El momento es ahora, antes de que se disipe definitivamente la onda expansiva que provoca un evento planetario. Eusebio Cáceres y Jorge Ureña, después años reclamando más respaldo municipal para ayudarles a materializar sus logros deportivos, se han plantado. Ambos deportistas han rechazado de manera conjunta la invitación al acto de homenaje de sus paisanos que preveía organizarles el Ayuntamiento de su localidad natal después de que los dos firmaran una gran actuación el los Juegos de Tokio. El primero se quedó a tres centímetros del bronce en salto de longitud y el segundo concluyó noveno el siempre complejo heptatlón.
A través de un duro comunicado conjunto, Cáceres y Ureña explican las motivaciones de su plantón: «Os pedimos disculpas», escriben, y justifican su decisión por no querer «dar una imagen que no se refleja con la realidad». «Las condiciones son precarias, las instalaciones insuficientes, tenemos muchas carencias de material y pocas ayudas», denuncian los deportistas olímpicos, revelando que han solicitado y propuesto en múltiples ocasiones «planes de mejora que no han tenido respuesta o se han ido demorando sin ser resueltos», esgrimen. «Nos sentimos decepcionados con la pobre implicación que el Ayuntamiento ha tenido con los deportistas». Esperamos que entendáis nuestra decisión, que no solo nos implica a nosotros, sino a los futuros deportistas que alumbrará el pueblo de Onil», advierten.
La alcaldesa de la localidad, Humi Guill admite las dificultades que sufren en su día a día Ureña y Cáceres y es consciente de que unos deportistas de su nivel, «merecen mejores infraestructuras», pero también aduce que hay que entender que «somos un municipio con 7.500 habitantes y el presupuesto siempre es ajustado», recuerda la edil socialista. Ambos le trasladaron su postura personalmente a la alcaldesa, que lamenta que esas quejas dirigidas al Consistorio «no se hubieran producido antes, porque este problema se arrastra desde antes de que nuestra corporación asumiera la alcaldía», subrayó Guill, que, además, se comprometió a buscar con ellos las soluciones que estén «a nuestro alcance, las que entren dentro de nuestras posibilidades como municipio».
Jorge Ureña tiene su residencia en Onil y entrena a diario allí. Cáceres lo hace en la residencia Blume de Madrid. El distanciamiento definitivo de ambos con el actual gobierno municipal se fraguó cuando el Ayuntamiento, inmerso en el combate de la crisis sanitaria, no intermedió para ayudarles a encontrar patrocinadores privados. Ahora, la primera edil asegura que se ha creado una partida de 5.000 euros en forma de beca para deportistas de élite que se concederá antes de final de año. «Entiendo su malestar, Onil seguirá apostando por el deporte».
