería posible algo similar en España?

Me parece muy difícil. Es complicado porque somos una industria, y un país, poco y mal organizada, poco combativa, poco protestona. Somos un país con miedo en general, un país dormido, con miedo por 40 años de dictadura y 40 años de transición. Y muy egoísta. Supervivientes somos, pero me salvo yo. Es una pena, pero luego lo pasamos bien, somos muy simpáticos…

Si tuviera que hablar de algún referente, ¿qué nombre diría?

Hay muchos, pero uno actual, Paul Thomas Anderson, que es un referente absoluto. Pero hay que obligarse a decir referentes mujeres, no porque quede bien sino porque hay que enseñar a la gente, a los jóvenes, que hay directoras muy buenas. Hay una directora francesa que me encanta, Maïwenn. Me gusta que lo digas porque está bien que se sepa que se puede ser mujer y directora, y muy buena, además.

Supongo que sabe que se han relanzado los estudios de Ciudad de la Luz de Alicante. No sé si tendría interés en rodar aquí.

No ruedo en plató, pero me encantaría visitarlos por curiosidad. Lo que pasa es que nunca hay que decir nunca porque en un momento dado puedo necesitarlo.