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Ilia Topuria Luchador de UFC afincado en Alicante

«He sacrificado todo en mi vida, solo los duros se quedan»

El luchador hispanogeorgiano se encuentra en el momento más importante de su carrera. Invicto, con diez victorias en peso pluma, acudirá a la cita del 10 de julio en Las Vegas donde será parte de la velada de la UFC 264 y la esperada trilogía entre Connor McGregor y Dustin Poirier.

Ilia Topuria durante un entrenamiento reciente en la jaula del Climent Club de Alicante. | SERGIO QUEREDA

La atmósfera y el entorno que rodean a Ilia Topuria (Halle, 1997) recuerdan a las narrativas cinematográficas de un púgil sin nada que perder y hecho a sí mismo desde cero. Rebosante de confianza, tranquilo, sencillo y con las marcas de sacrificio tatuadas en forma de cicatriz a lo largo y ancho de su cuerpo. No las provocadas dentro de la jaula, sino las de una vida que parecen ser tres. Su prematura madurez se palpa a leguas: nacido en Alemania, criado en Georgia y formado en España, en concreto Alicante.

El Climent Club del barrio de Garbinet en Alicante es su casa desde los 15, donde reciben a este periódico Jorge y Agustín Climent, fregona en mano, los dueños de un gimnasio casero y familiar. Instantes después llega escoltado por su hermano Aleksandre. Ordena parar el tránsito del club, la música y el alboroto de sus acompañantes, para que entre mochilas y trofeos, en un rincón del gimnasio y antes de su entrenamiento, pueda compartir una parte de su camino vital.

Un mes casi para el combate, ¿cómo es el volver a EEUU otra vez y cambiar sus métodos?

Cada pelea es una experiencia nueva, son momentos nuevos que vamos a vivir, la verdad que súper emocionado y excitado por vivir los momentos con todo mi equipo.

Y compartir cartel con estrellas como Poirier, McGregor, su rival Ryan Hall, ¿era algo que esperaba en su vida y en su camino hacia, quién sabe, la pelea por el título?

Estoy lejos de cumplir mis sueños, pero ver cómo se cumplen poco a poco me emociona. Todo empieza así, el día 10 de julio voy a compartir la cartelera con Connor (McGregor), después seré yo mismo el que encabece un evento, me coronaré como el campeón, y así es como lo visualizo todo desde hace muchísimo tiempo. Sé que se va realizar en la vida real.

Es una persona que confía mucho en sí misma, pero en los ratos en los que Ilia, después de un entrenamiento o en casa, está más sensible, ¿cómo gestiona los momentos de debilidad?

La confianza me hace falta, pero es normal que como cualquier persona tenga mis días de bajón. O estoy cansado o por algo personal, normalmente estoy confiado, no es que sea un inútil motivado, sufro muchísimo, esta confianza me viene a base de horas y horas de trabajo, corro todos los días en el desierto.

Ha vivido con sus hermanos y abuelos en Georgia, ¿el no tener cerca a sus padres le ha influido?

La madurez no viene porque sí, viene dependiendo de la historia y las experiencias que vivas en tu vida y yo creo que he vivido momentos que me han hecho ser como soy hoy y ver las cosas de diferente manera.

¿Con cuántos años comienza a practicar el jiu-jitsu brasileño?

A los 15 años, por casualidad. Lo que me gustó del jiu-jitsu fue que estaba creado para que el pequeño lograra vencer al grande sin fuerza, solo con técnica. Esa filosofía es la que me gusta y la que me atrapó.

Con esa edad llegan a España, sin conocer el idioma, y quizá esa filosofía del jiu-jitsu pueda ayudarle a la hora de progresar en un país nuevo.

Por supuesto que sí, no hay duda de ello, el deporte siempre fue lo que me ayudó a conectar con la gente mucho más fácil, y cuando estoy en el gimnasio es cuando me siento en casa.

¿También influye el Climent Club, la gente que lo compone y su entorno?

Es como mi casa, mi iglesia, mi sitio de paz, donde me descargo, donde he vivido los mejores momentos de mi vida y es donde me he formado. Todo lo que tengo en mi vida está aquí. No lo voy a cambiar por nada, puede ser que me vaya a otro lugar y tenga el doble de dinero, pero aquí soy el doble de feliz.

Independientemente de sus padres y sus circunstancias, ¿por qué eligió Alicante y no cambió de aires?

Porque he viajado por todo el mundo y Alicante no tiene nada que envidiar nada a ningún otro sitio del mundo. A mi me encanta, es como un paraíso, tenemos sol, playa, buena gente, buena comida, si me fuera a un lugar del mundo para cualquier motivo o por una temporada, bien, pero no cambio Alicante.

¿Cómo se trabaja la mente cuando no llegan los combates o cuando las cosas no salen como uno espera?

Todo se trata de la paciencia, si te sacrificas llegará el momento en el que suene el teléfono. He sacrificado mi tiempo con mi familia, mis amigos, un montón de cosas básicas de la vida, como la comida. Tenía que cortar peso, una de las partes más difíciles de mi trabajo. Yo mismo pienso muchas veces en abandonar porque no puedo más, pero al final aguanto, solo los duros se quedan.

Habla siempre de Canelo Álvarez como su referente, ¿pero tiene otros ejemplos dentro o fuera de la jaula?

Mi familia siempre ha sido mi referencia. Mis padres han empezado muchas veces a construir sus vidas desde cero, son como referentes, si haces las cosas bien puedes conseguir lo que quieras.

De cara al combate del 10 de julio, ha comentado en varias entrevistas que va a seguir los pasos de McGregor como luchador en UFC.

Sí, me comentaron que iba por el camino de ser tan grande como él, y le respondí, «puede no, va a pasar». Porque confío en mí, yo sé lo que me va a llegar, lo veo en mi cabeza y la gente también lo va a ver dentro de poco. Ves a gente peor que tú que brilla más y te da un poco de rabia, pero ahora ya he aprendido a tranquilizarme y solo mirar lo mío.

Después de haber vivido en tres países, ¿por qué eligió representar a España en la UFC?

Lo que es formarme como profesional, como una persona adulta y madura, todo lo que tengo y he pasado, está aquí en España. Soy georgiano y lo llevo en lo más profundo de mi corazón, mis padres son de allí, pero me he formado aquí y me siento español.

Para terminar, si hace campamento en Estados Unidos antes del combate contra Ryan Hall, ¿sobre qué fecha suele ir para adaptarse?

Nos vamos tres semanas antes del combate, más que nada para adaptarnos al tiempo, al cambio horario, el sueño, el agua, la comida, acostumbrarnos a estar allí, todo es distinto.

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