El HLA Alicante ha perdido el alma que siempre ha tenido con Pedro Rivero en el banquillo. Nada tiene que ver este equipo con el que se clasificó para disputar la final de la Copa Princesa. Ni de lejos se parecen las dos caras que ha dado el equipo lucentino en esta extraña temporada en la que lo más positivo ahora mismo es que la permanencia en la LEB Oro está conseguida. El Lucentum se acostumbró tanto a ganar en 2020 que cuando el Granada le cortó su inmaculada racha nada volvió a ser como antes. Del espíritu luchador que siempre ha caracterizado al equipo se ha pasado a un carácter apático y preocupante que hace que cualquier rival te acabe por perder un respeto que se había ganado a pulso. Rivero no da con la tecla. Catalogó los partidos ante Murcia y Canoe de «trascendentales» de cara a recobrar sensaciones para la segunda fase y salieron dos partidos deplorables. No es el mismo Lucentum en absolutamente ningún aspecto. Ampararme ahora mismo en el que el equipo ya ha conseguido el objetivo no cuadra con la mentalidad ambiciosa que siempre ha tenido este club.
Números de descenso
9 partidos jugados en 2021: siete derrotas y dos victorias
La tranquilidad ahora mismo la otorga el tener la permanencia conseguida y disputar la segunda fase en el grupo de los que luchan por el ascenso. La entrada en 2021 ha sido fatal para el HLA con números de descenso. Nueve partidos ha jugado el equipo alicantino desde que arrancó el año con un balance de siete derrotas (Palma, TAU Castelló, Breogán [Copa], Huesca, Granada, Murcia y Canoe) y dos victorias (Almansa y Girona). Para encontrar unos números semejantes hay que remontarse al Lucentum de ACB que luchaba por evitar el descenso hace más de diez años. Nada hacía pensar que el equipo lucentino iba a afrontar la segunda parte de la competición con tres derrotas seguidas y una falta de confianza como hacía muchísimo tiempo que no tenía. El lado positivo es que el inicio de la segunda fase se aplazó una semana por el brote de covid en el Lleida y hay dos semanas por delante para tratar de poner las cosas en su sitio, solucionar los problemas y volver con nueva energía para luchar para clasificarse para el play off de ascenso.
Problema serio en rebote
No mejora el equipo en una faceta clave en la competición
Hasta el colista Canoe, que hasta el domingo solo había ganado dos partidos esta temporada, fue muy superior al Lucentum en el aspecto reboteador. 42 capturas de los madrileños por 33 de los alicantinos. En esta ocasión Jonas Zohore tuvo una destacada actuación y acabó con 16 puntos y 10 rebotes, por lo que sorprende que no tuviera mayor participación en la prórroga. También Allen estuvo bien y firmó 15 puntos y 10 rebotes, sus mejores números desde que llegó a Alicante. Al que el equipo echa en falta desde hace muchísimas jornadas es a Jorge Bilbao. El pívot ha desaparecido casi por completo pese a ser uno de los jugadores que personificaban la lucha hasta la saciedad bajo los tableros. Sin juego interior no se puede aspirar a nada en estos momentos. El Canoe era consciente de que el HLA tiene en la pintura uno de sus puntos débiles y jugó todo lo que pudo por dentro entrando sin excesivas dificultades.
Pedro Rivero
El momento de saber gestionar la peor crisis desde su llegada
Es la primera vez que el técnico lucentino debe apagar un incendio como el que vive ahora mismo el HLA. Hasta el momento todo había ido con la corriente a favor y ahora toca remar en contra del viento y hacer que su mensaje cale en la plantilla. Rivero alzó la voz cuando el equipo bajó los brazos en Huesca, pero desde entonces la situación no se ha revertido, se reaccionó ante el Almansa en una primera parte muy buena pero el equipo se ha vuelto a caer. No se supo aprovechar en Granada la ausencia de juego interior para atacar por dentro y ante Murcia y Canoe, que lucharán por no descender, ha seguido sin aparecer el alma de este equipo. Urge reaccionar.
