El MARQ rescata la memoria de Alicante perdida en el tiempo

El museo arqueológico inaugura la exposición temporal Ciudades de luz, que estará abierta al público hasta el 18 de mayo del 2025

El espacio hace un recorrido por los enclaves que habitaron la ciudad gracias a las investigaciones realizadas en el Tossal de Manises

El MARQ inaugura su exposición temporal Ciudades de luz

El MARQ inaugura su exposición temporal Ciudades de luz / Alex Domínguez

Juan Fernández

Juan Fernández

El legado perdido de Alicante cobra vida en el MARQ. El Museo Arqueológico Provincial abre sus puertas a una nueva exposición temporal que rompe con el éxito otorgado por sus anteriores muestras, de gran calado internacional, para mostrar la riqueza histórica del territorio. Ciudades de luz. Ákra Leuké, Lucentum, Laqant supone una mirada íntima a los enclaves que habitaron el paraje de La Albufereta, una exposición que pone en valor el patrimonio local usando como eje vertebrador el yacimiento arqueológico del Tossal de Manises.

Y pese a su carácter íntimo, se trata de la exposición temporal que mayor superficie ha ocupado en la historia del museo. La muestra, abierta al público hasta el 18 de mayo de 2025, cuenta el recorrido cronológico de la ocupación de La Albufereta apoyada en la presencia de más de 661 piezas que contextualizan la narrativa. Es una muestra que rema a contracorriente, pues son las reliquias expuestas las que suponen un aditivo al conocimiento de la localidad, pues se trata de una exposición que va más allá de las piezas mostradas. "Es también de espacios y de personas", expresó durante la presentación el director del Área de Arquitectura de la Diputación, Rafael Pérez.

La exposición, que busca homenajear en todo momento el trabajo de investigación que se ha ido realizando durante más de 30 años, se organiza en torno a las distintas ciudades que han ocupado el Tossal de Manises, en La Albufereta, a lo largo de los siglos. El recorrido arranca con un documental que explica el sentido de la exposición, seguido de una serie de documentos manuscritos e impresos que contextualizan la recuperación constante de la historia de Alicante gracias a los trabajos y a las campañas de excavación realizadas. Supone una mirada a la ocupación del territorio, pero también a las personas que vivieron en él.

Restos recuperados de Akra Leuké presentes en la exposición

Restos recuperados de Akra Leuké presentes en la exposición / Alex Domínguez

La muestra expositiva no se olvida de los yacimientos ibéricos pre-romanos, pertenecientes a la Contestania Ibérica, una cultura influenciada por los fenicios y los cartagineses hasta la llegada de los romanos. Es el comienzo de una cronología que detalla con minuciosidad los contextos históricos y responde a la pregunta de "dónde venimos", y lo hace de una manera muy didáctica donde se implementan nuevas tecnologías como la inteligencia artificial para envolver de una manera única al visitante.

Recorrido por la historia de la ciudad

En el primer vestíbulo se responde al porqué del nombre de Ciudades de luz, entendiéndose que esta denominación alude a los nombres de las ciudades antiguas que levantaron el Tossal de Manises. Todo se remonta al color de la roca alicantina ubicada entre el cabo de la Huerta, al este, y las sierras del Benacantil y Grossa, al oeste. "Lo primero que se apreciaba a simple vista cuando se llegaba a la ciudad eran sus sierras blanquecinas y brillantes, incluso luminosas", explica el propio Rafael Pérez. Esto dotó al lugar con el nombre de Ákra Leuké (traducido como "Cabo Blanco"). Así se refleja en los escritos del griego Diodoro de Sicilia, donde se plasma que, entre los años 235 y 231 a.C, el general cartaginés Amílcar Barco fundó "una grandísima ciudad" bautizada como Ákra Leuké.

