Sergio Jaén, el ilicitano que ha conquistado Eurovisión con Austria
El director artístico es el encargado de diseñar la propuesta de Wasted Love, una exhibición visual y poderosa que se alza con el Micrófono de Cristal y consolida su proyección internacional

Sergio Jaén, el ilicitano que ha conquistado Eurovisión con Austria / Eva Abril
No es la primera vez que su nombre suena en el mundo eurovisivo, pero ahora ha conseguido alcanzar el éxito. El director artístico ilicitano Sergio Jaén se ha unido al intérprete Johannes Pietsch, conocido artísticamente como JJ, para llevar al escenario una propuesta musical tormentosa que plasma la sensibilidad de un amor no correspondido en el tema Wasted Love, ganador del certamen de Eurovisión 2025. Una unión entre puesta en escena y poderío vocal que sorprendió a todos y acabó llevándose el Micrófono de Cristal para Austria, país que no conocía la victoria desde 2014, cuando Conchita Wurst arrasó con la canción Rise Like a Phoenix.
La propuesta ya generaba mucha expectación, con un joven cantante de 24 años capaz de alcanzar notas imposibles con una facilidad asombrosa gracias a su faceta de contratenor. Una forma diferente de interpretar una balada lírica desde el dolor de un amor fallido en la voz de un hombre, lo que aumentaba aún más el impacto emocional. Esto le permitió generar una conexión única con una pieza de corte ópera-pop que no dejó indiferente ni al jurado ni al televoto.
Pero la llegada del director artístico ilicitano aportó un plus escénico. Aprovechando las metáforas marinas de la canción, que habla de un “océano de amor” para transmitir la angustia de dar sin recibir, Jaén optó por una estética minimalista en blanco y negro, con la que simbolizó la tristeza y el dolor de la letra en medio de la tempestad. Una narrativa visual que abordó la actuación desde la teatralidad y que el austríaco Johannes Pietsch logró trasladar tanto a los jurados internacionales como a los espectadores.

Sergio Jaén celebra la victoria junto al resto del equipo artístico de Austria / Martin Meissner / AP
Tanto fue así que Austria se convirtió en la propuesta mejor valorada por el jurado profesional del certamen, obteniendo un total de 258 puntos y colocándose en primera posición. En cambio, fue la cuarta opción más votada por el público —superada por Israel, Estonia y Suecia—, aunque esa puntuación le bastó para alzarse con la victoria, alcanzando un total de 436 puntos que le encumbraron a lo más alto de la clasificación.
Más que una actuación
La propuesta de Sergio Jaén para Austria tenía como principal objetivo trasladar al espectador a un universo paralelo. La arriesgada decisión de construir una actuación que se asemejara más a un videoclip que a una exhibición en directo acabó siendo un acierto, en parte gracias al respaldo habitual que las power ballads reciben en el festival. Y si, además, aportas algo diferente, las miradas no pueden apartarse del televisor.
Se trata de una historia que crece de forma progresiva, minimalista y contundente, con una realización en blanco y negro que potencia aún más el dramatismo de un amor a la deriva. Sobre el escenario del St. Jakobshalle de Basilea se recrea una tempestad emocional que requiere de una estrecha colaboración entre dirección artística y realización televisiva, pero cuyo resultado final logra sorprender y emocionar a través de una constante escalada de intensidad.

Un momento de la actuación ganadora / Jens Büttner / Europa Press
Sin medias tintas, Wasted Love apostó por un concepto teatral llevado al límite y ejecutado con precisión. Supo exprimir las posibilidades escénicas como nadie, creando un universo visual del que era imposible apartar la vista. Un videoclip viviente que recordó, en parte, al que protagonizó Nemo, el ganador del certamen en 2024. Y cuando las candidaturas tienden a hacer lo mismo, lo arriesgado acaba sobreponiéndose.
Irlanda, primer intento
La importancia de esta edición de Eurovisión fue aún mayor para Sergio Jaén, ya que la dirección artística de Austria no fue la única en su agenda: también estuvo a cargo de las actuaciones de Finlandia y Chipre. Muchas delegaciones querían contar con sus servicios después de que el pasado año causara sensación con su propuesta demoníaca para Irlanda en la canción Doomsday Blue, de Bambie Thug.
Ante este crecimiento exponencial, surge la pregunta de quién es Sergio Jaén y por qué ha llegado hasta aquí. Se trata de un director y productor queer afincado en Londres cuya creatividad escénica lo ha posicionado como una de las voces emergentes más potentes del panorama audiovisual europeo. Natural de Elche, ha logrado abrirse camino en la industria internacional dirigiendo una amplia variedad de espectáculos en vivo, cortometrajes, anuncios y proyectos promocionales.
Si algo destaca en su trabajo es su estilo, marcado por una sensibilidad estética muy personal, que ha captado la atención de artistas como Dua Lipa, con quien ha colaborado. Su labor le ha permitido construir una trayectoria que desafía etiquetas, obteniendo el reconocimiento del sector y varios premios por su labor artística. Pero ha sido este último logro, crear una propuesta ganadora de Eurovisión, el que ha impulsado aún más su carrera, gracias a una sobriedad visual y un dramatismo escénico que ya son parte de su firma creativa.
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