Nadie en el Camp Nou quería pensar que el del Celta hubiera sido no solo su último partido esta temporada sino su último encuentro con el Barça. Pero así fue. Vimos su último pulso como azulgrana sin saberlo. Tras aquel triste choque, en el que el Barça se despidió de la Liga en un Camp Nou vacío, Ronald Koeman fue el primero en lanzar una aterradora pregunta. La pregunta que millones de culés se habían hecho más de una vez desde agosto, cuando supieron de la existencia de un burofax, que nunca quisieron plantearse y a la que todavía no han encontrado respuesta porque quizá no existe: "¿Quién marcará los 30 goles de Messi?". 

Leo terminó Pichichi de la última Liga con 30 goles. Su octavo trofeo de máximo goleador en las 16 temporadas (desde la 2005-06) que llevaba jugando en el primer equipo y el quinto consecutivo. Después de que Joan Laporta certificara el inicio de la era postMessi y descartara un giro de guion como el del año pasado el Barça se pone en busca del tanto perdido. "Hablé con Ronald ayer y hoy. Es un hombre de club. Un gran profesional. No está para romances. Tiene la capacidad de adaptarse rápidamente a las circunstancias. No será fácil sustituir a un jugador que hace 30 goles, pero lo he visto muy motivado", ha explicado el presidente, que antes de la rueda de prensa se ha reunido con la plantilla para explicarles el inicio de una nueva era.

El Barça se encuentra ahora en la misma tesitura vivida por el Madrid tras la marcha de Cristiano Ronaldo: tras marcar 94 tantos en la última Liga del portugués (con 26 de CR), en las tres últimas temporadas ligueras los registros anotadores se han desplomado (63, 70, 67). Florentino confiaba en que Bale, Benzema y Vinicius dieran un paso adelante para cubrir, mancomunadamente, la ausencia de la estrella lusa, algo que no sucedió. Ahora Laporta anhela que la transición en el Camp Nou sea diferente.

Leo solo anotó la pasada temporada más goles que los otros seis delanteros (29). Con Dembélé y Ansu Fati aún lesionados, la responsabilidad de momento recaerá sobre todo en las espaldas de Griezmann. El delantero francés, al que el club buscaba salida para aligerar la masa salarial, pasa ahora a tener un rol importante en el nuevo ecosistema. El Principito, con tendencia a moverse por las mismas zonas que Messi, había estado muy lejos de su mejor versión junto al argentino. Ahora sin él deberá intentar recuperar la versión que ofreció como rojiblanco. En pretemporada ha mostrado buen sintonía en el campo con Memphis Depay. El delantero neerlandés, petición expresa de Koeman, pasa ahora a ser la principal baza ofensiva. Menos claro está qué papel tendrá otra de las incorporaciones, un Kun Agüero que fichó por el Barça para compartir vestuario con su amigo Leo. Habrá que ver qué rol tienen Coutinho y Braithwaite si el club no consigue darles salida.

La gran duda es saber cuándo podrá volver a jugar y cómo estará tras su lesión Ansu Fati, que era el máximo goleador del equipo cuando se lesionó la pasada temporada. Si las lesiones les respetan, él y Pedri deberían comandar el Barça del futuro.