El análisis predictivo elaborado a principios del pasado mes de mayo por los doctores Pedro Luis Ripoll y Mariano de Prado, de 'Ripoll y De Prado Sport Clinic Centro Excelencia FIFA', y la empresa Biyectiva Technology, logró un acierto espectacular (95,7%) en su predicción de las lesiones que se iban a producir en las once jornadas disputadas de Primera División tras la reanudación de la competición, interrumpida en marzo por la pandemia de coronavirus. Ripoll y De Prada estimaron un total de 116 lesiones, cinco menos de las que finalmente se han producido, por lo que la predicción de este estudio, pionero en el mundo del fútbol, sorprende por su precisión, con apenas una desviación del 4,3%.

Ripoll y De Prada advirtieron en su informe, elaborado sobre una tasa de lesiones extraídas de los archivos de FIFA y UEFA durante las últimas dos décadas, que los problemas físicos de los futbolistas aumentarían considerablemente como consecuencia del confinamiento, el estrés físico y psíquico, la pérdida del factor protector del entrenamiento y el factor COVID, ya sea a través de contagios o secuelas.

Según los archivos UEFA Y FIFA, el número de lesiones que se producen en las últimas 11 jornadas de un campeonato se aproxima a la cifra de 80, por lo que el incremento en esta parte final de la temporada ha sido del 45%. De las 116 lesiones, 82 han sido musculares, el 71%, lo que supone un aumento del 105% de lo que suele ser habitual tras la disputa de una temporada en condiciones normales. La cifra de dolencias de origen traumático también ha crecido, aunque un 29%.

El devenir de la competición y el desgaste de los equipos provocaron, sobre todo a partir de la octava jornada, un cambio en la incidencia de los minutos en los que se produjeron las lesiones. Las producidas entre la primera media hora de juego y la hora fueron a más, dato que se atribuye a un aumento de la fatiga acumulada durante la competición. Otro de los aspectos advertidos por Ripoll y De Prada era la importancia de los cambios en los equipos. En las primeras jornadas, todos los equipos realizaron más de tres sustituciones por partido, para posteriormente establecer la media en 4,6.

Una de las lecturas que ofrece el balance final del campeonato es que existe una relación entre los puntos sumados y el número de lesiones que ha sufrido un equipo. Como dato, los cinco primeros de la clasificación padecieron más lesiones que los cinco últimos, aunque a los conjuntos de la cola este tipo de incidencias les afecta mucho más.

También se disparó tras el regreso de la competición el número de lesiones importantes, aquellas que impiden a un futbolista participar con su equipo al menos durante cuatro jornadas. El porcentaje de este tipo de dolencias se situó cerca del 30% tras alcanzar las 45, una cantidad exagerada en una competición normal.

Como conclusión final, lo sucedido en estas 11 jornadas, tal y como adelantaron Ripoll y De Prada, demuestra que en solo cinco semanas es imposible corregir las dinámicas negativas y que la pérdida del efecto protector que genera el entrenamiento estructurado acelera el incremento de las lesiones, sobre todo las musculares.

Los datos de este estudio, pionero en el mundo del fútbol profesional, ayudan de forma objetiva a interpretar lo sucedido en la competición y a prevenir lo que puede suceder en situaciones similares en el deporte de máximo nivel.