El Deportivo se queda con pie y medio en Segunda B tras la resolución del Tribunal Administrativo del Deporte, favorable a LaLiga, según la cual la competencia para decidir sobre las responsabilidades del Fuenlabrada corresponde al juez de disciplina social de la LaLiga, que ya archivó el caso, y no al Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol, cuyo juez instructor propuso una sanción de 15.001 euros y el descenso administrativo del club madrileño por las consecuencias sanitarias y competitivas de su viaje a A Coruña para el partido del 20 de julio. Eso significa que queda sin efecto ese expediente federativo. Por lo tanto, el Fuenlabrada seguirá en Segunda y el Dépor no ocupará su plaza, que en teoría le correspondería si se consumara esa caída de los madrileños en los despachos.

El TAD acordó que "la competencia para conocer de los hechos consistentes en la actuación del CF Fuenlabrada SAD en su desplazamiento a La Coruña conforme del Protocolo de actuación de vuelta a la competición de 15 de mayo de 2020, como consecuencia de la detección de casos positivos de Covid-19 de varios jugadores del referido club, corresponde a la Liga de Fútbol Profesional". "La presente resolución es definitiva en vía administrativa, y contra la misma podrá interponerse recurso contencioso-administrativo ante el Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo, con sede en Madrid, en el plazo de dos meses desde su notificación", añade el TAD, adscrito al CSD.

El club coruñés está pendiente de la cumbre a tres bandas de esta tarde (17.00 horas) en la sede del Consejo Superior de Deportes, donde la Federación defenderá su tesis de ampliar a 24 el número de participantes en Segunda para dar cabida al Dépor y al Numancia, una solución que LaLiga descarta de forma tajante. Si de esa reunión no sale una Segunda División con el Deportivo entre sus integrantes, el club coruñés acudirá inmediatamente a la justicia ordinaria para solicitar medidas cautelares que paralicen el sorteo del calendario y el inicio de la campaña 2020-21.

38 días después del aplazamiento del Dépor-Fuenlabrada, fijado inicialmente para el 20 de julio, el CSD mediará por fin para tratar de solucionar, entre otros temas, el caos generado tras la ruptura del horario unificado previsto para la última jornada y la adulteración de la competición derivada de esa decisión errónea. Su presidenta, Irene Lozano, sentará en una misma mesa a los representantes de la Federación y LaLiga con el objetivo de desbloquear sus posturas radicalmente enfrentadas sobre la composición del calendario y su sorteo, que la patronal amenazó con realizar a espaldas de la RFEF. Aspira la presidenta a alcanzar un "acuerdo entre las dos partes", según anunció en su carta enviada el martes a ambos organismos, pero "no obstante, el CSD garantizará que al final de esa reunión se disponga de ficho calendario".

A la trascendental cita no asistirá Lozano, que sigue trabajando, según fuentes del CSD, pero prefiere que sea el director general de Deportes del Consejo, Joaquín de Arístegui, el que la presida. El propio CSD emitió ayer un comunicado para defender la independencia y honorabilidad de De Arístegui, y para manifestar que "no incurre en ningún tipo de incompatibilidad ni conflicto de intereses" en relación con el trabajo de su hijo Alonso en LaLiga.

Tampoco estará Luis Rubiales, en su caso por prudencia, debido al proceso electoral a la presidencia de la RFEF. El representante federativo será su secretario general, Andreu Camps, el mismo que firmó la propuesta de 24 equipos en Segunda como solución, con Dépor y Numancia, que fue remitida a LaLiga y rechazada por ésta de forma tajante. Esta tarde volverá a defender esa misma tesis cara a cara ante los dirigentes del Consejo Superior de Deportes y LaLiga. Si no hay pacto, el CSD tiene la última palabra.