No está en mi ánimo filosofar sobre doctrinas, instrucciones de personas especialmente en lo moral, y menos en los tiempos que corren, pues la enciclopedia británica se nos quedaría pequeña para lo que daría de juego tal atrevimiento. Pretendo hablar sobre otras disciplinas deportivas menos conocidas, que todo no sea fútbol, reconociéndole el sitio de honor al llamado deporte rey, por cierto me gustaría saber su denominación alternativa para los talibanes republicanos.

Y entre ellas en las que nuestra ciudad haya destacado por sus equipos o por sus practicantes. Todo viene a colación por una noticia aparecida en Información sobre la conquista del campeonato autonómico del equipo de rugby Akra Bárbara que le permite aspirar a lo que sería la segunda división nacional. Este equipo fundado en 1988, es sin duda el heredero del aquél CEU que en los años setenta fuera el pionero del rugby alicantino.

Un deporte escasamente conocido por estos lares y que gente tan dispar como Pórcel, funcionario, Mallugiza, otorrino, Martín Alustiza, profesor universitario de exactas, Salva, propietario del mítico Puerta de Hierro, y otros dieron el primer y necesario impulso para su consolidación.

El recorrido de estos equipos en deportes minoritarios es harto difícil , las ayudas escasean y la búsqueda de patrocinadores que contribuyan a los gastos mínimos para poder jugar pueden llegar a ser tan extenuantes como descorazonadores en las más de las ocasiones. No hay club que no atraque, en el sentido amable de la palabra, a familiares, amigos o conocidos con las consabidas papeletas de lotería, de cuyos tacos muchos podríamos hablar largo y tendido, aunque en hoy en día las redes sociales permiten un mayor acercamiento a potenciales patrocinadores. Sería un orgullo para Alicante que este club, fundado y dirigido por jóvenes en su mayoría provenientes de la Universidad, pudiera codearse con el legendario La Vila, y por qué no militar en la división de honor compitiendo con clubes vallisoletanos, actuales dominadores del deporte del balón ovalado, catalanes o madrileños, que conforman la élite del rugby español.

Otro deporte minoritario pero de abundantes éxitos para Alicante y su club más representativo el Real Club de Regatas, es el remo olímpico. Tuve la suerte de vivirlo en primera línea pues mi hijo Luis fue campeón de España en varias ocasiones bajo la supervisión de los Pórcel, familia remera por excelencia de nuestra ciudad, una calle está dedicada al primero de ellos en destacar allá en los principios del siglo XX. Los hermanos Crespo, que lo eran también de Vicente que fuera redactor de Deportes de Información, o Nutz, participante en una olimpiada, y muchos otros más han cosechado un reguero de medallas que no han tenido, ni tendrán, el trato informativo que otros deportes de los llamados de masas.

Entre estos hay uno, el balonmano, quizás el que más haya aportado a Alicante en títulos de importancia y en relevancia nacional e internacional, que sigue esperando a que alguna corporación tenga a bien dedicar una de sus calles al balonmanista que más temporadas, diecisiete, ha jugado en la élite, José Luis Soriano, Poli para todos.

Así que ánimo Barcala, a ello, búscale un hueco entre tanta sandez del quita y pon en el callejero por la memoria histórica, que poco tiene de lo primero y menos de lo segundo. Los alicantinos te lo agradeceremos entre tanta mediocridad.