El tenista alicantino Sergio Gutiérrez Ferrol ha vuelto a la montaña por la puerta grande. Tras más de dos años sin competir en el exigente «trail running», el pasado domingo se impuso en la novena edición de la carrera por el cerro de la Serra Grossa. Y lo hizo un día después de ganar el torneo nacional de tenis de Cartagena. Inclasificable como pocos deportistas, Guti -como le conocen los más cercanos- decidió abandonar el tenis en 2013 a causa de una lesión de rodilla para dedicarse a las carreras de montaña, pero su pasión por la raqueta fue superior y en 2016 volvió a las pistas y al no menos exigente circuito de la ATP. Actualmente ocupa el puesto 219 del ránking de la ATP -ha llegado a ser el 156º del mundo- y ahora se centra en disputar torneos que le permitan entrar en las fases previas de los tres «grandes» pendientes en el calendario: Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos.
«Ahora no compagino los dos deportes, pero tenía un poco de 'mono' de carreras de montaña y puedo competir aún porque hago cuatro o cinco horas diarias de entrenamiento entre físico y la pista de tenis y eso me da el fondo y la forma necesarios», explica Sergio, que el próximo día 5 cumplirá 30 años. «La gira tenística de comienzos de año por Australia no me fue muy bien y necesitaba despejar un poco la mente por la montaña, aunque también quería ganar porque soy muy competitivo», añade.
Guti golpea de revés en su reciente gira por Australia.Información
Guti admite que sufrió de lo lindo en el tramo final ascendente de la carrera por la Serra Grossa, pero «la inyección de moral» por su victoria el día anterior en el torneo de tenis de Cartagena le impulsó en la última subida tras nueve kilómetros a un fuerte ritmo.
De cualquier modo, tiene muy claro que su prioridad ahora es el tenis y que las carreras de montaña se han convertido en una válvula de escape, «siempre y cuando no pasen de 15 kilómetros, que ya no estoy para 20», matiza.
Challenger en el Pirineo
En su calendario inmediato, este domingo competirá en un challenger en el Pirineo, aunque con la vista puesta en abril y en el comienzo de la temporada de tierra, su superficie preferida, en la que puede sacar el mejor partido a su privilegiado físico de «runner» de montaña. «Jugaré los tres challenger españoles de Marbella, Alicante y Murcia; la previa del Conde de Godó y un ATP 250 en Estoril o Múnich y luego ya la previa de Roland Garros». Guti tiene prácticamente asegurada su presencia en las «qualys» del Grand Slam de París y Wimbledon, pero tendrá que defender puntos y conseguir resultados para poder acudir a Nueva York.
"Más que tenista o runner me veo como un deportista que tiene la suerte de vivir de lo que le gusta"
Autodidacta convencido, el tenista alicantino viaja solo por el mundo y se entrena en el club 40/15 de Mutxamel, donde recibe asesoramiento del preparador de tenis. También tira de teléfono para pedirle consejos a su hermano Adolfo, que triunfa como técnico del hispano-australiano Álex de Miñaur, estrella emergente del tenis mundial. Con ambos trabaja a fondo cuando están por Alicante. «Forman una pareja perfecta como entrenador y jugador y ese vínculo tan bueno que tienen entre sí se nota en la pista y en los resultados; es la clave de su éxito», recalca.
Después de sus idas y venidas del tenis a las carreras de montaña, Guti se define «como un deportista que disfruta y da gracias porque tiene la suerte de vivir de lo que le gusta». Sin embargo, en septiembre de 2017 también conoció el lado oscuro del tenis cuando denunció amenazas personales por la mafia de las apuestas ilegales. «Ahora todo está perfecto. Me he ido de internet y han desaparecido esos problemas», asegura. «Han cogido a jugadores que necesitan dinero para viajar y son un blanco fácil de las mafias que les ofrecen 5.000 euros por tirar un partido cuando ganar el torneo les supone 1.500, aunque hay otros medios para ganar dinero, como hago yo, que es jugando competiciones por equipos en varios países europeos».
