El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), líder del Mundial de Fórmula UnoFórmula Uno, intentará aplacar en Mugello, sede este fin de semana del Gran Premio de la Toscana, la 'revolución' de Monza, donde el francés Pierre Gasly (Alpha Tauri) relegó al segundo puesto al español Carlos Sainz (McLaren), en una carrera loca que el séxtuple campeón mundial sólo pudo acabar séptimo.

En el Mundial de la pandemia, Italia repite prueba en siete días, en un circuito propiedad de Ferrari, la escudería más laureada de la F1. Que alcanzará en Mugello su Gran Premio número 1.000 con poco que celebrar, en uno de los peores momentos de toda su historia. Ni el alemán Sebastian Vettel -cuádruple campeón del mundo (2010-13, con Red Bull)-, ni su prometedor colega monegasco Charles Leclerc sumaron un solo punto en las últimas pruebas, en dos pistas míticas: Spa-Francorchamps, en Bélgica; y, mucho peor aún, en Monza. En las afueras de Milán. Donde la 'Scuderia' corre habitualmente en casa.

Tanto Leclerc, decimotercero en Bélgica, como 'Seb'-que entró un puesto por detrás de su compañero en Spa- habrán agradecido que esta vez Monza no estuviera repleta de 'tifosi', ya que no hubiese sido de extrañar que su pasional afición los hubiese abucheado, después de que ni siquiera lograsen acabar la carrera: Vettel se retiró con una avería de frenos, unos cuantos giros antes de que el piloto de la Costa Azul se accidentase con un coche "inconducible".

En Monza, Hamilton no festejó su sexto triunfo del año por entrar a boxes con el 'pit lane' cerrado, lo que le costó una sanción de 10 segundos que chafó sus aspiraciones, en una prueba en la que en esos momentos Sainz era líder virtual. Pero justo después de la entrada del segundo coche de seguridad se ondeó la bandera roja y se paró -para reparar los desperfectos en la 'Parabólica' derivados del accidente de Leclerc- una prueba que se reanudó desde la parrilla.

Hamilton efectuó acto seguido su 'stop and go' y el canadiense Lance Stroll (Racing Point) -que acabaría tercero- tomó brevemente el liderato, antes de ser rebasado por Gasly, primero; y más tarde por Sainz, que remontó desde la sexta a una segunda plaza final que le supo a poco. Firmando una sensacional carrera en la que, con una vuelta más, a buen seguro se hubiera llevado un triunfo que, finalmente, se anotó el francés.

Gasly, de 24 años, festejó su primera victoria en la F1 y se convirtió en todo un ejemplo de resiliencia. El año pasado fue relegado de Red Bull a su equipo nodriza, Toro Rosso (ahora Alpha Tauri) y acabó firmando su primer podio, al acabar segundo el Gran Premio de Brasil. El mismo día que Sainz hizo lo propio, subiendo a su primer cajón como tercero en el circuito paulista de Interlagos.

Sainz, de 26 recién cumplidos, puso fin en el templo de la velocidad a una mala racha -de sólo dos carreras 'limpias' de las primeras siete- que culminó en el colmo de la desgracia en Bélgica, donde ni siquiera pudo tomar la salida a causa de una avería en los escapes derivada de un problema del motor de su McLaren.

Él y Gasly progresaron al mismo tiempo y en Monza mejoraron en una plaza su mejor resultado en F1, al subirse a un podio inesperado y muy joven que completó Stroll -de 21-, el compañero del mexicano Sergio Pérez. Que anunció el miércoles que, después de siete años en el equipo, no seguirá en Racing Point. Escudería antes llamada Force India, que el año que viene se llamará Aston Martin y en la que su hueco lo ocupará Vettel, según se anunció este jueves.

Hamilton, que aspira a igualar este año los siete Mundiales que hasta la fecha sólo ganó el alemán Michael Schumacher -de cuyo otro gran récord histórico, el de victorias (91) se encuentra a sólo dos- intentará recuperar el aplastante dominio que ejerce con su 'flecha de plata' -de negro este año, contra el racismo- en Mugello.

El circuito, situado a 35 kilómetros de Florencia y que albergará por primera vez un Gran Premio de Fórmula Uno, se inauguró en 1974 y desde 1988 es propiedad de Ferrari.

Más conocido por las pruebas del Mundial de motociclismo, este fin de semana debutará como escenario de una carrera de la categoría reina del automovilismo; que hace años usaba Mugello como campo de probaturas, sobre todo cuando los test no estaban tan restringidos. La última vez en 2012, cuando la mayoría de equipos completó tres días de ensayos en este circuito. Pero desde entonces muchas cosas han cambiado, por lo que todos se encontrarán en territorio virgen.

Se trata de una pista de 5.245 metros, con 15 curvas a la que el domingo está previsto dar 59 vueltas, para completar un recorrido de 309,5 kilómetros. Donde este viernes arrancan los entrenamientos libres, que se completarán el sábado, antes de la calificación, que ordenará la formación de salida de la carrera dominical.

En seco se rodará con los compuestos más rígidos de la gama, es decir los C3 (blandos, reconocibles por la raya roja), los C2 (medios, raya amarilla) y C1 (duros, blanca), ya que la pista italiana cuenta varias curvas de alta velocidad y bastante largas, que propiciarán altos niveles de carga lateral que provocará, en teoría, mayor degradación en los neumáticos.

En Mugello, el mexicano Pérez -cuya marcha de lo que era Force India abrirá otro 'baile' de pilotos, aunque el tapatío afirma no tener "un plan B"- intentará poner fin a su racha de infortunios, que incluye las dos carreras que se perdió, en Inglaterra, a causa de sendos positivos por covid-19.

'Checo', décimo en Monza, apuntaba al podio en Italia, pero salió mal -tras arrancar cuarto-, tuvo una parada demasiado lenta en boxes y sus aspiraciones quedaron definitivamente truncadas cuando, dos curvas después de salir del 'pit stop', chocó contra él el holandés Max Verstappen (Red Bull), que no acabaría la prueba.

'Mad Max' es tercero en el Mundial, que a su vez aventaja en 47 al finlandés Valtteri Bottas, su compañero en Mercedes. Líder destacada, una vez más, del Mundial de constructores (281 puntos, frente a los 158 de Red Bull), en el que McLaren, gracias a las buenas actuaciones de Sainz y del inglés Lando Norris, ocupa la tercera plaza (con 98).

Después de Mugello, donde se espera la presencia de casi 3.000 aficionados, en la tercera de tres pruebas en tres fines de semana seguidos, el certamen se tomará un respiro; antes de que el anillo olímpico de Sochi, sede de los Juegos de invierno de 2014, albergue el Gran Premio de Rusia, el décimo de los diecisiete del certamen, que abrirá sus gradas al público el 27 de septiembre.