Nada más señalar el árbitro el final del partido, la afición no pudo contener la emoción y saltó casi al completo al terreno de juego para celebrar con los futbolistas y cuerpo técnico el éxito de un ascenso que se resistía en los últimos años.

Alrededor de 4.000 almas se unieron en una sola para festejar al unísono el triunfo que pone la guinda de oro a una espectacular temporada. El color verde del césped del terreno de juego de Los Arcos, se tiñó de color Amarillo, con los seguidores que abrazaban y manteaban a los jugadores y cantaban para anunciar a los cuatro vientos que el Orihuela regresa a la categoría que nunca debió perder.

Pero la fiesta no se quedó solo en terreno de juego, también se trasladó al vestuario, donde los jugadores quisieron demostrar al entrenador, Miguel Ángel Villafaina, su aprecio introduciéndolo en la ducha completamente vestido. Fue la forma de hacerle ver que él ha sido el gran artífice del éxito, pese a que siempre se ha mostrado prudente y esquivo a las celebraciones, para dejar todo el protagonismo a los futbolistas.

Mientras cientos de aficionados todavía se encontraban a las puertas del estadio esperando la salida de los jugadores, la fiesta se trasladó a la sala de prensa de Los Arcos. Allí se encontraba Villafaina, quien después de reponerse de la ducha, estaba compareciendo ante los medios de comunicación para ofrecer sus impresiones del partido y del ascenso. En ese momento irrumpió de forma inesperada t la plantilla del Orihuela, derramando agua por todos los rincones de la sala, inundando incluso micrófonos y aparatos digitales de los periodistas, para cantar, gritar y bailar con el entrenador.

La fiesta se alargó hasta altas horas de la noche. Tras la celebración de Los Arcos, una gran cantidad de aficionados se desplazaron hasta la Glorieta Gabriel Miró y la redonda de las palmeras situada junto a ese emblemático lugar de la ciudad, y como marca la tradición en los grandes triunfos deportivos, banderas de los colores amarillo y azul, bufandas, camisetas y gritos y cánticos, recordaban que Orihuela está de fiesta.

Hacía 13 años del ultimo ascenso a Segunda B y muchos de los jóvenes aficionados que allí estaban celebrando este nuevo ascenso, casi ni siquiera recordaban el anterior por su corta edad.