Necrológica

Hasta siempre, Pedro

Pedro Carboné, a la izquierda, junto a Luis Corno y Luis Ivars, en una imagen reciente. | INFORMACIÓN

Pedro Carboné, a la izquierda, junto a Luis Corno y Luis Ivars, en una imagen reciente. | INFORMACIÓN / luisivars

Luis Ivars

Hay artistas que tienen una luz especial. Esa que guía y alumbra a todos los que se acercan a su entorno e influjo, haciéndolos mejores. Porque les sobra el arte como para quedárselo para ellos mismos y, en su lugar, comparten generosamente su luz para hacer más grande el talento a su alrededor. Sin miedos. Sin egoísmo. Con la certeza de que lo importante es que la vida mejora si el arte florece. En esa división de honor jugaba Pedro Carboné. Pianista virtuoso y devoto de la música española, que ha transmitido a los cuatro vientos, especialmente por los Estados Unidos. Desde Nueva York, su casa durante muchos años, este maño aterrizó por la Terreta gracias a una oportuna herencia que le otorgaba la copropiedad del hotel Almirante. Bendito destino que además de convertirlo en motor de la maravillosa transformación del hoy hotel y restaurante de referencia de la playa de Sant Joan, lo convirtió en punto de encuentro de los artistas alicantinos de toda índole que, antes o después, participamos de sus convocatorias músico-gastronómicas en busca de catalizar proyectos y crear sinergias. Aunque por encima de todos estaba su objetivo más pasional y altruista: poner en valor a nuestro compositor alicantino más internacional, Oscar Esplá, quien estando a la altura de Manuel de Falla, no ha recibido ni de lejos su merecido reconocimiento. Así lo conocí. Contagiando con entusiasmo la necesidad de editar su Nochebuena del Diablo, de ponerla al servicio de las orquestas y de generar un estreno nacional y otro internacional en Nueva York. Pero eso, solo era el principio…

Había encontrado su lugar, con la pasión de potenciar nuestra música y el deseo de llevarla a cabo junto con tantos músicos que le disfrutamos y coincidíamos con esa meta. Su ilusión ya estaba encarrilada y me lo confirmaba contento desde su estancia en el hospital. Estancia que preveíamos transitoria hasta que el guionista supremo decidió dar un cruel giro a la historia y romperla cuando empezaba a rozar el sueño con los dedos. Nos ha dejado antes de tiempo. Falleció el lunes en Alicante con solo 62 años. Es injusto. Esa luz especial debía permanecer. No puedo admitirlo todavía porque su sueño está vivo y los que participábamos de él, lo vamos a hacer realidad en su memoria.

Vino de fuera, pero ya mucho antes era uno de los nuestros.