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TODOS LOS MEDALLISTAS OLÍMPICOS DE LA PROVINCIA DE ALICANTE, DESDE MIRIAM BLASCO HASTA GEDEÓN GUARDIOLA

Dos medallas alicantinas en los juegos de la pandemia

Eusebio Cáceres rozó el podio, Jorge Ureña el diploma, Liliana Fernández cayó en octavos y el resto a la primera

Gedeón Guardiola celebra el bronce logrado en Tokio con la selección española de balonmano. | E. SIMANDER / EFE

Doce deportistas de la provincia de Alicante competían en Tokio 2020 por alcanzar el sueño de una medalla olímpica. Al final lo lograron dos, Óscar Gil y Gedeón Guardiola, que de este modo se unen al Olimpo de medallistas de la terreta a Miriam Blasco, Kiko Sánchez, Paqui Veza, Carolina Pascual, Isabel Fernández, Estela Giménez, Marta Baldó, Juan Escarré, Vanesa Amorós y Alejandra Quereda. Así les fue a cada uno de ellos en estos Juegos marcados por la pandemia.

ÓSCAR GIL

¿Quién le iba a decir a Óscar Gil en el verano de 2019 que apenas dos años después iba a vivir todo lo que ha vivido? Por aquel entonces, la incertidumbre de saberse más fuera que dentro del Elche, con una posible salida del equipo sobrevolando su cabeza amenazaba de algún modo su progresión. Entonces se cruzó en su camino Pacheta. Su esfuerzo, tesón y trabajo hicieron el resto. Y las circunstancias, todo hay que decirlo.

En agosto del mencionado 2019, el Elche buscaba un lateral derecho en el mercado. Pero, como tantas veces pasa, no quedaba dinero. Óscar Gil hizo la pretemporada con el primer equipo y Pacheta le dio el partido más complicado para medirlo, contra el Albacete en La Manga. El joven ilicitano, como suele ser habitual, estaba firmando un partido aseado. Entonces falló. Un córner a favor, un despeje en largo del rival, un error al medir y gol en contra. Pacheta lo tenía todo a su favor para enterrarle y exigir un fichaje para el puesto. Hizo todo lo contrario.

Óscar Gil se quedó en la primera plantilla y se agarró al puesto de titular desde el primer día, con un sueldo escandalosamente bajo para el rendimiento que ofrecía. Fue el inicio de la bella historia que luego ha tenido muchos más capítulos de felicidad, pese su juventud: ascenso con el equipo de su ciudad a Primera División, fichaje por un histórico como el Espanyol, nuevo ascenso a la máxima categoría y citación para unos Juegos Olímpicos, en los que ha ganado la medalla de plata. Por el camino también ha sido internacional absoluto, aprovechando el partido previo a la Eurocopa que tuvo que jugar la sub’21.

Todo ello sin salirse del renglón que marca la humildad, el trabajo y el esfuerzo. Sin una mala cara, cuando se quedaba fuera de la convocatoria o cuando le cambiaban durante los partidos. Esa es su mejor medalla. Tokio será inolvidable. Pese a ese maldito larguero que en la final le impidió colgarse el oro, ser el héroe de España y recibir el foco de atención bajo el que no necesita estar.

Atinado, sencillo, familiar. Honesto en el trato, diferencial en su trabajo. Desde los más de dos metros desde lo que observa el mundo no se siente alguien especial a pesar de serlo. Nada le aleja de la tierra, ni siquiera su altura. El primer petrerí campeón del Mundo se ha colgado siete medallas con la selección española de balonamno, tres de oro (a la planetaria –en 2013– suma dos europeas, 2018 y 2020), una plata continental y tres bronces, el último, el conseguido en Tokio el pasado sábado en la despedida de su gran valedor, Raúl Entrerríos, por el que lloraba desconsoladamente tras perder el pase a la final.

Gedeón no se rinde nunca, luce con orgullo su nombre bíblico y presume de hermano gemelo, Isaías, con el que compartió equipo a orillas del Rin, en el Rhein-Neckar Lowen, a más de dos mil kilómetros de su casa. El pivote de los «Hispanos» tiró abajo la puerta de la gloria cuando, dos años después de debutar con la absoluta, le tocó suplir a Viran Morros en el Mundial que le terminó coronando como uno de los mejores especialistas defensivos del planeta. En otoño cumplirá 37 años, y aunque ya lo ha ganado todo, no se cansa de disfrutar de su oficio, de pelear, de defender el centro del ataque rival, el más violento, el más determinante, el que pone y quita coronas.

Herculano irredento, el diestro de los hermanos Guardiola Villaplana está convencido de que, si se lo permiten, tiene energía de sobra para cerrar su periplo internacional en París 2024. Ejemplo de superación, de entrega, de convencimiento en el propio trabajo y en lo importante de escuchar a quien te puede enseñar a mejorar, Gedeón ha aprendido a vivir muy lejos de la terreta sin dejar de echarla de menos.

El canterano del BM Petrer, ahora en el TBV Lemgo Lippe germano, es uno de los componentes fundamentales de la generación más formidable que ha dado en toda su historia el balonmano español... y todavía no ha dicho su última palabra.

