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Opinión

La leyenda de la moral renace

El Alcoyano hace historia y elimina al Madrid de la Copa del Rey (2-1).

Corren malos tiempos por Alcoy. En medio del panorama general de desolación que nos deja la pandemia de coronavirus, la ciudad del Serpis ha visto cómo los casos se han ido multiplicado de forma exponencial en las últimas semanas, hasta haber llegado a encabezar el triste ranking nacional de número de contagios por habitante. Una terrible situación que está propiciado pérdidas humanas, cierres perimetrales, autoconfinamientos y un fuerte impacto económico que sobre todo se vuelve a cebar en sectores muy castigados ya en los últimos meses, como es el caso de la hostelería o el comercio.

Una situación ciertamente complicada que ha ido poco a poco pesando como una losa sobre el espíritu de los ciudadanos, ávidos ya de buenas noticias tras más de diez meses sometidos a los caprichos de un virus voraz al que no se le acaba de derrotar.

En medio de este triste contexto, son pocas las alegrías de las que se ha podido disfrutar, y aunque puedan parecer hasta cierto punto banales a la vista de la que nos está cayendo encima, gran parte de ellas han venido de la mano del Club Deportivo Alcoyano. Sobre todo de los jugadores y de su cuerpo técnico, que en medio de esta depresión colectiva, y a pesar de la soledad de las gradas vacías, fueron capaces el año pasado de ascender de categoría y de protagonizar en la presente campaña una trayectoria impecable en la Copa del Rey que, tras la eliminación de un Primera como el Huesca, trajo como premio el emparejamiento con el Real Madrid de Zidane y compañía. El resultado del sorteo fue muy bien recibido, pese a la imposibilidad de que el público, otra vez por la pandemia, pudiese acudir al Campo del Collao, que hubiese estado a reventar en otras circunstancias.

Pero mira tú por donde, esta eliminatoria, que podría haber servido para situarnos en el mapa y la promoción de la ciudad, sirvió para que las televisiones nacionales nos volviesen a recordar la delicada situación en la que nos encontramos, como si el municipio fuese una zona de guerra y el famoso virus estuviese acechando a la vuelta de cada esquina.

Por eso, los alcoyanos, con los ánimos otra vez tocados, nos sentamos el pasado jueves ante las pantallas con la esperanza de que el equipo de nuestros amores nos ayudase a evadirnos de la dura realidad. Por eso el grito de Deportivo llegó desde las casas al Collao cuando nuestros jugadores se le subían a las barbas al todopoderoso Real Madrid. Por eso, todos a una, ayudamos a Juanan a empujar el balón al fondo de la red en la jugada que nos dio la victoria. Por eso, toda una ciudad, cuando más nos hacía falta, ayudó a a engrandecer la legendaria leyenda del Alcoyano, la leyenda de la moral.

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