Sergio Ramos habría incumplido dos veces las reglas antidopaje. Según publica Mediapart, entre otros medios, la noche de la victoria del Real Madrid en el Millennium Stadium de Cardiff en la final de la Liga de Campeones de 2017, el capitán del Real Madrid dio positivo en un control (trazas de dexametasona). La segunda vez sería en un partido de Liga contra el Málaga, celebrado en abril de 2018.

En el primer caso, la UEFA decidió entonces archivar el asunto, dando por válidas las explicaciones del jugador y del médico del equipo blanco.Según los documentos desvelados por Football Leaks, el central habría violado después el protocolo antidopaje tras un partido del campeonato de la Liga española en Málaga en abril de 2018, a un controlador de la agencia española antidopaje AEPSAD.

Los datos incluyen una carta enviada por un miembro principal del personal de AEPSAD al Jefe del Departamento Médico del Real Madrid el 21 de septiembre de 2018.

Así, un inspector solicitó otra prueba para el 15 de abril. Supuestamente, Ramos se habría duchado antes del test, aunque el verificador había advertido varias veces al jugador que esto podría tener serias consecuencias. De acuerdo con la Ley Española Antidopaje, ducharse o bañarse antes de un análisis de orina puede interpretarse y castigarse como «obstrucción de parte de los procedimientos de control de dopaje». La responsabilidad del positivo de Cardiff fue asumida por el médico del Real Madrid. Admitió que Ramos recibió dos inyecciones de dexametasona en la rodilla y el hombro el día antes del partido. En el protocolo de dopaje de Ramos, el médico no había avisado de un tratamiento con el ingrediente activo betametasona.

Esta preparación funciona de manera similar a la dexametasona. La UEFA dio por buenos los argumentos del médico.