Una plata en un torneo de locura para el ilicitano

La medalla en fútbol era una de las que se daba casi por segura en la delegación española. Sin embargo, los pupilos de Luis de la Fuente tuvieron que sudar de lo lindo para ganarla. Ya sufrieron para pasar la fase de grupos y estuvieron casi eliminados en cuartos frente a Costa de Marfil. De prórroga en prórroga, la derrota final llegó ante Brasil. Óscar Gil vivió un vaivén de emociones personales. Empezó fuera de la convocatoria y de ahí pasó al once titular por la lesión de Mingueza. Las tarjetas le impidieron terminar varios partidos por decisión técnica, pero se mantuvo en el once titular para la final. Ahí rozó el gol del triunfo en el minuto 85. No jugó la prórroga.

GEDEÓN GUARDIOLA

El petrerí consigue la presea que le faltaba en su vitrina

Si la selección de fútbol sufrió para colgarse la plata, la de balonmano no fue menos. Los «Hispanos» realizaron varios ejercicios de supervivencia a lo largo del torneo, ganando partidos en las últimas posesiones, para despedir como se merece a una generación dorada, aunque Gedeón ha dicho que él de momento quiere seguir, tanto en su club como en la selección. El petrerí volvió a ser el bastión defensivo de España, especialmente a raíz de la baja por lesión de Viran Morros, su compañero en el centro de la zaga. Dinamarca fue demasiado para los españoles y ante Egipto, con Guardiola expulsado a poco del final, también hubo que sufrir hasta el último momento. Pero la medalla de bronce y la despedida a Raúl Entrerríos mereció la pena tanto sufrimiento.

EUSEBIO CÁCERES

El «Saltamontes» se quedó a tres centímetros del podio

Con un poco más de suerte, la carrera de Eusebio Cáceres sería bien diferente. Sin embargo, ni las lesiones ni los apenas centímetros que le han separado algunas veces de la gloria le quitan las ganas de seguir volando por el mundo al saltador de Onil, que realizó una competición sobresaliente en Tokio. Se metió en la final, se metió en la mejora y no subió al podio por solo tres centímetros. Fue cuarto con 8,18 metros en su último intento. Cuando se desveló la marca, el bronce del cubano Massó quedó a únicamente tres centímetros. Eusebio se tuvo que conformar con el diploma olímpico, aunque su competición mereció más premio.

JORGE UREÑA

Superación personal en un año duro y rozando el diploma

Al igual que su vecino de Onil, Jorge Ureña también regresó de Tokio con una sonrisa por su buen rendimiento, pese a quedarse a un puesto de plaza de finalista y, por lo tanto, de diploma olímpico. Ureña batió varios registros personales, olvidó las lesiones de los últimos tiempos y dio un gran salto competitivo, ya que aterrizaba en Japón como el número 23 del ránking olímpico y finalizó noveno. Además, se dio el gustazo de ganar un par de series de su prueba y casi termina el 1.500 metros, la décima cita del decatlón, en primera posición.

LILIANA FERNÁNDEZ

Punto final a una histórica pareja con Elsa Baquerizo

Los Juegos de Tokio eran especiales para Lili porque suponían la despedida de su inseparable pareja, Elsa Baquerizo, con la que lleva compitiendo desde 2007. Por el camino, mucha arena, esfuerzo y millones de recuerdos positivos, entre ellos los de tres citas olímpicas. Al igual que en las dos anteriores, Lili y Elsa cayeron en octavos, tras ser terceras en fase de grupos y pasar el «play-off» de repesca.

LARA GONZÁLEZ Y PAULA ARCOS

Las «Guerreras» rindieron por debajo de lo esperado

El buen nivel ofrecido por la selección femenina de balonmano en los últimos tiempos les colocaba como candidatas a posible medalla en Tokio. Todo lo contrario. Fueron el único equipo español en no superar la fase de grupos, al sufrir una inesperada derrota frente a Hungría que las acabó condenando. La santapolera Lara González sigue ganando experiencia internacional, mientras que la petrelense Paula Arcos, a sus 19 años, debutó en un gran torneo.

RESTO DE OLÍMPICOS

Las tempranas derrotas condenan a los alicantinos

Por lo que respecta al resto de representantes de la provincia en los Juegos, todos cayeron a las primeras de cambio. La judoca alicantina Ana Pérez y el taekwondista ilicitano Raúl Martínez, que llegaban con buenos resultados en los torneos internacionales previos a Tokio 2020, perdieron en Primera Ronda y no pudieron seguir compitiendo en la repesca por la medalla de bronce, al caer sus verdugos en la ronda inmediatamente siguiente. El boxeador eldense José Quiles también sufrió una dolorosa derrota a las primeras de cambio en su combate, por decisión unánime. El gimnasta alcoyano Néstor Abad no pudo meterse en la final por equipos de su deporte ni obtener tampoco suficiente puntuación para acceder a alguna de las individuales y, por último, el marchador torrevejense Luis Manuel Corchete abandonó.

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