Más tarde llegó la Segunda Guerra Púnica, que enfrentó a romanos y cartagineses dando pie a la creación de la ciudad romana de Lucentum, un municipio de derecho latino que se refleja en la segunda sala del museo. Los trabajos arqueológicos han permitido encontrar muros y objetos destruidos de antes de la contienda, lo que permite acercase a la cultura pre-romana de Alicante. Es en la cimentación de Lucentum donde la muestra consigue dar un paso más y detallar los aspectos de la vida pública de la ciudad tanto a nivel social como religioso.

Una de las piezas más sorprendentes es el fragmento de una estatua de bronce aparecido en 2005. Los trabajos de recuperación confirmaron que se trataba de una mano que sostenía una empuñadura de espada, rematada con dos cabezas de águila. La estatua debería ser de un emperador romano o de un familiar suyo y, se supone, portaría la espada en el antebrazo izquierdo. Los investigadores creen que se trataría de Germánico, hermano de Tiberio.

La sociedad civil se recrea gracias a los trabajados realizados en un cementerio islámico excavado en el Tossal de Manises

La sociedad civil se recrea gracias a los trabajados realizados en un cementerio islámico excavado en el Tossal de Manises / Alex Domínguez

Sin embargo, uno de los rincones más especiales se puede observar en la tercera sala, donde se recrea en movimiento a las personas que vivieron en aquella época de acuerdo con la información rescatada de un cementerio islámico correspondiente a la ciudad de Laqant tras el colapso del Imperio Romano, y excavado en las inmediaciones del Tossal de Manises. Se pone cara, así, a personas que existieron en aquella época, otorgando una mirada profunda a todos los estamentos sociales y haciendo hincapié en los aspectos cotidianos de la sociedad dentro del "domus". Un sentir cotidiano que ha llegado hasta nuestra actualidad con la ejemplificación de termas, tabernas o incluso el propio hábito epigráfico y la escritura.

En el transcurso del recorrido, el visitante podrá ver la importancia de la historia retratada por el abandono de Lucentum con la consecución de sucesivas guerras civiles y, por consiguiente, la necesidad de dar luz a la historia del territorio. Los últimos compases de la muestra amplían la percepción de la ciudad más allá del Imperio Romano de Occidente con la ocupación del barrio de Benalúa, del Benacantil y de Fontcalent y la cristianización del entorno del Tossal de Manises. Un breve repaso por los bizantinos, los visigodos y el islam pone fin a la representación histórica de Alicante.

Trabajos de recuperación

Antes de abandonar la muestra temporal, en la biblioteca del MARQ se ilustra el trabajo de recuperación y restauración del yacimiento, un trabajo intensivo que ha durado más de 30 años y que "ha permitido transmitir una visión contextualizada" de la ocupación histórica del territorio "y devolver a la ciudadanía su investigación" con las grandes campañas de excavación" llevadas a cabo, ha explicado el técnico de Excavaciones de la Fundación C.V. MARQ, Antonio Guilabert.

Esta muestra es el resultado de décadas de investigación sobre el yacimiento del Tossal de Manises, de su protección y salvaguarda, de su puesta en valor, de su conversión en un espacio socializado y de su divulgación. Este enclave está vinculado a la Diputación y al Museo Arqueológico de Alicante desde su fundación, en 1932. Su apertura al público en 1998 como parque arqueológico supuso una revitalización de los programas de investigación, según apunta Rafael Pérez, "cuya metodología sirve de inspiración y ayuda para trabajar en otros espacios".

Todo ello sirve para dar contexto a una aventura por el Alicante antiguo en una exposición "en la que han participado decenas de personas" y que contiene "un trabajo realizado por la Unidad de exposiciones a la altura de los mejores museos europeos", asegura el director del MARQ y comisario de la exposición, Manuel Olcina. Por su parte, el presidente de la Diputación, Toni Pérez, ha asegurado durante la presentación de la exposición que tiene como finalidad "cuidar un legado, recuperarlo y ponerlo en valor". Un trabajo de muchas generaciones "que reconoce la riqueza de Alicante" y simboliza el logro de "una provincia fuerte que tiene que reconocerse a sí misma".

Tracking Pixel Contents