El futuro y el pasado reciente del tenis español van de la mano en el Club Atlético Montemar de Alicante. El joven torrevejense Nicola Kuhn, de 18 años y uno de los tenistas españoles con más proyección del momento, trabaja desde el mes pasado a las órdenes del extenista alicantino Iván Navarro con el objetivo de alcanzar el próximo año la élite del «top 100» y disputar los cuatro torneos del Grand Slam.

Diestro, fibroso, revés a dos manos y 185 centímentros de estatura, este alicantino de origen austríaco-alemán se presentó en 2017 como gran promesa del tenis mundial al ganar la final de dobles de Roland Garros júnior, tres horas después de perder la final individual del mismo torneo. Un año después, Kuhn intenta abrirse paso en el durísimo circuito del tenis profesional y a comienzos de verano apostó por la experiencia de Iván Navarro, que «colgó» la raqueta en 2013 tras 16 años de profesional para dedicarse a la enseñanza del tenis.

¿Por qué Iván? «Era la mejor opción para seguir progresando. En su momento le veía jugar y tenía las mejores referencias de otros jugadores a los que entrenaba, además de que nuestros estilos de juego son parecidos, si bien yo no tengo su característico saque-red. Todo eso se ha confirmado ahora que llevo un mes trabajando con él y me quedo con su personalidad y con su capacidad para motivar», responde Kuhn tras un exigente partido de entrenamiento el miércoles en Montemar ante el ilicitano Mario Vilella, 246º en el ránking de la ATP en la actualidad.

El entreno con Vilella se disputa a todo trapo bajo un sol abrasador en una de las pistas rápidas del Montemar y un día después de otro exigente entrenamiento en Castellón con Roberto Bautista Agut, número 19 de la ATP. Kuhn y Navarro han decidido aumentar el ritmo esta semana para preparar el torneo challenger que se disputa desde este domingo en la Academia de Rafa Nadal en Manacor.

A juicio de su entrenador, la rapidez en la pista y su entrega y dedicación son tres de de las mayores virtudes de Nico. «Todo lo que le pidas, te lo da», explica Navarro. «Cuando le aprietas en los entrenamientos, te sube aunque esté cansado por la fuerte carga de trabajo. Siempre da un plus y eso es admirable en un chaval tan joven, que tiene muchas cosas claras».

En «petit comité», Iván llama a Nico «tractor y cohete» por su constancia y por su rapidez. «Hay cosas aún que mejorar, pero físicamente está muy fuerte. Es un todoterreno, que rinde bien en pista rápida y en tierra también te da un extra», precisa el entrenador.

Castigado por las lesiones y penalizado por varios resultados adversos en los últimos meses, el torrevejense figura esta semana en el puesto 377 de la ATP, lejos de su mejor ránking, el 196, alcanzado el pasado mes de abril. «El objetivo es volver al top 150 a finales de año. Sabemos que podemos conseguir más, pero es importante tener paciencia, algo que he tenido que aprender estos últimos meses con la lesión. Hay que aceptar que, a veces, las cosas no vienen de cara y apretar los dientes y seguir luchando día a día. Y para el año que viene, meternos en el top 100 y jugar los cuatro Grand Slam», razona Kuhn, que asegura que ya empieza a ver los frutos del trabajo con Iván.

Navarro coincide y matiza que su jugador empieza a sentirse cada vez más cómodo en la pista tras varias semanas de adaptación mutua: «Estamos siendo mucho más competitivos y dando un nivel bastante más alto de lo que dice el ránking, que se ha visto lastrado por las lesiones, por la defensa de los puntos y un cambio de raqueta».

En el tramo final de la temporada, el calendario para Nicola es muy exigente. Tras el torneo de Mallorca participará en el challenger de Sevilla, viajará a Polonia y poco después emprenderá una gira asiática para jugar en Kazajistán, Uzbekistán, dos torneos en China y cierre del curso con otros dos trofeos en la India en noviembre.

Con esta agenda, Kuhn -un apasionado de los coches- asegura que ha empezado a dar cada vez más importancia al descanso como parte esencial también de su preparación. Y en septiembre volverá a estudiar para acabar la ESO. «Tuve que interrumpir los estudios en su día para seguir jugando y en España nos faltan facilidades a los deportistas para compaginar los estudios, tal y como se hace en otros muchos países», se queja.

Por su parte, Navarro cuenta con el apoyo de su familia para afrontar este nuevo ritmo de viajes. «Es una oportunidad muy especial y motivante», destaca el técnico, contrariado, sobre todo, por no poder ver el domingo el Hércules-Ontinyent.