La plantilla del Elche regresó ayer a los entrenamientos después de disfrutar del fin de semana de descanso al no haberse disputado jornada de Liga en Primera División.

Almirón ha diseñado cinco sesiones de trabajo antes del encuentro. Serán de lunes a viernes, en el campo Díez Iborra de la Ciudad Deportiva Juan Ángel Romero, y todas serán a partir de las diez de la mañana y a puerta cerrada. El técnico argentino no puede disponer del estadio Martínez Valero después de la resiembra del césped a la que fue sometido la semana pasada.

El objetivo es intentar recuperar jugadores que están en la enfermería. Guido Carrillo, Víctor, Lucas Boyé y Sánchez Miño ya entrenan con cierta normalidad con el grupo y van aumentado de forma progresiva su carga de trabajo. En principio, ninguno de los cuatro debe tener problemas para estar a disposición del preparador franjiverde de cara al encuentro del próximo sábado frente al Levante.

El técnico argentino está pendiente de la recuperación de Fidel y Edgar Badia, mientras que Emi Rigoni está descartado por sus problemas en el hombro.

El extremo izquierdo, como venimos contando, va a tener muy complicado llegar a tiempo para jugar. Continúa entre algodones trabajando con el readaptador Aitor Soler. Su lesión en el soleo no es grave y se trata de una pequeña rotura fibrilar, pero debe cumplir los plazos para que siga cicatrizando para evitar una recaída. Su presencia en el Ciutat de València va a depender de su evolución a lo largo de la semana. En los próximos días está previsto que intensifique su trabajo para ver cómo responde la zona dañada.

Por su parte, Edgar Badia continúa evolucionando de forma positiva y el fin de semana le ha venido bien para descansar la cadera. Está empezando a realizar trabajo específico de portería.