Un día más y un día menos, un día más de líder y uno menos para que Joâo Almeida vea la rampa de lanzamiento de la contrarreloj final del Giro en Milán, el domingo, lo que más que un obstáculo será una bendición para este joven corredor portugués de 22 años que se ha propuesto ganar la ronda italiana. Y más, si ninguno de los rivales se atreve a atacarlo en Madonna di Campiglio, porque no puede o porque no quiere pensando en la cita de este jueves con el Stelvio, que finalmente sí se subirá. Madonna di Campiglio no es que sea ni mucho menos la cumbre más complicada de los Dolomitas pero en el recuerdo queda la exhibición de Marco Pantani, hace dos décadas, en ese mismo escenario.

Triunfo en solitario del ciclista australiano Ben O'Connor, el mismo que el martes tuvo que conformarse con la segunda plaza de la 16ª etapa, a cuya meta llegó dando un golpe de rabia al manillar por la victoria que se le había escapado. Fue una especie de recompensa al conjunto sudafricano del NTT, en las últimas pedaladas de este equipo en el mundo del ciclismo profesional. Demasiada crisis está dejando esta pandemia que conduce a muchas empresas a renunciar al patrocinio deportivo.

Sin ofensivas claras

Nadie atacó a Almeida, en una jornada de la que se esperaban grandes cosas y acabó con la llegada de la fuga autorizada por el pelotón. Fácil control para el equipo Deceuninck, el que protege a la 'maglia rosaun día más y un día menos para llegar a Milán, aunque por el camino le espera a Almeida, sobre todo, el obstáculo del Stelvio, uno de los grandes templos ciclistas de Italia, pero que muchas veces juega malas pasadas por culpa de su altitud -la cima está a 2.764 metros, una barbaridad- donde la nieve siempre llama la atención en la montaña de las 48 curvas o 'tornantes'.

Sin embargo, aunque con frío, se anuncia que el Giro podrá afrontar la subida y buscar luego el descenso que conduce hasta el lago del Cancano donde está la línea de meta. Frío para acelerar, frío para que cualquier favorito pueda calentar los ánimos e intentar atacar a Almeida, lo que este miércoles no quiso o no pudo hacer Wilco Kelderman, su máximo rival, que renunció a cualquier ofensiva y tan solo brilló en un par de tímidos intentos de acelerar el ritmo de la carrera.

Con Stelvio pero sin Francia

EL Giro salvará el Stelvio pero el sábado se ha visto obligado a modificar el recorrido pues la Prefectura francesa de los Altos Alpes prohibió este miércoles la entrada de la carrera italiana para impedir que el público se aglutine en la carretera en pleno rebrote del covid 19 en el país. Por esta razón, la penúltima etapa del Giro suprimirá las subidas al Agnello y al Izoard y afrontará al menos una doble ascensión a Sestrière donde la carrera debe quedar prácticamente decidida a cuenta de la contrarreloj del domingo.