Mohamed Katir es el atleta español más destacado de los últimos tiempos, la gacela del vial, el corredor poeta, el deportista que ha logrado en solo un mes batir los récords nacionales en los 1.500, 3.000 y 5.000 metros, o simplemente un chico de 23 años de Mula que ha llegado a la final de los 5.000 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio.

Aunque lleva corriendo desde hace más de una década, ha sido en el último año cuando su carrera ha dado un giro internacional. El nombre de Mo Katir lleva años formando parte de una de las promesas más destacadas del atletismo español, aunque ha sido esta temporada cuando ha demostrado que merecía estar entre los más grandes.

Y así lo explicaba el joven muleño el miércoles durante la recepción oficial que Mula hacía al atleta tras su regreso de las Olimpiadas. En la plaza del Ayuntamiento los muleños esperaban la llegada Katir para mostrarle el cariño de todo un pueblo a un joven que ha llevado el nombre de Mula como bandera durante su periplo internacional.

Emocionado, tímido y en todo momento agradecido, Katir dijo primero, durante la recepción oficial en el salón de plenos y después en el balcón del Ayuntamiento dirigiéndose a sus vecinos, que estaba más emocionado en ese momento por las muestras de cariño que en la línea de salida en Tokio.

Arropado por su padre y por su hermano y miembros de la corporación municipal y diputados regionales, Katir, que firmaba en el Libro de Oro del Ayuntamiento y recibía un cuadro con una ilustración del castillo y el casco histórico de Mula, obra del artista local Nono García, se mostraba muy agradecido y con mucha más fuerza para seguir trabajando y lograr nuevas metas.

"Me siento muy feliz de haber logrado mi sueño, que era estar en unos Juegos Olímpicos, poder correr con los atletas más grandes y encima haber quedado octavo", explicaba el joven, que dijo que fue una carrera muy dura donde sus rivales acabaron desgastándolo. "He aprendido mucho, ha sido una gran experiencia y ahora toca corregir los errores para seguir cumpliendo metas".

Sobre los Juegos de París, Katir decía que todavía no había pensado en ellos, que estaba todavía muy lejos y tenía que seguir trabajando.

A su salida del Ayuntamiento los muleños pudieron estar cerca de su paisano, que agradecido se dejaba querer por niños, jóvenes y mayores que se habían acercado hasta la plaza.