El británico Lewis Hamilton (Mercedes) se llevó ayer el Gran Premio de Gran Bretaña, décima prueba del Mundial de Fórmula Uno, al imponerse en el trazado de Silverstone a su compañero de equipo, el finlandés Valtteri Bottas, y el monegasco Charles Leclerc (Ferrari), que terminaron, segundo y tercero, respectivamente. El líder del Mundial, que aumenta su margen respecto a Bottas a 39 puntos, logró así la 80ª victoria de su trayectoria, siendo la sexta en el circuito de «casa».

Tras un primer tramo de carrera muy movido, cuando Hamilton avanzó a Bottas con una parada bajo coche de seguridad, Charles Leclerc completó el podio después de que el holandés Max Verstappen, que acabó quinto po detrás de su compañero Pierre Gasly, fuera embestido en el tramo final de la prueba por el Ferrari del tetracampeón del mundo, Sebastian Vettel.

Debido a este choque el piloto alemán de la escudería italiana no solo tuvo que parar para cambiar su alerón delantero, sino que fue penalizado con diez segundos por causar una colisión. Vettel, que acabó decimosexto, se quedó así sin puntuar.

Por otro lado, el que volvió a mostrar sus galones en pista fue Carlos Sainz. Pese a salir desde la decimotercera posición, el de Mclaren salió como un tiro para colocarse a las puertas de los puntos en las primeras curvas. Tras alargar su parada y aprovecharse del safety car, el madrileño aguantó el sexto lugar ante las acometidas de Daniel Ricciardo, su sombra durante los últimos giros.