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¿Se está apagando Nadal?

Las molestias en el pie izquierdo que arrastra el mallorquín desde hace 15 años le han obligado a renunciar Wimbledon, a los Juegos y, ahora, al Abierto de los Estados Unidos

Rafa Nadal se despide tras caer en el Citi Open de Washington. | ATP

«Necesito tiempo para descansar», escribió por última vez Rafael Nadal para anunciar su decisión de poner fin a la temporada por la lesión que arrastra en el pie izquierdo desde hace 15 años, que en estos últimos tiempos ha reaparecido causándole dolores que le impiden jugar a su mejor nivel. Después de haber renunciado a Wimbledon y los Juegos Olímpicos por esa lesión, Nadal ha intentado volver al circuito en la gira estadounidense, en la que solo ha podido jugar dos partidos en el primer torneo de Washington donde reapareció pero, posteriormente, se vio obligado a darse de baja en los Masters 1.000 de Toronto y Cincinnati y, finalmente, anunciar que no estaría en el Abierto de EE UU (comienza el día 30).

A sus 35 años, Nadal ha convivido con el dolor desde los inicios de su carrera. En 2004 se fisuró el escafoides del pie izquierdo, donde en 2005 se le detectó la necrosis del hueso que arrastra desde entonces y que, ahora vuelve a causarle problemas. No es la primera vez que Nadal se ve obligado a parar tanto tiempo. El ex número uno ha visto como esa lesión en el pie, solucionada hasta ahora con las plantillas, ha derivado en problemas en sus rodillas. En 2009 se le detectó una dolorosa tendinitis que le afectó en su primera derrota en Roland Garros aunque no le impidió recuperarse para volver a ser número 1 en 2010 ganando Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de EE UU.

Una rotura del tendón rotuliano de su rodilla le dejaría de nuevo fuera de combate ese año el final de temporada, sin poder participar en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde iba a ser el abanderado, sin poder reaparecer hasta la siguiente temporada. El largo descanso le permitió recuperarse físicamente para afrontar en 2013, la que sería, hasta el momento, su mejor temporada ganando 10 títulos, entre ellos Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de EE UU para acabar el año como número 1 mundial, pero en 2014 sufrió una lesión en la espalda en un la final del Abierto de Australia que perdió con  Stan Wawrinka y empezó un nuevo «via crucis».

En 2015, Nadal sufrió un bajón deportivo por problemas de ansiedad y en 2016 una pequeña fisura en la muñeca le obligó a abandonar en Roland Garros. Pero, por tercera vez, Nadal renació para volver al número 1 en 2017, ganando seis torneos, entre ellos Roland Garros y el Abierto de Estados Unidos, un éxito que repitió en 2019 donde volvió a acabar el año como número 1 por quinta vez en su carrera, para en 2020 igualar a Federer con 20 Grand Slams, en una temporada atípica por la pandemia del coronavirus.

Síndrome de Müller-Weiss

Nadal padece una lesión conocida como el síndrome Müller-Weiss, una lesión congénita producida por la deformación del escafoides del pie, hueso en el que se insertan múltiples estructuras tendinosas y ligamentosas. Al mejor tenista español de todos los tiempos le detectaron ese problema en 2005 y algunos de los médicos consultados le advirtieron que podía impedirle jugar al tenis profesional, pero, gracias a unas plantillas a medida, salvó el problema. «Voy a buscar un tipo de tratamiento un pelín diferente para encontrar una solución», advirtió Rafa.

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